Capítulo 143

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CAPÍTULO 143

*narrador omnisciente*

La falta de horas de sueño empieza a afectar con un dolor de cabeza penetrante y algún que otro mareo. Han dejado entrar exclusivamente a los padres y al hermano de Lucas en la fría y esterilizada sala. Tan solo se oye el tintineo del anillo de la madre contra la mesa. La médico repasa unos papeles, sin atreverse todavía a decir nada. Marcos agarra fuertemente la mano de su madre, temiendo el momento en que vayan a derrumbarse. El padre tiene la mirada vacía y fija en un punto del techo.

- Lucas ha sufrido una contusión en las costillas, aunque ese es el mal menor. Hemos tenido que llevarlo a quirófano porque ha padecido un traumatismo cerebral, déjenme que les explique. Al impactar contra el capó del coche, se ha creado una fractura presionada en el cráneo, significa que pedazos del cráneo quebrado hacen presión sobre el tejido del cerebro. Estas fracturas pueden causar hematomas en el tejido cerebral, llamadas contusiones. Una contusión es un área distintiva de tejido cerebral que está hinchada y mezclada con sangre derramada por vasos sanguíneos rotos. Hemos tenido que intervenir quirúrgicamente abriéndole un conducto de aire para que pudiera respirar y realizar una resucitación cardiopulmonar, ya que es poco lo que se puede hacer para revertir el daño cerebral inicial.

Los tres la miran con expresiones confusas.

- Cuando hemos logrado estabilizarlo de la lesión craneana, hemos hecho una evaluación midiéndole sus signos vitales y reflejos mediante un examen neurológico. - prosigue ella - Lucas se encuentra en estado de estupor, en el cual el paciente no responde pero puede despertar brevemente por medio de un estímulo fuerte, como podría ser un dolor punzante. Sería un estado anterior al coma.

Marcos: ¿Entonces está bien? - se atreve a preguntar, ya que no ha entendido ni la mitad de sus palabras, sin soltar la mano de su madre.

- Habrá que ir viendo cómo evoluciona. Está en la Unidad de Cuidados Intensivos. Seguiremos tratándolo y esperaremos a que despierte.

- ¿Entonces despertará? - pregunta la madre con voz temblorosa.

- Según nuestras previsiones, sí. Se podría dar el caso de progresar gradualmente a un estado de coma o incluso vegetativo. - los tres pegan un brinco, asustados - No quiero mentirles, es una situación muy delicada.

Marcos: ¿Podemos verlo? - traga saliva.

- A través de una ventanilla. Hasta que no emerja del estupor, no se permiten visitas.

Los tres se levantan. Le estrechan la mano, ella les promete que les informará de todos los progresos y que les dará todas las facilidades para que residan en el hospital hasta nuevo aviso de la situación del chico.

Al salir, Marta, Mauro, Roger y Rocío los esperan preocupados, sobre todo la última. Marcos y Rocío se abrazan rápidamente.

Mendicuti: Está vivo. - le susurra, ella suspira - Está vivo. - repite.

Marcos intenta explicarle con sus palabras todo aquello que les ha detallado la profesional de la salud. Los chicos vuelven a la residencia, excepto Rocío, que se ha empeñado en quedarse con ellos.

Acto seguido, sus padres, Marcos y Rocío pueden ir a observarlo. Está rodeado de cables y una enorme venda le envuelve la cabeza, haciéndolo parecer muy vulnerable. Los padres, derrumbados por la mala noticia y la impotencia de no poder hacer nada, se sientan en uno de los sillones para intentar dormir un poco. Los dos chicos siguen observándolo, callados, con silenciosas lágrimas resbalando por sendas mejillas. La joven no ha separado ni un solo segundo la mano del cristal, como si de alguna manera eso pudiera hacerlo sentir más cerca de ella. El muchacho, rendido y agotado por la falta de sueño, se une en una de las butacas junto a sus padres. Finalmente, la chica, también extenuada, desliza involuntariamente la mano, cayéndose lentamente hacia el suelo, apoyando la espalda en la pared y se sume en un sueño que desemboca en una horrible pesadilla.

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