Capítulo 165

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CAPÍTULO 165

*narrador omnisciente*

Tumbado en la cama de su nueva habitación, con la vista al techo, evitando contemplar todas aquellas fotografías que lo rodean. En la pared central, múltiples imágenes de sus compañeros con varias anotaciones, artículos de revistas o diarios, mapas, chinchetas... En la esquina, una diana con el retrato de ella enganchado, lleno de dardos.

Aprieta el botón del mp3 de nuevo, para volver a reproducir esas dos canciones con las cuales se identifica tanto. Deluxe siempre consigue reflejar su estado de ánimo. Cada palabra se le clava como un puñal. "Tendrás que hacerlo mejor" es la primera canción:

<<Sí, esta vez tengo que felicitarte

por tus dotes para las artes de hacer el mal,

sé que tenías todo planeado,

los cuchillos afilados y un coche fuera esperándote.

Lo has hecho muy bien, tan, tan bien,

si querías hacerme daño,

si creías que iba a doler

lo has hecho muy bien.

Fue como si estuviera hechizado,

incapaz de ver el camino bajo mis pies.

Vi tu sombra acercarse a mi espalda,

antes de sentir el frío del acero bajo mi piel.

Lo has hecho muy bien, tan, tan bien,

si querías hacerme daño,

si creías que iba a doler

lo has hecho muy bien.

Lo has hecho muy bien, tan, tan bien,

si querías hacerme daño,

si creías que iba a doler

lo has hecho muy bien, tan, tan bien,

si querías hacerme daño,

si creías que iba a doler

lo has hecho muy bien.

Pero tendrás que hacerlo mejor...>>

La ira invade todo su ser, que solo logra apaciguar con la siguiente canción: "Mira", también de Deluxe:

<<Mira, si vivo en un infierno,

pero ha pasado el tiempo

y me he ido acostumbrando.

Muchos me daban ya por muerto,

pero yo soy eterno

si tú estás a mi lado.

Mira, es todo lo que tengo,

y todo yo te ofrezco,

mi vida es un regalo.

Sabes que ya no creo en nada,

y a todo lo que pasa

me he ido acostumbrando.>>

Fúnebre es la única lágrima que consigue derramar.

La puerta se abre, se quita los auriculares, incorporándose. Ella lo mira, libreta en mano, con una sonrisa a medio camino entre la maldad y la dulzura.

Martina3: ¿Cariño, estás bien?

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