CAPÍTULO 184
*narra Manuel*
Manuel: Gracias por dejar que duerma en tu habitación. - le digo a Jordi cuando levanta las persianas, todavía algo amodorrado.
Jordi: No es necesario que me las des y lo sabes. De todos modos, no puedes quedarte aquí eternamente. ¿Has pensado qué vas a hacer a partir de ahora?
Manuel: Creo que necesito una ducha. - respondo, pensando en la situación que me trae quebraderos de cabeza.
Jordi asiente, coge su chaqueta y se marcha a desayunar, no sin antes darme una palmadita en la espalda.
Una vez noto el primer chorro de agua caliente deslizándose por mi cuerpo me permito emitir un suspiro de resignación. ¿Por qué estoy alargando tanto la prórroga de este partido? Sé que en algún momento voy a tener que enfrentarme a ellos, ¿de qué habría servido escapar de la caverna si vuelvo a meterme en otra? Tengo que encontrar algunas bisagras que unan mi vida pasada y la actual. ¿Me atreveré a mirar al Sol cara a cara? Tengo miedo a que me deslumbre y no tenga más remedio que querer volver a vivir en un mundo lleno de sombras, creyéndome que era esa la realidad. No sé si lo estoy llevando todo demasiado lejos, pese a lo que me han demostrado, yo los sigo echando de menos, ¿sentirán ellos lo mismo o es verdad que nunca les he importado lo más mínimo?
Al salir de la ducha y envolverme con mi toalla, me encuentro unas palabras escritas en el vaho del espejo que responden a mi última pregunta: <<LO SENTIMOS>>. Echo un vistazo al baño, por vergüenza a que alguien me haya visto desnudo, pero sigue igual de desierto que cuando he entrado. Rectifico, igual no sigue, ese pequeño cambio momentáneo en la decoración me está haciendo replantear muchas cosas. El baño comunica con la habitación de mi profesor, la cual también está vacía de seres humanos, pero no de cajitas encima de la cama. La abro con impaciencia, encontrándome con un globo desinflado. Lo hincho y no puedo evitar soltar una carcajada cuando puedo leer el mensaje que contiene la goma al tensarse: <<Boda de Mauro y Mendicuti en su habitación. ¡No te la pierdas!>>. Presa de un impulso, me coloco mi gorro de Peter Pan y me dirijo hacia su habitación, dispuesto a rasgar las legañas de mi dolor y a sentirme dominado por ese Sol que representa la idea del bien.
Llamo cinco veces a la puerta, en un ritmo desacompasado, mostrando mi impaciencia. Los brillantes ojos azules de Marta se topan con los míos, instintivamente bajo la mirada.
Marta: Los novios se están terminando de arreglar, no podíamos empezar sin ti.
Levanto la vista y me fijo en el panorama de la sala. Marta lleva una de las diademas de Blair Waldorf, se acerca a Mendicuti para colocarle un diente de león en el pecho. Ana está terminando de peinar a Mauro, le ha llenado la cabeza de trenzas. Puedo observar cómo se coloca su garfio en la mano izquierda en cuanto termina su trabajo. Detecta mi gorro. Nuestros labios forman una sonrisa simultánea. Sería muy idiota si dejara pasar a esta panda de estrafalarios, ¿verdad?
Mendicuti: Te encuentras ante la boda del año. Queríamos reservarnos este evento para un momento especial y creemos que acaba de llegar.
Mauro: ¿Nos harías el honor de ser nuestro padrino?
Antes de que haga ningún movimiento, Mauro me coge del brazo. No puedo dejar de pensar en el diente de león. Renacimiento. Reconstrucción. Marta enciende el reproductor y la música del Capitolio inunda la estancia. Mauro y yo andamos hasta el final de la habitación, donde se encuentra el otro novio. Ana ejerce de cura, imitando la voz del Capitán Garfio.
Ana: Me siento orgullosa de no haberos asesinado con mi garfio ese día que os encontré pululando por mis tierras y haberos reclutado en mi séquito de piratas. Sin duda habéis sido de mis mejores sirvientes, además de no perder nunca la alegría mientras saqueábamos y matábamos, contagiando a unos rudos piratas vuestro verdadero amor. - alarga su brazo hacia la mesa de su derecha, agarrando un táper que me había pasado desapercibido. Abre la tapa y levanto las cejas en cuanto detecto gusanos fritos.
Mauro: Yo, Mauro Martín Martín, prometo serte fiel y respetarte todos los días de mi vida. Además de alimentarte como es debido. - coge un gusano y lo mete en la boca de Mendi. Él intenta ocultar su cara de asco al masticarlo.
Mendicuti: Yo, Marcos Mendicuti García, le digo a mi querido futuro esposo Mauro Martín Martín que se ha dejado media frase. De todos modos, me entrego a ti y tú me recibes a mí, en la prosperidad y en la adversidad, sin dejar de compartir habitación jamás. - ahora es él quien le da el gusano.
Ana: Si alguna persona aquí puede demostrar justa causa para que no se unan legalmente que hable ahora o calle para siempre.
Marta carraspea. Primero pienso que es otra parte del montaje, otra broma, pero su tono indica todo lo contrario.
Marta: Ninguno de nosotros somos merecedores de poder celebrar algo así sin la aprobación de la persona que tengo delante, sobre todo yo. - me mira fijamente y empiezo a notar cómo le flaquea la voz - Volví a actuar desde la rabia, sin pensar en ningún momento en mi mejor amigo, solo en mí misma. Eres la persona con la que más he conectado y en la que más he confiado, tú me has demostrado muchísimo, ¿y te lo pago así? No quiero excusarme, no tendría ningún sentido hacerlo. Quiero pedirte disculpas. Decirte que te echo de menos. A nuestras charlas. A tus reflexiones. A tus extravagancias. Y a tu pelo horrendo. Desde que pasó todo esto siento un vacío en mis entrañas imposible de rellenar. Y creo que nunca te lo había dicho, pero sí, Marta Álvarez te quiere. Y mucho.
Aprieto los labios con fuerza, intentando que el nudo de mi garganta no se deshaga, porque eso solo daría pie a un mar de lágrimas.
Mendicuti: No tiene sentido que nos unamos en matrimonio si tú no formas parte de esto. - prosigue él - Somos tres. Durante un tiempo hemos sido dos. Nos portamos cual gusanos.
Mauro: Pero nuestro tándem no funcionaba sin ti. Siempre seremos tres. Somos un "trindem". Sin ti no rodamos, nos estancamos, aunque merecemos darnos de bruces contra un muro.
Ana: Eres la persona más noble que he conocido jamás. Has puesto en juego tu propio bienestar para protegerme. Sé que la mayoría de veces suelo comportarme como un pirata de la peor calaña, sin controlar mis reacciones. Pero también sé otra cosa, que me he dado cuenta de que me niego a vivir sin ti.
Antes de que pueda decir nada al respecto, aunque creo que mi nudo no me lo permitiría, la pantalla del ordenador se enciende, reproduciendo un vídeo formado por una recopilación de los momentos que he pasado con ellos, desde el programa hasta todos los instantes que hemos ido coleccionando año a año. Sin capacidad de articular palabra debido a mi palpable emoción, dejo que todos me envuelvan entre sus brazos. Finalmente, desenredo mi nudo voluntariamente, empapándonos los unos a los otros de verdaderas lágrimas de reconciliación. Ya pasó todo, estar dentro de la caverna conllevó a pasar por momentos muy difíciles y grandes decepciones. Creo que estaría siendo un necio si siguiera creyendo que no les importo. Es de humanos equivocarse, yo no ceso de hacerlo; y la gente debería de comprender a los demás y saber perdonar. Yo prefiero ser feliz antes que empeñarme en llevar la razón.
Deja de buscar, Manuel, mis bisagras son ellos.
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Invencibles
Teen FictionHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...