Capítulo 12

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CAPÍTULO 12

*narra Claudia*

Toca el timbre y nos dirigimos a la tercera clase. Se me hace raro volver a estar con todos mis compañeros, a los cuales no les caigo muy bien. Lo sé, méritos propios. Pero al menos una persona supo ver en mí algo bueno y es la única que necesito que lo vea.

Eleanor: Muy bien, chicos. Soy Eleanor Evans, pero podéis llamarme Leo. Os voy a impartir Ciudadanía, una asignatura en la cual espero que aprendáis mucho, valoréis todos los derechos que tenemos y hagamos cosas muy creativas ejercitando vuestros cerebros. En esta primera clase quiero que nos conozcamos y quiero conoceros a través de vuestros miedos. ¿Cuál es mi mayor miedo? El miedo a no ser respetada. Vamos a ver, tú, - señala a Ana - ¿cómo te llamas?

Ana: Ana Oca. - responde, con la mirada perdida.

Eleanor: Genial, Ana. ¿Cuál es tu mayor miedo? ¿O aquello que más te debilita? - ella se queda un rato callada, meditando y, antes de responder, mira a Manuel de reojo.

Ana: El miedo a ser consumidos por las llamas. Los dos. - su mirada se cristaliza, pero nadie dice nada. Y de uno en uno, vamos confesando nuestros miedos.

Teresa: Mi orgullo.

Claudia: Miedo a no ser correspondida.

Víctor: Las mariposas de mi estómago.

Rocío: Miedo a ser débil.

Aina: Miedo a la imperfección.

Martina: El olvido.

Manuel: Miedo a perderla.

Mendicuti: Miedo a ser valiente.

Lucía: La oscuridad.

Marco: Miedo a fastidiarlo todo.

Daniel: Miedo a que no se reconozca mi trabajo.

Guillermo: Miedo al dolor.

Marta: Miedo a la verdad.

Lluc: Miedo a mí mismo.

Mauro: Miedo a las confusiones.

Volver a oír la voz de Mauro y que hable de confusiones hace que recuerde mi confusión mayor, pero aquella en la cual sigo confundida...

•FLASHBACK•

Mauro: Se acabó lo bueno. Mañana vuelta a la rutina. - dice mi amigo, sentado en una de las butacas de nuestra cafetería favorita de Madrid. Después de pasar todo el verano juntos, mañana toca retomar las clases.

Claudia: Bueno, tú y yo podemos seguir quedando. - le propongo, dándole un trago a mi batido de mora.

Mauro: Por supuesto.

Sin poder evitarlo, me inclino hacia él y lo único que deseo es besarlo. Pero, oh madre mía, se aparta rápidamente.

Mauro: Clau, creo que había quedado claro que solo somos amigos...

Claudia: Lo siento, ha sido un momento de confusión.

Mauro: Odio las confusiones.

Claudia: Ya. Te recuerdan demasiado a Martina. Déjalo, ya se me pasará.

Me levanto de la butaca y salgo por la puerta. Pero lo peor de todo es que él no viene a consolarme. Estoy empezando a odiar a mi corazón, ¡eres un retorcido! ¡Siempre buscas a quién no te quiere!

•FIN DEL FLASHBACK•

Durante estos dos años hemos seguido viéndonos, no he querido volver a mencionar ese día, tampoco quería que las cosas terminaran como con Martina. Encima, sé que él ahora está muy pendiente de otra chica. Sin embargo, no he logrado olvidarme de él y mirad que lo he intentado. Sí, en mi anterior instituto había muchos chicos dispuestos a enrollarse conmigo. Yo, como una tonta, lo hacía, sabiendo aún que no me iba a servir de nada. Ahora que vuelvo a estar a su lado, si de verdad quiero que se fije en mí, quizás tenga que buscarme aliados...

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