IV

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Cuando llegaron al hotel, la realidad lo golpeó de frente. Millones de fans aglomeradas en la entrada del hotel, sabían que Harry Styles estaba allí.

Louis sintió una mezcla de asombro y aprensión al ver la multitud, gritando y sosteniendo carteles, tratando de vislumbrar a su ídolo. La pasión y la energía de las fans eran palpables, creando un ambiente cargado de emoción.

No fue difícil para la camioneta pasar. En cuanto la seguridad vio el auto negro, abrieron las vallas y lo dejaron avanzar, mientras un par de alfas se encargaban de mantener a las fans a raya. Louis observó cómo los guardias se interponían entre la multitud y el vehículo, asegurándose de que nadie comenzara a correr hacia ellos. El nivel de organización y precaución lo impresionó.

Dentro del coche, Louis no podía evitar sentirse un poco abrumado. Era la primera vez que experimentaba de cerca la devoción masiva que Harry inspiraba. Aunque estaba acostumbrado a ser un observador detrás de la cámara, esta vez se encontraba en medio del huracán de fama que rodeaba a Harry.

La camioneta se detuvo frente a la entrada principal del hotel, y uno de los alfas abrió la puerta para que Louis pudiera bajar. A medida que salía del vehículo, el ruido de la multitud aumentó. Aunque no estaban allí por él, la intensidad de sus gritos y la emoción en sus rostros le recordaban lo crucial que era el papel de Harry en sus vidas.

Eric y Mike, los dos alfas que lo habían recogido en el aeropuerto, lo guiaron rápidamente hacia la entrada del hotel. Louis sentía la adrenalina corriendo por sus venas. Caminó con paso rápido, sintiendo la mirada de cientos de personas sobre él, aunque ninguna de ellas sabía realmente quién era. Al cruzar las puertas del hotel, se sintió momentáneamente aliviado por la calma y el silencio que los recibieron.

El vestíbulo del hotel era lujoso y amplio, con una decoración elegante que hablaba de exclusividad. Louis apenas tuvo tiempo de admirarlo cuando fue llevado a la recepción para hacer el check-in. Le dieron una llave magnética y le informaron que su habitación estaba en uno de los pisos superiores, con una vista impresionante de la ciudad.

Mientras se dirigía al ascensor, Eric le explicó que tendría un día para instalarse y descansar antes de comenzar con los preparativos de la gira. Agradecido por el tiempo extra, Louis asintió, sintiendo que necesitaba ese respiro para procesar todo lo que estaba ocurriendo.

Al llegar a su habitación, Louis se tomó un momento para admirar el lujo que lo rodeaba. Era una suite espaciosa, con una cama king size, un amplio escritorio donde podría organizar su equipo fotográfico, y grandes ventanales que ofrecían una vista panorámica de Los Ángeles.

Dejó sus maletas a un lado y se desplomó en el cómodo sofá, usando su celular y configurando los datos de internet, probablemente pensando en llamar a su padre, cuando escuchó un golpe en la puerta. Nervioso, se levantó y se dirigió a abrirla. Al hacerlo, se encontró con una mujer rubia, con una gran sonrisa en el rostro. Era una beta, y su energía parecía llenar el espacio.

—Hola, Louis. Soy Rebecca, un gusto —murmuró antes de ingresar a la habitación—. Soy una de las asistentes de Harry y ahora también seré la tuya —informó, echando un vistazo a los bolsos de Louis—. Veo que te has instalado, eso es agradable. ¿Cómo ha estado el viaje?—

Louis, todavía un poco sorprendido por la visita, sonrió nerviosamente.

—El viaje estuvo bien, gracias. Un poco largo, pero todo bien.—

Rebecca asintió, comprendiendo.

—Me alegra oír eso. Sé que puede ser abrumador al principio, pero estoy aquí para ayudarte en todo lo que necesites. Mañana comenzaremos con las reuniones de producción y te familiarizaré con el equipo y los horarios. Por ahora, asegúrate de descansar bien. Los próximos días serán bastante intensos.—

Louis asintió, agradecido por la información y la amabilidad de Rebecca.

—Gracias, Rebecca. Aprecio mucho tu ayuda.—

Ella le sonrió una vez más antes de dirigirse hacia la puerta.

—No hay problema, Louis. Estamos aquí para asegurarnos de que todo salga perfecto. Por cierto, nos encantaría que te unas a nosotros en el comedor ahora. Todo el equipo estará allí y probablemente Jeff quiera hacerte una pequeña entrevista. Además, necesitaremos que firmes algunos documentos importantes antes de comenzar oficialmente. ¿Te parece bien?—

Louis dudó por un segundo, mordiéndose el labio mientras consideraba la propuesta. Luego, asintió.

—Sí, por supuesto. Estaré allí enseguida.—

Louis suspiró y se dirigió al baño, donde se enfrentó a su reflejo en el espejo. Joder, se veía hecho un desastre. Decidió darse una ducha rápida y cambiarse de ropa.

Louis suspiró con alivio mientras el agua caliente caía sobre su cuerpo, formando pequeños remolinos alrededor de sus pies. Cerró los ojos y dejó que las gotas masajearan su piel, disipando la tensión acumulada en sus músculos. El aroma a jabón llenaba el pequeño espacio del baño, envolviéndolo en una sensación reconfortante.

Con cuidado, Louis comenzó a lavarse el cabello, dejando que el champú creara una espuma densa y perfumada. Sus dedos masajearon suavemente su cuero cabelludo, liberando cualquier rastro de estrés que aún pudiera estar presente. El agua tibia corría por su rostro, limpiando la fatiga de las últimas horas de viaje.

Una vez que estuvo completamente enjabonado, enjuagó su cuerpo con movimientos lentos y deliberados, disfrutando de la sensación revitalizante del agua que fluía sobre su piel.

Al salir de la ducha, envuelto en una suave toalla blanca, Louis se miró en el espejo. Sus ojos azules reflejaban una mezcla de emoción y determinación, y un atisbo de nerviosismo se reflejaba en su expresión. Se dedicó unos minutos a peinar su cabello en un estilo desenfadado pero pulido, asegurándose de lucir presentable para su primera reunión con el equipo.

Una vez vestido, Louis tomó su teléfono y salió de la habitación. Siguió las indicaciones del mapa del hotel, siguiendo las flechas que señalaban el camino hacia el restaurante.


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Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora