CAPÍTULO 172
*narra Ana*
Una incómoda presión se instala en mi cuerpo, en cuanto mis pies tocan tierra firme, palpo a tientas algún lugar dónde sujetarme, a causa del mareo. Estoy segura que debe de ser una sensación similar a la que sienten los magos de Harry Potter al aparecerse.
Doy una vuelta sobre mí misma y los ojos se me anegan de lágrimas al descubrir dónde me encuentro. El pequeño río, la cuerda para atravesarlo, estoy en el otro lado, estoy en Terabithia. En cuanto me adentro en el bosque, puedo oír los gritos divertidos de Jesse y Leslie. ¿Esto va en serio? Me escondo tras un árbol y los diviso sentados en su castillo. Leslie está leyendo y Jesse dibujando. Necesito reprimir el impulso de acercarme a ellos y confesarles lo geniales que son, pero por otro lado, sé que no estoy aquí para eso. Me adentro en el bosque sagrado y mi corazón se detiene cuando alcanzo a ver a Manuel, sentado en una piedra, parece ser que intenta hablar con los espíritus. Me coloco detrás de él y carraspeo. Se gira rápidamente, poniéndose de pie.
Manuel: Ana. - susurra, después de tragar saliva, con ambas manos en su pecho.
Ana: Aquí estoy. - permito que una lágrima bañe mi mejilla.
No sabéis las veces que Manuel y yo nos imaginamos que estábamos en Terabithia. Nunca pensé que lo conseguiríamos, como tampoco pensé que habríamos acabado tan hechos polvo.
Manuel: No sabes lo que me ha costado llegar hasta aquí. - confiesa - No tenemos mucho tiempo, no me voy a andar con rodeos. - su tono urgente me asusta, supongo que pensaba que en cuanto me viera se abalanzaría sobre mí, al parecer esas no son sus intenciones - ¿A ti te suena el nombre de Iago Ferreiro? - Un escalofrío recorre mi espina dorsal. - Siéntate. Es una larga historia. - suspira.
*narra Manuel*
FLASHBACK
Arrugo otro papel por enésima vez. Llevo toda la tarde estrujando mi cerebro para intentar escribirle a Ana un relato de bienvenida, pero las ideas se mezclan, se sobreponen unas a otras, en una lucha condenada al fracaso. Ella llega mañana de las vacaciones de Navidad. Los días sin mi bacalao se me han hecho eternos.
Unos golpes a la puerta logran evadirme de mi frustración. Me guardo el último intento de relato en el bolsillo, antes de ir a abrir.
La mirada maliciosa de la petarda es la que me recibe.
Manuel: Uy, ¿a qué se debe esta agradable visita? - comento, irónico.
Martina3: Yo no trataría así a tu futura novia. - está muy segura de sí misma, demasiado.
Manuel: ¿Qué estás diciendo?
Martina3: ¿Qué sucedería si existiera una persona que quiere cobrar venganza sobre tu querida Ana? - me esquiva, auto invitándose a entrar. Se apoya en mi cama - ¿Y cómo actuarías si la persona que pudiera controlar la situación fuera yo?
Manuel: Te recomiendo que bebas una dosis de realidad, también puedes comprarte otra vida. Ahora, márchate.
Martina3: Parece ser que no has entendido nada. Será mejor que sea más explícita. Resulta que hace unos meses tuve la brillante idea de contactar con Iago Ferreiro, el primo de tu querido Efrén. Se puede decir que ellos estaban muy unidos y no puede permitir que la situación se quede así. Efrén murió en vano. Ana también debería de estar muerta. - aprieto los puños, a punto de propinarle un puñetazo. Sin embargo, hay algo que me frena, siento que estoy jugando con un fuego que puede asesinarnos a todos si doy cualquier paso en falso. - Eso es lo que cree Iago. Lleva mucho tiempo intentando terminar lo que Efrén dejó a medias, solo que en Galicia, Ana estaba demasiado protegida. En cuanto nos mudamos a este instituto, supe que tenía el poder en mi mano. Muy poca gente conoce la ubicación de este lugar, esa es una información que Iago está deseando tener. Y aquí es dónde entras tú. Eres la única persona que puede evitar que yo no le pase la dirección de La Élite. Te puedo asegurar que si lo hiciera, Ana estaría muerta en cuestión de días. Y no os podríais escapar, yo misma me encargaría de eso.
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Invencibles
Novela JuvenilHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...