CAPÍTULO 145
*narra Martu*
Chloe, Bruno, Xavi y yo nos encaminamos hacia una habitación para ver una película, Maktub, concretamente. En el momento en que deslizo mi mano por el brazo de mi chico, para encontrar sus dedos, pero él los aparta bruscamente, me detengo de golpe, separándonos del grupo.
Martu: ¿Hace falta que te riegue? - le digo - Estás muy mustio. - intento mirarlo dulcemente pero él aparta la vista.
Xavier: Hay algunos secretos que no me han gustado. - responde escueto.
Martu: A mí tampoco, pero no hace falta angustiarse por eso.
Xavier: Ya, pero es que no paro de darle vueltas al de me gusta otro chico que no es mi novio.
Abro mucho la boca, intentando parecer enfadada y que mis nervios interiores no se noten.
Martu: ¿Vuelves a desconfiar? - respondo afectada - No me lo puedo creer, Xavier, no doy crédito. ¿Sabes que también había otro que ponía que me gusta otra persona que no es mi pareja? ¿No será esto una estrategia para disimular algo que tú has escrito? - levanta un dedo para discrepar, pero no le dejo hablar - Es igual, déjalo, no me apetece discutir por chorradas como estas y retroceder hasta el punto de querer volver a emborracharme porque eres un celoso empedernido.
Doy un fuerte pisotón y me largo dejándolo ahí plantado. Me uno a Chloe y Bruno, sintiéndome realmente culpable al haberlo mentido tan descaradamente, haberlo acusado y por sentirme tan feliz por pasar un rato con Bruno.
*narra Laura*
Cinco, diez, quince, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, cien, doscientos, quinientos, mil... No me preguntéis por qué, pero tengo la extraña manía de ponerme a contar mentalmente cuando me beso con Lukas. Es como si sintiera un progreso en mi interior y necesitara verbalizarlo. Nos miramos. Cinco. Cierro los ojos. Diez. Chocan nuestras narices. Quince. Se rozan nuestros labios. Veinte. Él entreabre la boca. Treinta. Encajan a la perfección. Cuarenta. Se entrega. Cincuenta. Me entrego. Cien. Nos entregamos. Doscientos. Nos sentimos. Quinientos. Mi corazón se agita. Mil. Llegué. Y suma y sigue. El torbellino de mi estómago aumenta los números peligrosamente.
En realidad, suelo contar en todo tipo de situaciones. Algunas veces los intervalos son menores, otras veces son regresivos. Todo depende de cómo sienta que suben o bajan mis emociones y en qué intensidad.
En cuanto una mano toca de manera insistente mi hombro, se rompe todo el clima y la cuenta se detiene en picado. Fastidiada, me separo de mi novio y giro el cuerpo, encontrándome con mi hermano de brazos cruzados.
Hugo: ¿Te parece bonito estar dándote el lote delante de todo el mundo cuando tu hermano te reclama su atención?
Cien.
Laura: ¡Tú nunca me has reclamado tu atención!
Ochenta.
Hugo: ¿Acaso estás ciega? ¡La maldita nota del juego, Laura, la maldita nota!
Cuarenta.
Laura: Mierda. Hugo, yo solo...
Diez.
Hugo: Sí, yo solo me había olvidado de ti otra vez porque pienso únicamente en mi novio. - me imita.
Cuatro.
Laura: ¿Quieres que lo hablemos?
Tres.
Hugo: ¡Pues claro que quiero! Pero no así, solo pido un poco de interés por tu parte. Pero si no te apetece fingir no te preocupes, me buscaré a una hermana de repuesto.
Dos.
Hace ademán de marcharse pero lo cojo del brazo.
Laura: Espera... - le suplico.
Uno.
Se zafa con fuerza, no sin antes dirigirme una mirada caracterizada por un odio verdadero.
Cero.
Me desplomo y me quedo sentada en el suelo. Lukas no tarda en protegerme entre sus brazos. Mi hermano me estaba pidiendo ayuda a gritos desde hacía días y yo ni siquiera me había dado cuenta. En su peor momento, he decidido ignorar mis sentimientos y los suyos. Nuestros padres se han separado y fingí que le quitaba importancia al asunto cuando empecé a sentir una brecha dentro de mí. Lo hice para evitar que se abriera todavía más. Ahora acaba de arrasar con todo, la corriente se ha llevado a mi hermano.
Menos cien. Me siento sepultada por infinitos números negativos.
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Invencibles
Novela JuvenilHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...