Capítulo 109

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CAPÍTULO 109

*narra Mario*

Remei no quiere saber nada más de mí hasta que no deje a Aina. Sabe que Marta está amenazándome, pero no sabe con qué. Yo ya no puedo soportarlo más, yo no puedo seguir besándome con Aina y estar pensando todo el tiempo en Remei. Tengo que hacer ya lo que me pide Marta para que me deje tranquilo y así poder salir con Remei sin ningún impedimento.

Rodeo a Aina por la cadera y le susurro en el oído:

Mario: ¿Qué te parece si esta noche cuando volvamos al instituto a modo de despedida...? - lo dejo en el aire, esperando que intuya lo que insinúo. Mañana empiezan las vacaciones de Navidad y todos nos iremos a nuestros respectivos hogares y no volveremos hasta el 8 de enero. Las parejas se separan por unos días.

Aina: ¿Estás insinuando lo que creo que estás insinuando? - noto cómo arde de vergüenza.

Mario: ¿Por qué no? Tú me quieres, yo te quiero, nos conocemos mucho el uno al otro... Ya va siendo hora de que nos conozcamos de otra forma.

Aina: ¡Si somos unos críos!

Mario: ¡Pero llevamos un montón de años juntos! No sé, piénsalo. - concluyo, en tono coqueto, rozando mi nariz con la suya.

Aina: Creo que no estoy preparada... - a modo de respuesta, la beso muy apasionadamente para que se dé cuenta de que le gustaría descubrir este nuevo mundo. Mi mano está en su espalda y la bajo lentamente, pero me frena - Basta. - se zafa de mí. - Hoy no. Deja que me lo piense unos días. Es un paso muy importante.

Mario: Por eso es un paso que me gustaría dar contigo. Te quiero.

Aina: Ay. - suspira - ¿Por qué eres tan bueno conmigo? - acerca su rostro al mío y me besa dulcemente.

Empiezo a sentirme una basura apestosa.

*narra Jacobo*

Mi chica y yo iluminados por un tenue rayo de sol, con nuestros cuerpos enredados, respirándonos el uno al otro. Le doy un beso en la frente, todavía extasiado por lo que acaba de ocurrir, pero muy, muy, muy libre y muy feliz. Me siento otra persona. Llevamos un rato callados, disfrutando del silencio, también un poco avergonzados, supongo.

Jacobo: Me gustaría entablar una conversación pero no sé qué decir. - inicio, sonriendo.

Marina: Mmmm, pues... - se gira para poder mirarme - Lo inesperado vuelve a ser mejor, ¿no crees?

Jacobo: A partir de ahora no pienso hacer nunca más planes.

Ella se ríe, tiene un brillo diferente en la mirada, además, su rostro está radiante, desprende luz.

Marina: Voy a echarte de menos estos días. A ti, a nosotros... - aprieta los labios, tímida - a esto...

Jacobo: No te preocupes, cuando nos volvamos a ver recuperaremos el tiempo perdido. - la envuelvo con mis brazos, apretándola con fuerza. Solo existe el aquí y el ahora.

Marina: Yo solo quería agradecerte algo, Jota. Con toda nuestra historia has conseguido renovarme, ya no me tiro por los suelos pensando en mi hermana, llorando su pérdida e insultándola por no haber cuidado su vida. Ahora pienso en que a ella le hubiera gustado conocerte mejor, pienso en que me hubiera gustado que compartiéramos momentos los tres juntos. Y ahora me siento con fuerzas de pensar en ella sin flaquear, de saber que no sirve de nada lamentarse, que tengo que vivir todo lo que ella no pudo, tengo que cumplir alguno de los sueños que ella no pudo lograr. Tengo un viaje a Alaska en mi mente, ella siempre había querido ir. Me has inspirado a querer hacer las cosas mejor. - no puedo parar de mirarla embobado, sin dejar de dibujar círculos en la palma de su mano.

Jacobo: Eres increíble. - digo de corazón. - Soy muy afortunado de tenerte. A mí también me hubiera gustado compartir más momentos con Alaska. Pienso estar a tu lado en todo lo que se refiera a ella, y en todo lo que no, obviamente.

Nos abrazamos con fuerza, ella también ha conseguido indirectamente grandes cosas en mí. Solo sé que Marina es el tesoro más grande y tengo que encargarme de cuidarlo y protegerlo bien. 

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