CAPÍTULO 74
*narra Ana*
Marco y yo nos encontramos en el sofá de la sala común, a solas, mirando El Rey León. Compartimos un bol de palomitas, pero la mano de Marco se desvía a menudo hacia la mía, llenándome el cuerpo de calor. Esta sensación de estar con otro chico que no sea Manuel, se me hace realmente rara, no logro acostumbrarme, será porque mi cuerpo solo sabe responder al contacto de otro en concreto...
Marco: Mira cómo bailo, mira cómo ando. ¡Mires dónde mires, siempre estoy al mando! - se motiva cantando. Está realmente radiante y me alegro de contribuir en su felicidad. - Ana. - me llama de sopetón.
Ana: Dime. - respondo, indecisa.
Marco: Gracias por darme una oportunidad...
Ana: Yo... - todavía no estoy preparada para esta charla.
Marco: Solo te voy a pedir una cosa. - posa sus manos en mis mejillas. - Si de verdad no estás segura de esto... no dejes que vaya a más. No sabes lo feliz que soy de por fin poder quererte y que tú me dejes hacerlo y al parecer tú me quieras también...
Ana: Siempre te he querido. - interrumpo.
Marco: Pero no de la manera que yo necesitaba...
Ana: Vale, en eso tienes razón. Prosigue.
Marco: Bueno, pues eso, que no quepo dentro de mi felicidad. Pero - cómo no, el temido pero - si sale mal porque realmente no me quieres y los dos sabemos en quién estás pensando no creo que pueda recuperarme. Así que este es el momento de pararlo si tú lo crees necesario y de alguna forma levantaré cabeza, pero si rompes mi ilusión en pedazos cuando esto ya esté avanzado... te prometo que me muero. Por eso prefiero avisarte.
Ana: Parezco un monstruo...
Marco: Yo no he dicho eso...
Ana: Siéndote sincera, no sé realmente qué quiero ahora mismo, mi vida ha tomado un altibajo demasiado inesperado. No quiero ser responsable de algo tan grande como de tu amor, sin embargo, no quiero no arriesgarme, no me parecería justo para ninguno de los dos. Pero te pido que no te ilusiones...
Marco: Ya lo he hecho. - ahora es él el que me interrumpe.
Ana: Pues intenta desvanecerlo. Prefiero que vayamos poco a poco y a ver qué pasa.
Marco: Voy a luchar por nosotros. Lo sabes, ¿verdad? Espero que tú también lo hagas.
Aprieto los labios, demasiado asustada por la posibilidad de hacerle tanto daño. Habiendo apartado a Manuel de mi vida, estar con Marco me parece la mejor opción, quizás he estado equivocada todo este tiempo y realmente es Marco mi mitad... Pero una parte de mí, esa que estoy conteniendo y lucha por salir, sabe que eso nunca será así... Aunque cuando Marco se inclina hacia mí, temeroso, ya que noto su tembleque, dejo que finalmente me bese en los labios.
*narra Martina2*
Mi móvil ilumina mi habitación al recibir un mensaje. Después de un gran esfuerzo, ya que tengo todo el cuerpo dolorido a causa de la fiebre, logro coger el móvil. Y en el momento en que descubro su contenido hubiera deseado no haberlo visto, ya que parece que me ha subido más la fiebre y vuelven los temblores.
<<Estos dos no pierden el tiempo en tu ausencia.>> Me ha escrito Martina3, la petarda metomentodo, adjuntando dos fotos de Rocío y Roger. Una en el patio, sentados en el suelo y apoyados en la pared, compartiendo auriculares, Rocío con la cabeza apoyada en su hombro y tienen las manos entrelazadas. En la otra están en el pasillo de mi clase, Rocío con su mano en el pecho de Roger, sus caras peligrosamente cerca y se puede apreciar la expresión de tonto que luce él.
Estas fotos acaban de demostrarme que entre ellos dos hay algo más que amistad y que he sido una ingenua por pensar que Roger podría fijarse en mí.
Esta situación me recuerda a algo. La historia se repite. Pero esta vez al revés.
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Invencibles
Roman pour AdolescentsHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...