Capítulo 47

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CAPÍTULO 47

*narra Ana*

Tengo la mirada clavada en un punto fijo de la pizarra, sin apenas prestar atención a aquello que el profesor nos explica con tanto entusiasmo. Faltan apenas diez minutos para que se terminen las clases por hoy y necesito salir ya de estas cuatro paredes, me siento como en una jaula, atrapada, atrapada por mis pensamientos, que dentro de este lugar solo hace que sean negativos.

Maldito móvil que nos separó en ese momento en que los dos estábamos decididos a destruir la barrera que por idiotas se construyó entre nosotros. Porque desde entonces se ha roto toda la magia. Cuando nos encontramos, nos miramos avergonzados. Seguimos compartiendo momentos juntos, pero ya no nos sentimos libres, sabemos que tenemos algo pendiente, los dos queremos besarnos de una vez, pero ahora ya hay demasiadas inseguridades que no nos lo permiten. Quizás que el móvil nos separara en el momento del casi beso fue una señal, quizá no teníamos que besarnos. Y no tengamos que besarnos nunca más. Eso no puede ser posible, Manuel y yo no tenemos fin... ¿Pero de qué modo no tenemos fin?

Un papelito aterriza en mi mesa, lo abro disimuladamente y aparecen ante mí unas temblorosas letras que dicen lo siguiente: << Necesito hablar contigo. Cuando termine la clase, no te vayas, espera a que salgan todos y hablamos. >>. No hace falta que firme porque sé que es de Marco, ya sea porque conozco su letra o porque ahora me está mirando fijamente. Lo que no sé es por qué querrá hablar conmigo. Desde que nos besamos he intentado hacer ver ante él que eso nunca había pasado, no quiero que afecte a nuestra amistad, pero no sé hasta qué punto podremos seguir así... No sé hasta que punto Marco me quiere como para poder ser solo mi amigo.

Cuando suena el timbre, me siento encima de mi mesa, que está al lado de la puerta trasera, y espero, obediente. Por suerte el profesor es el primero en salir y no se fija en si alguien se queda en clase. Marco está apoyado en la puerta, mordiéndose las uñas. Cuando ya no queda nadie se acerca a mí.

Marco: ¿Has vuelto con Manuel? - decide ser directo.

Ana: ¿Y esa pregunta? - me pongo a la defensiva, porque desconozco sus intenciones.

Marco: No lo sé, Ana, estabais fatal, tú no podías ni hablar de él... Y últimamente os pasáis los días juntos. No quiero que vuelva a hacerte daño...

Ana: Marco... Necesito a Manuel en mi vida y sabes lo mal que lo he pasado sin él...

Marco: Pues no parecías estar tan mal el día que nos besamos.

Ana: ¿Tenías que sacar el tema? - pregunto, decepcionada.

Marco: ¡Claro que tenía que sacarlo! ¡Y odio que hagas como que nunca pasó nada! ¡Porque sí paso! ¡Y no hay día que no lo recuerde!

Ana: Pero no tendría que haber pasado...

Marco: Sí tenía que haber pasado. Porque necesitabas a alguien y yo estaba ahí. Manuel no. Solo hace falta que te des cuenta de quién va a estar siempre para ti y quién no.

Ana: Manuel es tu amigo...

Marco: ¿Y qué? Y tú eres la chica de la que siempre he estado enamorado. Estoy harto de hacer ver que no lo estoy, harto de conformarme con tu amistad. Y no te estaría diciendo todo esto si no es porque creo que de verdad conseguirías superar tus traumas estando conmigo. Ya lo intentaste con Manuel y no funcionó. Volver con él sería tropezar con la misma piedra. Amplia tus horizontes, Ana. Tienes a alguien que lo daría todo por ti, por tu felicidad.

Su confesión y su proposición me han dejado sin habla. Le diría mil cosas, que solo lo veo como un amigo, que intentando algo así solo conseguiría sembrar rencor entre nosotros, como me ha pasado con Manuel, que nunca voy a poder darle verdaderamente lo que él quiere de mí... Pero una minúscula parte de mí ha hecho cuestionar mi forma de actuar, esa que desea cambios en mi vida, esa parte rebelde e inconformista.

Debería dejarle las cosas claras, pero él se acerca más a mí, aunque respetando las distancias. Me acaricia la mejilla.

Marco: No sé, piénsatelo. - susurra - Y no me arrepiento de haberte besado, lo volvería a hacer mil veces.

Se me queda un rato mirando, yo le aguanto la mirada. Deduzco que duda en besarme o no o quizás está esperando a ver si yo doy ese inmenso paso. Pero me limito a bajar la mirada y él interpreta correctamente mi gesto, ya que se separa de mí, coge su mochila y desaparece.

*narra Martina3*

Guardado.

Me apresuro a marcharme rápidamente antes de que Marco me vea ahí. Antes de que descubra que he estado escuchando toda su emotiva conversación. Esa conversación que ahora está grabada en mi móvil. Será una buena arma para mis planes.

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