CAPÍTULO 83
*narra Manuel*
Ana se ajusta correctamente su garfio en su mano izquierda, ya que tras haberme cantado y repetido mil veces la frase <<La vida pirata es la vida mejor>> ahora suena la canción "Quién quiera ser un bribón".
Ana: Quién quiera ser pirata fiel le ofrezco mi barcón, - pone voz grave, intentando intimidarme - y a los que firmen les haré tatuajes por montón.
Manuel: Jamás, bacalao. - me meto en mi papel de Peter Pan.
Ana: Mi gran oferta es gratis hoy. Muchachos, no lo piensen más. Quién diga "no" lo arrojo al mar. Apréstense a firmar. - prosigue ella.
Manuel: En el mar acabarás tú, junto al cocodrilo. - ella intenta ignorarme y sigue cantando la canción, entregándose al máximo.
Ana: O van a dar al mar. Oé, oé, oé, oé, oé - se motiva, alguien le hace los coros - Quién quiera ser un bribón y pillo de fama mundial, que siga al pirata más matón, al más tramposo y gran ladrón y firmen sin temor. ¡EL GARFIO ES EL MEJOR!
Manuel: ¡Menuda sarta de estupideces! Sí, Garfio es el mejor y Peter no sabe volar. - ironizo. Ana se acerca a mí provocativamente, ladeando la cabeza.
Ana: ¿Entonces no firma para unirse a los piratas, señor Pan? - con su garfio me acaricia el pelo y nuestros labios se encuentran a milímetros.
Manuel: Jamás. - respondo, convencido, casi rozando sus labios.
Ana: Venga, firma. - insiste, su tono de voz ya no es grave, es tentador.
Manuel: No. - me niego esbozando una sonrisa pilla.
Ana: Firma. - y sin poder aguantarme más, me fundo en sus labios, saboreándolos ansiosamente, todavía no me creo que esto sea real. - Acaba usted de firmar, Peter Pan. - me dice, jugando con mi nariz.
Manuel: Solo para tener al enemigo más cerca y que así sea más fácil matarlo. - no sabéis cuánto me divierte nuestro juego.
Me doy cuenta de que la canción ha cambiado y ahora soy yo el protagonista.
Manuel: Ahora te toca a ti a aprender a volar, Garfio. - Ana vuelve a meterse en su papel y gruñe. "Volarás, volarás, volarás" es la canción.
Manuel: Si acaso quieres volar piensa en algo encantador, como aquella Navidad en que viste al despertar juguetes de cristal. Volarás, volarás, volarás.
Ana: Prefiero imaginar cómo destrozaba esos juguetes con mi garfio, eso sí es encantador. - me río ante su ocurrencia, yéndome un poco del papel, pero sigo con otra estrofa de la canción.
Manuel: Por las nubes te sentirás libre de tribulación y en el mundo de Nunca Jamás todos tus sueños lograrás. Sentirás renacer la ilusión.
Ana: Entonces si todos mis sueños lograré... ¡lograré devolvértela Peter Pan! ¡Aunque sea lo último que haga!
Manuel: No finjas, Garfio. Tú no puedes volar. No tienes recuerdos bonitos.
Ana: ¿Ah, no? - vuelve a cambiar el tono, juguetona. Esta vez es ella la que me besa apasionadamente. - Creo que ya estoy volando.
Manuel: Por una vez estamos de acuerdo, Garfio. - y le doy otro beso, experimentando esa sensación de volar que solo ella logra conseguir en mí.
*narra Covadonga*
He estado evitando a Juan toda la noche, ya que todavía me siento un poco incómoda con nuestra relación, necesito ir poco a poco para que todo salga bien, pero creo que ya es momento de ir a saludarlo.
Cova: Hola. - le digo sonriente, está con Ramón.
Juan: ¿Qué hay? - nos quedamos un rato mirándonos hasta que él me da un breve beso. Hablamos de lo que hemos hecho durante la noche.
Cova: Por cierto, ¿te gusta mi vestido? - le digo, orgullosa, ya que lleva toques de ganchillo hechos por mí. Él se me queda mirando un rato, pensando la respuesta, me da la sensación de que no quiere decirme nada, pero finalmente, en contra de su voluntad, al parecer, abre la boca.
Juan: Te quedaría mejor con unos kilos menos.
Su comentario se clava dentro de mí, me recuerda que esta era la frase estrella de Elena, la cabecilla del grupo que me hacía bullying. Intento parecer fuerte delante de él, aunque me esté derrumbando por dentro, porque sé que tiene razón. Aunque sinceramente, esto ya no me afecta tanto como antes, una se acostumbra a estos comentarios.
Juan: Pero me gustas igual. - me agarra por la cadera y me atrae hacia él. Yo, como una idiota, me dejo hacer. Hasta dejo que me bese otra vez. Pero vuelvo a recordar la frase y me obligo a mí misma a no ser tan débil ni tan dependiente.
Cova: Vete a la mierda. - le espeto al fin. Y me largo de ahí, intentando olvidar esta escena y prometiéndome que mañana será un nuevo día y que solo ha sido un desliz por parte de Juan por culpa del alcohol.
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Invencibles
Teen FictionHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...