Un mes entero trabajando para Harry Styles, 30.417 días en los cuales visitaron diferentes ciudades, estadios y conocieron a muchas personas.
Muy diferentes a lo que el omega estaba acostumbrado, pero no se podía quejar. Tenía el placer de viajar en aviones privados, camionetas 4x4, hospedarse en hoteles de lujo, comer en restaurantes con estrellas Michelin, visitar prestigiosas bibliotecas y disfrutar de paisajes hermosos. Y claro, la fotografía.
El poder fotografiar a una persona tan importante como Harry, capturarlo en su máximo esplendor, ser el único que puede retratar ese brillo en sus ojos en cada uno de sus conciertos.
Harry, ese alfa sonriente con un aroma que Louis anhelaba, tan dulce y amable, tan hermoso, tan único y auténtico.
Louis pretendía no volver a enamorarse, pero cayó desde el primer día de trabajo cuando sus ojos azules se posaron en Harry.
En fin, ese no es el punto ahora, era su primera paga. Esa cifra de dinero en su cuenta bancaria le hizo sonreír.
Llamando a su padre en ese mismo instante, dirigió su atención a sus contactos destacados y presionó su número. Esperó mientras el tono de llamada sonaba, su corazón latiendo con anticipación.
—¿Lou? —la voz familiar de su padre resonó al otro lado de la línea.
—¡Papá! —Louis no pudo evitar la sonrisa en su voz—. Quería decirte que recibí mi primera paga.—
—¡Eso es maravilloso, hijo! —respondió su padre, y Louis podía escuchar la sonrisa en su voz también—. ¿Cómo te ha ido en la gira?—
—Ha sido increíble, pa. He conocido muchos lugares y personas, y Harry es... bueno, es fantástico trabajar con él.—
—Me alegra tanto escucharlo, Lou. Estamos muy orgullosos de ti.—
Louis sintió una calidez reconfortante en su pecho. Su familia siempre había sido su roca, y saber que estaban orgullosos de él significaba todo.
—Quiero hacer algo por ustedes con este dinero —dijo Louis, su voz llena de emoción—. Quiero asegurarme de que todos estén bien, tal vez pagar la universidad de Lottie... Sé que es bastante cara y tú, con todos los gastos de las niñas, no puedes.—
—Lou... no. Es tu dinero, hijo —replicó su padre con un tono de ternura y firmeza—. Te lo has ganado con tu trabajo y tu talento. No quiero que sientas que tienes que cargar con esa responsabilidad.—
—Papá, quiero hacerlo —insistió Louis, su voz temblando ligeramente—. Ustedes han hecho tanto por mí. Esto es lo menos que puedo hacer para devolverles algo.—
—Estamos muy orgullosos de ti, Lou, y siempre estaremos aquí para apoyarte. Pero también queremos que disfrutes de lo que has conseguido. Has trabajado muy duro para llegar hasta aquí.—
Louis suspiró, comprendiendo la preocupación de su padre pero sintiendo en su corazón que quería ayudar.
—Lo sé, papá, y lo aprecio. Solo quiero que todos tengan las oportunidades que se merecen. Prometo que también me cuidaré a mí mismo y disfrutaré de lo que he logrado.—
Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea antes de que su padre hablara nuevamente, su voz suave y llena de amor.
—Está bien, Lou. Hablaremos más sobre esto cuando nos veamos. Pero recuerda siempre que te queremos y estamos orgullosos de ti, sin importar lo que decidas hacer con tu dinero.—
—Gracias, papá. Te quiero mucho. Nos vemos pronto.—
—Te quiero, hijo. Hasta pronto.—
Louis colgó el teléfono, sintiendo una mezcla de emociones. Sabía que su padre tenía razón, pero también sabía que quería hacer algo especial por su familia.
Se dirigió a la ventana de su habitación, observando cómo las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos.
Louis sonrió nuevamente, recordando que la semana que viene estarían en Londres, justo allí, en su hogar. Harry tenía diez shows en Wembley, y por favor, iban a estar casi tres semanas allí. No lo podía creer, estaba tan feliz.
La idea de ver a su familia le llenaba de una calidez que hacía tiempo no sentía. Podría invitar a todos a ver a Harry en concierto, una experiencia que sabía les encantaría. También pensaba en la posibilidad de ir a casa una de las noches y cenar con ellos, compartiendo historias y risas en el comedor que tanto extrañaba.
Estaba tan feliz. Su sonrisa se amplió al recordar todo esto mientras se dirigía de vuelta a su computadora. Abrió su cuenta bancaria en línea y, con manos algo temblorosas por la emoción, realizó la transferencia de su cuenta a la de su padre, añadiendo el adjunto "Universidad de Lottie". Sabía que ese dinero sería de gran ayuda para asegurar el futuro de su hermana.
Luego, sin perder tiempo, entró a una página de cámaras. Allí estaba, esa cámara que había deseado durante año y medio. Recordaba haberla visto en revistas y escaparates, soñando con el día en que pudiera permitírsela. Esa cámara que ni en un millón de años podría haber comprado con un sueldo básico. Pero allí estaba, con su primer sueldo como fotógrafo de Harry Styles, pudiendo pagar una de las cuotas de la universidad de su hermana y comprando la cámara de sus sueños.
El proceso de compra fue casi surrealista. Cada clic lo acercaba más a su meta, y cuando finalmente completó la transacción, se recostó en su silla y cerró los ojos, respirando profundamente. Sentía una mezcla de alivio y orgullo. Había trabajado duro, había enfrentado sus miedos y ahora estaba viendo los frutos de su esfuerzo.
Y sabe, lo hace con certeza, que su madre está sonriendo desde lo alto del cielo, viendo cómo su hijo está triunfando. El pensamiento de su madre le trajo una lágrima de alegría a los ojos. Sabía que ella estaría orgullosa de él, de todo lo que estaba logrando.
Louis miró alrededor de la habitación, tomando un momento para absorberlo todo. La vida era diferente ahora, estaba en un lugar donde nunca había imaginado estar. Viajando por el mundo, trabajando con una de las mayores estrellas de la música, haciendo lo que amaba. Sentía que finalmente estaba en el camino correcto.
ESTÁS LEYENDO
Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...