Erotic Melancholia

Especial

Harry había tomado la decisión, junto con la ayuda de su familia, que ya estaba preparado para salir de gira nuevamente. La emoción y la ansiedad se mezclaban en su pecho; iba a ser un tour bastante corto, centrado solo en Europa por ahora, pero sentía que era el momento adecuado. La boda no solo los unió más como pareja, sino que también fortaleció su vínculo familiar, con Oliver dando sus primeras palabras y tarareando canciones del álbum. Harry sabía que estaban listos.

Cada día, la energía de Oliver llenaba el hogar. El pequeño jugaba en el jardín mientras cantaba fragmentos de las letras que escuchaba de su papá. Era un espectáculo adorable que hacía que Harry sonriera con orgullo. La idea de ver a su hijo crecer en un ambiente lleno de música y amor lo llenaba de felicidad.

Louis, una vez más mentalizado y con su cámara al hombro, siguió cada paso de su alfa, documentando todos los momentos con una pasión desbordante. No iba a dejar atrás su amor por la fotografía; la captura de cada instante significativo se había convertido en una parte esencial de su vida. Desde las primeras risas de Oliver hasta los ensayos de Harry, todo merecía ser inmortalizado. Con cada clic de su cámara, Louis sentía que estaba creando un legado, un archivo visual de su familia y su amor.

El día del anuncio de la gira llegó, y la energía en el aire era palpable. Harry se sentó frente a la prensa, sintiendo el apoyo de su familia y la mirada de Louis, que lo alentaba desde la primera fila. Cuando pronunció las palabras que confirmaban el tour, un sentimiento de alivio lo envolvió. Había hecho lo correcto, y su amor por la música seguía vivo.

Mientras las fechas del tour se hacían públicas, Harry y Louis se preparaban para la nueva etapa. Louis planificaba documentar todo el proceso, desde los ensayos hasta las presentaciones, con la esperanza de crear un álbum fotográfico que capturara la esencia de la gira. El deseo de capturar la emoción, la alegría y el amor de esos momentos era fuerte, y estaba decidido a no perderse nada.

Con cada ensayo, Harry sentía que estaba más en sintonía con su música y su familia. La gira no solo sería una celebración de su trabajo, sino también una oportunidad para compartir su vida con Oliver y Louis, quienes lo apoyaban en cada paso del camino. Era el momento perfecto para demostrar que la familia era su mayor inspiración y que su amor podía brillar incluso en el escenario.

-Alfa -llamó Louis en un susurro, sintiendo cómo sus mejillas se enrojecían mientras apuntaba su cámara al rizado. La luz dorada del atardecer iluminaba la habitación, creando un ambiente cálido y acogedor. Harry, sentado en el borde del sofá, giró la cabeza hacia él, una sonrisa juguetona dibujada en su rostro.

-¿Qué estás tramando, omega? -preguntó Harry, entrecerrando los ojos de manera cómplice. La forma en que Louis lo miraba, con esa mezcla de adoración y travesura, hacía que su corazón latiera más rápido.

Louis capturó el momento en que Harry se encogió de hombros, con el cabello rizado cayendo sobre su frente de manera desordenada. Era un instante perfecto, un reflejo de la esencia de Harry: divertido, despreocupado y completamente auténtico.

-Nada en particular -respondió Louis, tratando de sonar indiferente mientras ajustaba el enfoque de la cámara. Pero en el fondo, sabía que cada foto que tomaba estaba impregnada de su amor por él. Harry, con su mirada intensa y su sonrisa encantadora, era un sujeto que no podía resistir.

-Mejor asegúrate de que salgo bien en esa foto -bromeó Harry, haciendo una pose exagerada, lo que provocó que Louis soltara una risa suave.

-Siempre sales bien -dijo Louis, bajando la cámara por un momento para admirar a su pareja. Harry era su musa, la inspiración detrás de cada clic, cada captura.

Con un brillo en sus ojos, Louis levantó de nuevo la cámara y capturó la imagen de Harry riendo, su risa resonando en el aire y llenando el espacio de alegría. Esa risa, ese momento, eran lo que deseaba atesorar para siempre.