Por primera vez en meses, Louis asistía a un show, esta vez al lado del escenario, con la cámara en mano, capturando cada detalle del alfa que ocupaba su corazón. El amor de su vida. ¿De verdad? ¿Harry estaba en esa categoría? La respuesta era clara: sí. Louis había amado a Harry desde antes de entender lo que significaba la palabra amor. Desde que era un cachorro había guardado ese sentimiento en secreto, deseando que algún día el alfa lo mirara de la manera en que él lo miraba. Había rezado en silencio, llorado en la oscuridad de la noche, sintiendo la distancia entre ellos como un vacío imposible de llenar.
Y ahora, ahí estaba, fotografiándolo casi como si fuera un paparazzi, oculto entre las sombras, haciendo lo que más le gustaba: observarlo desde lejos y a través de su lente, capturando la esencia de quien era su todo. Harry le había pedido que no se quitara el barbijo bajo ninguna circunstancia, y Louis, siempre obediente a las pequeñas exigencias de su alfa, había aceptado. Harry sabía que los aromas en el aire podrían alterar el estado emocional de Louis, y prefería mantener a su omega a salvo, al menos de ese tipo de distracciones.
Louis estaba camuflado. Nadie sabía que estaba allí, ningún fan había notado su presencia. Vestido completamente de negro, con la capucha cubriendo su cabello y el barbijo tapando casi todo su rostro, se mezclaba con el equipo técnico. Pero en su pecho, ese amor intenso y casi eterno por Harry seguía creciendo, latiendo con fuerza mientras lo fotografiaba desde su rincón, admirando cada movimiento del alfa que lo había cautivado desde siempre.
Louis sonrió detrás de su cámara al ver a Harry interactuar con el público, tratando de descifrar lo que una emocionada fan le decía desde las primeras filas. Harry, con esa risa contagiosa y su inconfundible carisma, se inclinó un poco hacia el micrófono, divertido pero genuinamente confundido.
—Cariño, no te entiendo, ¡son cincuenta personas diciendo lo mismo! —rió, causando que el público estallara en carcajadas.
Louis capturó ese momento exacto en una foto, la expresión suave y encantadora de Harry iluminada por las luces del escenario. Sabía que su alfa siempre lograba conectar con la gente, incluso cuando no lograba entenderles del todo.
—Bueno, primero dime tu nombre, —añadió Harry con una sonrisa amplia, intentando darle una oportunidad a la fan de hacerse escuchar.
Louis observaba el momento con ternura, mientras la energía del show seguía fluyendo a su alrededor. Sabía que, aunque estaban rodeados de miles de personas, en ese instante, solo existían ellos dos.
—¿Anna? —pregunta Harry, y la fan asiente emocionada—. Bien, ¿cómo te encuentras, Anna? ¿La estás pasando bien? Espero que sí.
La fan asiente rápidamente, diciendo algo que apenas se escucha entre la multitud.
—¿Que si yo la estoy pasando bien? —Harry repite, levantando una ceja juguetonamente—. ¡Claro! ¿No es obvio?
El público suelta algunas risitas y murmullos, y Harry, divertido, se quita los auriculares para escuchar mejor.
—Me encuentro muy bien en este momento —dice con una pequeña risa—. He pasado por un momento complicadito, pero ahora estamos bien.
Mientras habla, Harry dirige su mirada hacia donde está Louis, como si por un instante todo lo demás desapareciera y solo fueran ellos dos conectándose en silencio. Esa chispa especial entre ellos era palpable incluso desde el otro lado del escenario.
—Quiero contarles algo...— murmura ligeramente— Escribí una canción hace un tiempo, y me gustaría que la escucharan ahora —anuncia, aún con esa sonrisa que solo Louis podía entender del todo.
Harry respira hondo, ajustando el micrófono frente a él mientras la multitud lo observa con expectativa. Luego de una breve pausa, esboza una sonrisa tímida, dirigiendo una última mirada a Louis, quien sigue en las sombras con su cámara lista.
—Esta canción...es muy personal —dice suavemente, sin apartar la vista de Louis—. Es para alguien muy especial. Espero que les guste.
Los primeros acordes de la guitarra resuenan, suaves pero cargados de emoción. La melodía se eleva, y Harry comienza a cantar con una ternura palpable en su voz. Las palabras fluyen como si cada una de ellas estuviera destinada únicamente para Louis:
I never thought I'd find you, in the darkest part of me...
Las notas suaves y melancólicas parecen llenar el espacio, mientras Harry sigue cantando con una vulnerabilidad que nunca había mostrado antes. El público escucha en silencio, completamente absorto en la intimidad de la canción.
You're the light in my heart, the reason I breathe, I know now...
Louis, con su cámara entre las manos, siente que su corazón late con fuerza. No puede evitar sonreír detrás de su barbijo, sus ojos brillando con emoción. Esta no es solo una canción, es una confesión. Harry está cantando lo que Louis ya sabía en su interior: lo que sienten el uno por el otro trasciende cualquier cosa que hayan experimentado antes.
La canción continúa, y el público comienza a balancearse suavemente al ritmo de la música, sin saber que lo que están presenciando es algo más que un simple espectáculo. Es una declaración de amor, pura y sincera, entre un alfa y su omega.
Cuando la última nota se desvanece, Harry toma una profunda respiración, mirando una vez más a Louis, como si no hubiera nadie más en la sala. Las palabras finales quedan suspendidas en el aire, resonando entre ellos dos: I've always loved you, and I always will.
La multitud estalla en aplausos, pero Harry solo tiene ojos para Louis.
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Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...