Capítulo 176

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CAPÍTULO 176

*narra Bruno*

Bruno: Itzi no vendrá este fin de semana... - le informo a Xavi.

Xavier: ¿Y eso?

Bruno: No lo sé, no estamos en nuestro mejor momento... - murmuro.

Xavier: Es que últimamente estás muy raro. - insinúa y yo aparto la vista - Entre que Mauro no se separa de MaríaQ, tú estás rarísimo y Martu no deja de inventarse excusas para evitarme... No sé qué pensar.

Bruno: Mauro está enamorado, lo de Martu seguro que son imaginaciones tuyas y yo... solo estoy un poco sensible, nada más.

Xavier: Brunete está sensible. - me rodea con su brazo y me despeina con la otra mano. El nudo de mi estómago solo hace que aumentar y apretarse más.

Noto una vibración en el bolsillo y leo el nuevo mensaje, disimuladamente: <<¿Puedes venir a las duchas que hay en el último piso?>>. Una sonrisa bobalicona se forma en mi cara al pensar en volver a estar a solas con ella.

Bruno: Me voy a duchar. - comento, zafándome de su brazo. Agarro mi toalla, la ropa, las chanclas y... ¿dónde está el jabón?

Xavier: ¿Vengo a hacerte compañía?

Bruno: Es que me voy al baño de arriba del todo...

Xavier: ¿El del último piso? ¿Para qué?

Bruno: Necesito estar solo para pensar en... Itzi. - digo, finalmente, para convencerlo.

Xavier: ¡A eso me refiero con que estás raro! - sin embargo, abre un cajón y me tiende el jabón.

En menos de cinco minutos llego a las duchas, me asomo en todas hasta que me encuentro con Martu, agachada y empapada.

Bruno: ¡Vas a resfriarte! - exclamo, sentándome a su lado y envolviéndola con la toalla.

Martu: Tenemos que decir ya la verdad. - responde con urgencia, entre sollozos - Antes de que sea demasiado tarde.

Bruno: Tienes razón. Pero quiero que sepas, que pase lo que pase, voy a seguir a tu lado. No lo hubiera tirado todo por la borda si no estuviera seguro de que te quiero.

Martu: ¿Me querés? - se sorprende, con los ojos cristalizados.

Bruno: Te quiero. Y quiero luchar por esto. Yo también quiero que dejemos de escondernos. - me inclino lentamente, sujetando su barbilla con mi mano, y juntando nuestros labios, permitiendo que me acaricie el alma.

*narra Lukas*

Alzo los brazos en señal de triunfo cuando vuelvo a ganarle otra partida a Laura, aunque en el fondo sé que se está dejando. Los labios apretados y la mirada al suelo la convierten en todavía más irresistible.

Lukas: Es por Hugo, ¿verdad? - le pregunto al fin, sin poder soportar más su desánimo.

Laura: No puedo quitármelo de la cabeza. ¿Sabes lo mal que me siento al estar peleada con mi hermano? ¿Al verlo cada día y apartarle la mirada? No se merece ni que piense en él, esta vez se ha pasado tanto. Pero no dejo de preguntarme si yo también me he pasado.

Lukas: Vamos a ver, pequeña Maggie. Tú no tienes la culpa de nada, tu hermano no supo afrontar la separación de vuestros padres y así es cómo ha actuado. No te mereces que tu vida esté gris por él.

Laura: Supongo. - responde, no muy convencida.

Lukas: Anda, ven aquí. - la atraigo hacia mí, para rodearla con mis brazos.

En cuanto me empapo de su olor sé que esto no puede seguir así y que Hugo me las va a pagar.

*narra Martina2*

Suena el timbre y empiezo a meter los libros en mi mochila, sin evitar seguir a Rocío con la mirada, que ha vuelto a marcharse sin decirme nada.

Martina2: Estoy tan preocupada... - le explico a Víctor, cuya mano aprieta la mía con fuerza en cuanto ve a Marta y Mendicuti aprovechar el fin de las clases mediante arrumacos.

Víctor: Lo siento, Marti, ahora no estoy muy por la labor. ¿Nos vamos de aquí ya, por favor? - cuando cruzamos el umbral de la puerta puedo percibir la mirada de tristeza de Marta ante la actitud de Víctor. Pero, ¿qué pretende? ¿Que Víctor haga como si nunca la hubiera engañado? Estas heridas cuestan de cicatrizar. - Oye, que gracias por soportarme.

Martina2: De gracias nada, son cien euros. - bromeo y él me saca la lengua, ya se ha animado un poco.

Noto un soplido alrededor de mi oreja derecha, aguzo la vista y distingo un avión de papel. Me giro y me encuentro con la sonrisa traviesa de Aimar. Le rodeo el cuello rápidamente, presa de la felicidad que él solo sabe transmitirme. Tras el beso, él saluda a Víctor, seguimos andando por el pasillo hasta que llegamos al ascensor.

Víctor: Os dejo. - nos dice, yéndose para su habitación, pero no sin antes guiñarme un ojo.

Oigo una voz lejana, la cual no dejo entrar en mis pensamientos irregulares, hasta que Aimar me zarandea.

Aimar: Vale, sí, creo que mis gallos de ayer se te clavaron en el cerebro y por eso prefieres no cantar más conmigo. - bromea.

Martina2: Perdón, es Rocío. - confieso, emergiendo de mi mundo interior.

Aimar: Será mejor que la dejes...

Martina2: Sabes que tu filosofía de no actuar ante los problemas para no molestar a la gente no la comparto... - frunce el ceño, pero rápidamente cambia la expresión por una más pensativa.

Aimar: Puede ser que se me esté ocurriendo algo ahora mismo... - añade con tono misterioso.

Martina2: Eres impredecible, Quisqui.

Aimar: Quisqui le quita la seriedad al asunto.

Martina2: Perdone señor Quisquilloso, aunque, ¿en qué momento Aimar San Miguel admite que es serio?

Aimar: Ahí te doy la razón, antes dejo que me hechicen con un Avada Kedavra que volverme una persona formal.

Le pellizco el estómago, entre divertida y agradecida.

Martina2: ¿Te apetece una de Jorge Drexler? - asiente, dándome la mano y dirigiéndonos al aula de música, el lugar donde nos permitimos ver más allá de lo que hay en este instituto.

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