No pasó mucho tiempo antes de que el calor volviera al cuerpo del omega, pero el alfa estuvo allí para calmarlo.
—Te dolerá, déjame prepararte —murmuró Harry, tomando sus caderas con delicadeza, sus manos grandes y firmes acariciando la piel de Louis con ternura—. Amor...—
Gruñó con intensidad cuando Louis ya estaba sobre él, sintiendo la intimidad a través de la ropa interior.
—Eres... oh, grande —ronroneó Louis, admirando el miembro del alfa con una mezcla de anticipación y deseo palpable.
—Omega —advirtió Harry, con voz ronca y cargada de deseo, cuando Louis se subió encima y dirigió su entrada hacia él. La respiración entrecortada de ambos resonaba en la habitación, un eco de la pasión y la necesidad que los consumía.
Pero al omega no le importó mucho la advertencia del alfa cuando se empaló a sí mismo, con movimientos firmes y lentos. Descendió gradualmente hasta quedar completamente sentado sobre el regazo del rizado, dirigiendo una de sus manos a su vientre bajo, donde pudo sentir bajo su tacto un pequeño bulto.
—Estás aquí... —ronroneó en un gemido, con una sonrisa llena de emoción, antes de comenzar a moverse contra el alfa, sus movimientos marcados por una urgencia y una pasión desenfrenadas.
En un momento determinado, sus ojos se encontraron, negros y llenos de deseo. El omega daba pequeños saltitos sobre el alfa, con la boca entreabierta y respiración entrecortada, cada movimiento marcado por la intensidad del deseo y la pasión desenfrenada que los envolvía.
El aroma dulce y especiado de Louis se mezclaba con la virilidad del alfa, creando una sinfonía embriagadora que los envolvía por completo. Las manos de Louis se aferraban al pecho del alfa, buscando anclarse en él mientras sus movimientos se volvían más frenéticos y desesperados, cada estocada marcada por un gemido ahogado y un susurro de placer. Los cuerpos se movían en perfecta armonía, buscando la satisfacción mutua en el éxtasis del momento.
—Justo -oh dios- alfa— gimio Louis, moviendo sus caderas con fuerza, ansioso por más, necesitaba sentirlo todo, ansiaba su nudo —nudo-alfa...más—
Y así, el alfa cambió los roles, girándolos a ambos sin despegarlos, invistiéndolo con una fuerza arrolladora que hizo crujir los resortes del colchón bajo ellos.
Sus pieles estaban empapadas de sudor, deslizándose una contra la otra en una sinfonía de calor y deseo.
Las manos del alfa se aferraban con firmeza a las caderas del omega, mientras que las de Louis se deslizaban sobre el pecho del alfa, dejando un rastro de caricias y sensaciones eléctricas.
La saliva se mezclaba con el sabor salado de sus pieles, sus cuerpos se movían en perfecta armonía, respondiendo al llamado de sus lobos interiores. Cada embestida era recibida con un gemido de placer por parte de Louis, quien ansiaba más, quien necesitaba sentir a su alfa más cerca, más profundo.
Los lobos dentro de ellos rugían en un coro de deseo, exigiendo la unión completa, la entrega total. Y en ese momento, en medio del éxtasis y la pasión desbordante, se convirtieron en uno, unidos por el lazo inquebrantable de sus almas y cuerpos.
El nudo del alfa creció, creció tan fuerte en Louis que lo hizo soltar lágrimas. Tan intenso, tan grande, que cada embestida era una mezcla de dolor y placer indescriptible.
El omega volvió a gemir, su pecho impregnado de su propia esencia mientras se dejaba llevar por la marea de sensaciones. Sus gemidos eran suaves, melodiosos, como una sinfonía de placer que llenaba la habitación.
Harry deseaba más, quería sentirlo todo. Quería besar esos labios que tanto gemían, quería saborear cada gemido que escapaba de ellos. Así que lo hizo, presionó sus labios con los de Louis, dejando que sus salivas se mezclaran en un torbellino de pasión desenfrenada.
Estaban en una posición incómoda, unidos por el lazo del deseo y la necesidad. Pero en ese momento, nada más importaba que el calor de sus cuerpos y el éxtasis compartido en cada movimiento, en cada gemido, en cada beso.
Louis dejó escapar un suspiro de satisfacción cuando sintió el nudo del alfa deshacerse dentro de él. Un cosquilleo de placer recorrió su cuerpo mientras se relajaba en los brazos del rizado, su respiración calmándose lentamente.
—Mhm... sueño —murmuró el omega con voz adormilada, sintiendo el cansancio inundar cada fibra de su ser.
Con cuidado, Harry se separó de Louis, retirando suavemente su cuerpo del del omega. Un hilo de líquido blanquecino los conectaba por un momento antes de romperse cuando se alejaron. Louis, en un estado de somnolencia, apenas notó el desprendimiento, aferrándose a la sensación cálida que dejaba el alfa a su lado.
A pesar del fluido que los unía brevemente, Louis no le prestó atención. No le importaba sentirse pegajoso, solo necesitaba la cercanía de Harry para dormir tranquilamente. Entonces, se acomodó más cómodamente en la cama, anhelando el contacto del alfa incluso en su estado de somnolencia.
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Erotic Melancholia
RomanceHarry Styles se había convertido en la estrella pop del momento, con una voz angelical y una apariencia divina. Louis Tomlinson, un fotógrafo talentoso, recibió la oportunidad de su vida: ser el fotógrafo oficial de la nueva gira de Harry. Para Loui...