CAPÍTULO 190
*narra Lukas*
Lukas: ¿Crees que me quedaría bien el pelo de color azul? - le comento al salir de clase.
Laura: Harías buena pareja con Aiko de Doremi, entonces. - bromea, retomando nuestro juego.
Lukas: En realidad no tengo intención de hacer buena pareja con nadie más que no sea contigo. - presa de un impulso, la agarro del brazo y me meto en la primera puerta que encuentro, dando la casualidad que es el baño de las chicas. Nos encerramos en un cubículo y empiezo a besarla con ímpetu.
Unas agudas voces interrumpen nuestra diversión.
—Hace tiempo que no me cuentas nada sobre ti...—pequeña pausa—Siempre estás con el ordenador, ¿chateas con alguien?
Laura: Es Elena. - susurra mi pequeña Maggie.
—No exactamente.—contesta la otra chica, puedo detectar la voz de Claudia—A un chico se le cayó un pen y desde entonces no ceso de leer las reflexiones que tenía ahí guardadas. Son muy tiernas.
Elena: ¿Te has enamorado de un chico solo por sus textos?
Claudia: ¿Quién ha hablado de amor?
Elena: Chico y Claudia siempre van ligados al amor.
Claudia: Déjame, a veces me pregunto si de verdad eres mi amiga.
Tras estas palabras se oye el estruendo de un portazo.
Laura: ¿Cómo puede Claudia soportarla?
Lukas: Así que tiene el pen de alguien que lo ha perdido...
Laura: ¿Y qué?
Lukas: Nada, que me parece extraño que alguien guarde cosas importantes en un lápiz de memoria y que encima lo pierda. Pero eso ahora no tiene más relevancia... ¿Por dónde nos habíamos quedado?
Laura se muerde el labio, bajando la vista. Poso mi mano en su cadera y la atraigo hacia mí, sin dejar de darle vueltas al asunto del pen...
*narra Sandra*
Fijo mi vista en el tarro lleno de azucarillos que decora el escritorio de Daniel, pero ni eso logra devolverme mi inspiración. ¿Habéis experimentado alguna vez el bloqueo del escritor? Llevo un tiempo prolongado sintiéndome incapaz de escribir de la manera que me gusta. Bajo la tapa de mi portátil, resignada. Mi novela no estaba destinada a tener segunda parte, ¿por qué siento la obligación de forzarlo? Se me acaba el tiempo y si no lo presento los editores no me concederán una segunda oportunidad. Observo a Daniel, el susodicho lleva toda la tarde intentando leer un libro al revés.
Sandra: ¿Has conseguido leerte alguna página?
Daniel: No estoy muy por la labor...
Me acerco a él por la espalda y le rodeo los hombros.
Sandra: ¿Vas a explicarme ya qué te pasa o necesitas grandes dosis de azucarillos para contármelo?
Daniel: No quiero incomodarte.
Sandra: No vas a hacerlo.
Daniel: ¿Y tú qué sabes?
Sandra: Venga ya, sé que todo lo que haces es con buena intención. Y eres la primera persona en la que confío de una forma muy distinta en la que había confiado siempre.- él sonríe, con un adorable rubor decorándole las mejillas. Se prepara para contestar, no sin antes rozar sus labios con los míos en un suave beso.
Daniel: Lucía ha vuelto a irrumpir en mi vida, ¿tan mal la traté? - se toquetea las gafas.
Unos golpes a la puerta ahogan su confesión. Él se encoge de hombros y se dispone a abrir. Tranquila, Sandra, no tienes por qué preocuparte, Lucía es agua pasada.
Ana me sorprende con un abrazo, acompañada de Manuel.
Manuel: La famosa Sandra, por fin tenemos una presentación oficial.
Sandra: Sí, me alegro de que todo se haya aclarado. - noto cómo Manuel le aprieta la mano a Ana.
Manuel: Estoy deseando leerme tu libro, me han dicho que estás escribiendo la segunda parte, ¿cómo lo llevas?
Sandra: ¿Sinceramente? Lo llevo fatal. Se me ocurrió una idea hace poco, pero no tiene nada que ver con mi anterior novela, así que...
Manuel: ¿Y por qué no explotas esa idea?
Sandra: A nadie le interesaría...
Manuel: Eso no lo sabes hasta que no lo pruebes. Si necesitas interlocutores, aquí estoy.
Daniel: Bueno, aquí estamos. - añade.
Ana: Obvio. Estamos todos.
Sandra: Gracias, chicos. - sonrío agradecida.
Ana: Nosotros veníamos a pedirte un gran favor... - deja caer mi amiga, jugando con sus dedos.
Daniel: Oh, vamos, ¡ya lo estaba esperando! - exclama, entusiasmado. - ¿Habéis traído el libro?
Manuel: Todo tuyo. - se lo tiende y el chico de las estrellas empieza a preparar la máquina.
Ana: Tenemos que construirle un monumento a este gran genio.
Manuel: ¡Y colocarlo en la entrada del instituto!
Sandra: No le llaméis genio que se sonroja. - bromeo, aproximándome a él y, efectivamente, está más rojo que un tomate.
Lo ayudo a terminar de prepararlo todo y en cuanto la pareja ya ha desaparecido para sumergirse en su país favorito, me lanzo a los brazos de Daniel, necesitando que la química que nos une no se disipe nunca.
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Invencibles
Novela JuvenilHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...