LXXI

134 15 2
                                    

El cuerpo de Harry ahora es reemplazado por el de Zayn, quien rodea a Louis con cuidado, con la misma delicadeza que tendría un alfa protegiendo a su propio omega. Aunque a Harry le resulta doloroso ver a otro alfa abrazando a su omega, sabe que es necesario. Las circunstancias exigen que Louis esté acompañado por alguien de confianza, y Zayn es la única persona a la que Harry le confiaría su vida, y sobre todo, el bienestar de Louis.

Harry había tomado la decisión más difícil cuando, tras ver la inestabilidad emocional de Louis y sentir el peso de la inminente reunión con Jeff, llamó a Zayn. Le explicó la situación con urgencia, pidiendo con todo su corazón que se quedara con Louis, sabiendo que su omega necesitaba la seguridad y tranquilidad que solo un alfa podría ofrecer en ese momento.

—Haz que esté bien— había susurrado Harry, con la voz cargada de preocupación.

Ahora, mientras Harry sale de la habitación, siente cómo una ola de impotencia lo envuelve. Quería estar allí, abrazarlo él mismo, pero las circunstancias lo obligaban a marcharse. Sabía que el estrés, la vulnerabilidad de Louis por todo lo sucedido y la cercanía de su celo podían desencadenar un caos si no se manejaba bien.

Zayn, que entendía mejor que nadie lo que significaba cuidar a alguien que está al borde de un colapso emocional, lo sostiene con fuerza pero suavidad. Louis, aunque reticente al principio, finalmente se acurruca en el pecho de Zayn, encontrando consuelo en el familiar olor de su viejo amigo, alguien en quien también confía.

Mientras Harry se dirige a su reunión con Jeff, su mente no deja de pensar en Louis, deseando que, cuando regrese, todo esté más calmado. Zayn estaría allí para protegerlo, asegurarse de que Louis no entrara en celo y que su lobito estuviera bien.

Pero, por mucho que confiara en Zayn, el nudo en su estómago no desaparecía.

Harry entró en la sala de reuniones, su mandíbula tensa y el corazón acelerado. La sensación de dejar a Louis atrás en ese estado no dejaba de atormentarlo, pero sabía que esta reunión con Jeff era ineludible. Al cruzar la puerta, Jeff ya estaba allí, su rostro claramente enfurecido, y junto a él estaba la publicista del equipo, que también parecía estar lista para lo que sería una conversación intensa.

—¿Te das cuenta del desastre que esto significa? —Jeff comenzó sin rodeos, lanzando sobre la mesa una pila de papeles, probablemente impresiones de artículos y fotos que ya habían comenzado a circular en internet. Las imágenes de Harry y Louis, la confirmación no verbal de su relación, estaban en boca de todos. Y ahora, el mundo sabía lo que Harry había tratado de mantener en secreto.

Harry permaneció en silencio, sabiendo que Jeff tenía razón en estar molesto, pero tampoco dispuesto a disculparse por algo que para él era auténtico y verdadero.

—No es solo tu imagen la que está en juego —continuó Jeff, su voz cargada de frustración—, es el contrato, las giras, las marcas que están asociadas contigo. Todo esto afecta a más personas que solo a ti. ¡No puedes simplemente hacer lo que te plazca, Harry!

—Jeff —respondió Harry, manteniendo la calma aunque su interior estaba en caos—, entiendo todo lo que dices. Pero esta es mi vida. Estoy cansado de esconderme. Louis es importante para mí, y no me voy a disculpar por eso.

La publicista, que hasta ahora había guardado silencio, decidió intervenir.

—Lo entendemos, Harry, pero tenemos que ser estratégicos aquí. Esto se puede manejar, pero tenemos que controlar la narrativa antes de que los medios hagan lo que quieran con la historia. Necesitamos que salgas con una declaración, algo que explique la situación antes de que los rumores se salgan de control.

Erotic MelancholiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora