Capítulo 99

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CAPÍTULO 99

*narra Rocío*

Ya lo he dejado todo listo, las velas, la cena, las flores, el mantel, los cojines... un aire verdaderamente romántico envuelve el pie del Árbol del Ahorcado, Martina está arreglándose y en breve aparecerá. Me escondo tras unos árboles y espero a que llegue alguno de los dos. El primero en llegar es Roger, está guapísimo: lleva una elegante camiseta de punto gris y unos pantalones naranja pitillo. Se sienta encima de uno de los cojines y vislumbro cómo se muerde las uñas.

Los minutos pasan y ni rastro de mi mejor amiga. Empiezo a preocuparme porque temo que todo mi plan se vaya al garete. Me voy a buscarla, dejando a Roger ahí solo, lo más seguro es que termine cansándose y se marche.

Voy a nuestra habitación, pero está vacía, así que la busco incansablemente por todo el instituto, abriendo todas las puertas que hay a mi alcance, hasta que oigo unos débiles sollozos y sé que es ella. Abro la puerta bruscamente y la envuelvo con mis brazos.

Rocío: ¿Qué pasa? Roger te está esperando. Está guapísimo. - intenta calmarse poco a poco, se seca las lágrimas con papel y se coloca las gafas.

Martina: Te está esperando a ti. - consigue articular.

Rocío: Ya, pero ese era el plan. ¡Verás las ganas que tiene de verte!

Martina: Te está esperando a ti. - repite. Y por fin entiendo la situación, ella no estará llorando en vano y si está tan convencida de eso es porque tiene información que yo desconozco.

Rocío: Bueno, pues si me está esperando a mí, que se acomode, ahora tengo que estar con mi mejor amiga.

Martina: No. Ve a por él. Gracias por todo lo que has hecho por mí, sabiendo que tú también lo quieres. Te está esperando a ti.

Rocío: Pero...

Martina: ¡Ni peros ni peras! - me interrumpe - Te lo mereces.

Suspiro profundamente, asimilando el cambio de los planes, unos planes que no me desagradan. Le doy un beso en la mejilla, me levanto de un salto y corro hacia el Árbol del Ahorcado, cruzando los dedos para que Roger siga esperándome. Llego jadeando y me planto delante de él, está en la misma posición, con los brazos entrecruzados.

Roger: Los plantones no molan. - me dice con voz grave, aparentemente dolido, sin levantar la vista hacia mí. Me fijo en que lleva un pin de la Marca Tenebrosa en su camiseta.

Rocío: Estaba trabajando para el Señor Tenebroso, Ro-Ro. - contesto, sentándome a su lado, bien pegadita a él. Le toco con sumo cuidado la Marca Tenebrosa de su pecho. - ¿Me estabas esperando a mí? - susurro, acercando mi cara a la suya.

Roger: Desde el primer día. - por fin levanta la vista y me observa con su tierna mirada, me coloca uno de mis rebeldes mechones de pelo detrás de la oreja, sin dejar de explorarme con esos hipnotizantes ojos, pero yo solo puedo fijarme en sus labios y en el deseo que estos me producen.

Rocío: Oh, vamos, - digo al fin, sin poder resistirme más - déjate de miradas y bésame ya. - los dos sonreímos y él se inclina hacia mí, cierro los ojos y disfruto del contacto de nuestros labios, preparada para querer sin miedos a este chico y que él me quiera a mí.

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