Seis meses de embarazo, y tal vez Harry era el más emocionado de los dos. Estaba ansioso por saber el género del bebé, deseando comenzar a imaginarse cómo sería, qué nombre le pondrían, y todo lo que vendría con la llegada del cachorro. Sin embargo, Louis prefería que fuera una sorpresa. Cada vez que Harry intentaba convencerlo, con ese brillo de emoción en los ojos, Louis simplemente sonreía y le recordaba que algunas cosas eran mejores cuando no se saben de antemano.
Durante esos meses, habían pasado por tantas cosas, reconstruyendo su relación poco a poco. Después de lo que parecía una eternidad de tensión, heridas, y secretos, lograban reconectar, volviendo lentamente a lo que solían ser. Se dieron el tiempo y el espacio que necesitaban, dedicándose completamente el uno al otro.
Italia se convirtió en su refugio. Tres meses en la villa, sin conexión al mundo exterior, sin contacto con la fama ni la industria que una vez los había rodeado. Solo eran ellos dos, el sonido del mar golpeando la orilla, y la vida que estaba creciendo en el vientre de Louis. Era un tiempo de paz, de sanar, de volver a encontrar el equilibrio.
Pero Louis notaba que Harry todavía llevaba sus propios demonios. A veces lo veía disociar, quedarse quieto, mirando hacia el horizonte con la mirada fija en el mar, como si estuviera atrapado en sus pensamientos más profundos. Momentos después, Harry sacaba una pequeña libreta y empezaba a escribir frenéticamente, volcando todas esas emociones que a veces no podía expresar en palabras. Louis lo observaba en silencio, entendiendo que algunos dolores no se curaban fácilmente, pero confiando en que estaban en el camino correcto.
Una de las cosas que no habían hecho aún era hablar con sus familias. Ni Louis ni Harry habían contado a sus seres queridos que estaban esperando un bebé. No sabían cómo dar la noticia, ni cuándo sería el momento adecuado. Y en parte, ese aislamiento les daba la excusa perfecta para seguir postergándolo. El silencio se había convertido en un escudo que los protegía de la realidad.
Sin embargo, no todo era calma. Harry había comenzado a sentir una presión creciente. Un día, cuando fue al pueblo a comprar algunas cosas, se encontró con un fan. Al volver, estaba visiblemente afectado. Su rostro, que antes reflejaba la serenidad de su nueva vida, ahora estaba marcado por la angustia. Louis lo notó enseguida, cuando Harry entró en la casa, con las bolsas en la mano, pero el brillo de su entusiasmo apagado.
—¿Qué pasó? —preguntó Louis, acercándose, preocupado por su alfa.
Harry suspiró, dejando las bolsas en la mesa con cuidado antes de llevarse las manos al cabello, despeinándolo aún más.
—Me reconocieron, Lou. Un fan. Estaban en la tienda, y no... no supe qué hacer. Sentí que todo se me venía encima.
Louis frunció el ceño, acercándose más para abrazarlo, sintiendo la tensión en los hombros de Harry.
—Estamos aquí para alejarnos de todo eso. No tienes que preocuparte, estamos bien —susurró, acariciando la espalda de Harry.
—Lo sé, pero... —Harry se detuvo, con los ojos vidriosos—. No sé cuánto más pueda seguir ocultando todo. La presión de no decirle a nadie... de vivir como si no fuéramos parte de ese mundo... me está consumiendo, Lou.
Louis lo sostuvo más fuerte, entendiendo su dolor. Sabía que eventualmente tendrían que volver, enfrentar la realidad, y compartir su verdad con el mundo. Pero no ahora. No cuando todavía estaban encontrando su camino de vuelta a lo que eran.
—Tomaremos las cosas un paso a la vez —le dijo con calma—. Y cuando estés listo, enfrentaremos todo. Juntos.
Harry asintió, pero sus ojos seguían llenos de preocupación. La realidad del mundo exterior era una sombra que seguía persiguiéndolos, incluso en su paraíso privado. Y aunque estaban sanando, sabían que el desafío más grande aún estaba por llegar.

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Erotic Melancholia
RomansaHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...