Capítulo 61

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CAPÍTULO 61

*narra Ana*

Entro en la sala donde hacemos terapia y Olvido ya está ahí, junto a Cova, que está sentada mirándose sus manos cruzadas. Me siento al lado de mi compañera, sin dirigirle ninguna palabra a nadie, estoy en uno de esos días en los cuales el mundo es ajeno a mí y no me apetece relacionarme con nadie.

Entra Jacobo, nos miramos mal y se sienta en la silla más alejada de mí. Al cabo de un minuto entra Lluc, con la mirada triste y se sienta a mi lado. Finalmente, aparece Marina y el único sitio que queda libre es al lado de Jacobo. Se queda de pie porque se niega a sentarse ahí.

Olvido: ¿A qué estás esperando?

Marina: A que dejen de cuestionarme y confíen más en mí.

Olvido: Creo que esto va a ponerse interesante. ¿Te sientas?

Marina: ¿Puede ser en otro lugar?

Olvido: Es el que queda libre. A no ser que quieras quedarte de pie...

Marina: Me quedo de pie. - responde, tozuda. Me dedica una fugaz mirada.

Olvido: Estáis hoy todos muy mustios. ¿Qué os pasa? A ver, Cova, cuéntanos.

Cova: ¿Yo?

Olvido: Sí, tú. No te preocupes, no serás la única.

Cova: Juan me ha besado.

Olvido: ¿Y qué tiene eso de malo?

Cova: Que tengo miedo a que alguien vuelva a tratarme mal. - Olvido anota rápidamente en su libreta.

Olvido: ¿Y tú, Lluc?

Lluc: Es Ona y su amor no correspondido.

Olvido: ¿Quién es ella?

Lluc: Pues cuando estuve ingresado en el hospital la conocí. Es una estudiante universitaria en prácticas. Creo que fue la persona que consiguió que volviese a quererme a mí mismo, que volviera a apreciar mi vida, ya que ella siempre me inspiraba paz y ganas de vivir.

Olvido: Un poco mayor para ti, ¿no crees?

Lluc: Bueno, solo son seis años. Pero no importa, ella tiene novio, así que... - sigue anotando.

Olvido: ¿Ana?

Ana: Como ya os conté, Manuel y yo estuvimos a punto de reconciliarnos, pero ahora ha habido un giro dramático de los acontecimientos. Manuel se enteró de que Marco y yo nos besamos y la ha liado.

Olvido: ¿Y cómo te sientes al respecto?

Ana: Pues que no está siendo nada justo, que odio su increíble indiferencia y que empiezo a estar muy cansada. - aprieta los labios y apunta.

Olvido: ¿Y a ti qué te pasa, Jacobo? - él se queda un rato callado, Marina sigue de pie, con los brazos cruzados.

Jacobo: Una discusión.

Olvido: ¿Con quién? - señala a Marina con su cabeza a modo de respuesta. - Entonces deduzco que a ti te pasa lo mismo. - le dice a Marina. - ¿Tenéis algo que decir? - los dos niegan rápidamente con la cabeza, enfurruñados. - Está bien. Marina, siéntate. - y le señala la silla de la discordia.

Marina: Que no.

Olvido: Será mejor que te sientes, vamos a hacer un ejercicio de relajación. - al final ella acaba cediendo, pero en cuanto se sienta arrastra la silla lo más lejos posible de él. - Os pido que os olvidéis de todo y os centréis únicamente en lo que voy a deciros. Cerrad los ojos y respirad profundamente. - acato sus órdenes, esa bocanada de aire me deja como nueva, parece que es la primera vez que soy consciente del maravilloso hecho de respirar - Imaginaos que estáis en medio de un campo, solos, - prosigue Olvido - lo único que os rodea son árboles y flores a punto de florecer y el dulce canto de los pájaros. Miráis a vuestro alrededor y sentís que os falta algo, ¿qué es ese algo? - pregunta, con una voz mística que se cuela dentro de mi cerebro y llena mis emociones. ¿Qué es aquello que me falta? ¿Compañía?

>>Sí, estáis listos, ha llegado vuestro momento, pero vosotros ni siquiera lo sabéis. Ya es hora de dejar los miedos, los prejuicios y las inseguridades atrás. - di que sí, Olvido - Ya es hora de creer en ti mismo y apostar por tu nueva vida. - ¿Mi nueva vida? Intento imaginármela y solo aparece una persona como protagonista de ella - Ya es hora de ser lo que tú quieres ser, y no lo que digan los demás.

>>Sí, estáis listos.

>>Ahora sois capaces de comeros el mundo, sois capaces de conseguir todo lo que os propongáis, sois capaces de perseguir vuestros sueños y cumplirlos. - pone tanto énfasis en las palabras que consigue llenar todo mi ser de positividad y despertar la luchadora que hay en mí.

>>Sí, estáis listos.

>>¿Qué más da lo que piense la gente? ¿Qué más da que quieran haceros daño? Porque no lo van a conseguir, porque ya no os importa la opinión de los demás, sólo queréis saberla cuando puede ser constructiva.

>>Sí, estáis listos para volar.

>>Notáis un suave pinchazo en vuestra espalda, como si algo estuviera creciendo allí. - lo increíble es que acabo de notarlo, acabo de meterme tan dentro de la narración que he sentido el pinchazo - Sí, eso es lo que os faltaba, os faltaban unas alas. - Sí, estoy visualizando y notando esas alas - Están creciendo y no podéis creéroslo. Giráis levemente vuestra cabeza, las observáis detenidamente, las tocáis con mucha suavidad. Sí, ¡son de verdad! - Sí, ha llegado mi compañía: mis alas.

>>Ya estáis listos para volar. Os impulsáis, dais un enorme salto, como si os fuera la vida. Estáis volando, flotáis en el cielo. Vuestra vida nueva os espera. Vais a dejar atrás todo lo malo y ahora toca ser positivo. Sí, lo vais a conseguir.

>>Abrid los ojos. ¿Os sentís ahora un poco mejor?

Me quedo unos minutos con los ojos cerrados, sin querer abandonar el mundo en el que me encuentro, sobrevolándolo todo y sintiéndome libre.

Sí, me siento un poco mejor. Sí, voy a dejar mis miedos y mis inseguridades atrás. Sí, quiero apostar por mi nueva vida. Sí, estoy lista para volar. Y sí, quiero que sea junto a Manuel.

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