CAPÍTULO 157
*narrador omnisciente*
- No hemos podido hacer nada. Ha tenido una hemorragia imposible de controlar. Ha... fallecido. Isaac Prieto ha fallecido. - dictamina el médico, cuyo bigote es el protagonista de su rostro, tras haber repasado uno de los papeles.
- ¿Isaac Prieto? - pregunta el padre de Lucas con un hilo de voz.
- Nosotros somos los familiares de Lucas Mendicuti. - le sigue la madre.
La expresión del hombre pasa de la confusión a la vergüenza.
- ¡Mil perdones! ¡Disculpen la horrible confusión! - los cuatro sueltan todo el aire guardado - Lucas Mendicuti... - baja la vista para inspeccionar los papeles - Vayan a la sala de la izquierda, allí les hablarán sobre él. Siento mucho la equivocación, de veras.
Los cuatro se dirigen al lugar donde les han mandado, compadeciéndose de las dos mujeres que estaban abrazadas.
La silla está fría. Sus manos están frías. Su corazón está congelado. Los recibe la médico que lleva el seguimiento de Lucas.
- Lamento comunicarles que Lucas ha sufrido un ictus.
La mujer continúa hablando, pero Rocío no puede seguir escuchándola. Ya es la segunda vez que Lucas ha visto de cerca la muerte. ¿Por qué ella siempre tiene que presenciarlo? Está claro, ella no es buena para él. Qué casualidad que justamente las dos veces estuviera a punto de revelarle que la quería. La chica siente una extrema responsabilidad, por mucho que le duela en el alma, tiene que alejarse de él para mantenerlo a salvo. Ese es el pacto que acaba de hacer con el Universo: si ella se marcha de su lado y lo deja tranquilo, el Universo dejará que Lucas se recupere. Piensa ponerse a cantar mantras invocando energías positivas en cuanto llegue a su habitación, pero eso sí, lejos de él.
- Dentro de un rato podrán ir a hablar con él, está consciente pero muy desorientado. - termina de informarles la doctora.
Los cuatro se levantan y le estrechan la mano, algo esperanzados.
Rocío: Muchísimas gracias por todo. - les dice a los padres de Lucas.
- Gracias por tu compañía, ahora volveremos a verlo y por fin se pondrá bien.
Rocío: No, será mejor que yo no esté. No pido que me entiendan, solo que respeten mi decisión.
Les da un breve abrazo a los tres y desaparece por los pasillos. En cuanto dobla la esquina, necesita parar para recomponerse, ya que siente que una parte de su corazón se ha quedado en esa frígida sala. Nunca jamás va a salir de ahí. Una parte de su corazón siempre le pertenecerá. Lo único que se puede permitir tener de él es el recuerdo de ese momento que decidieron congelar. Se miraban fijamente, él desde la cama, ella desde arriba, agarrándole la mano con fuerza. Sus cabezas estaban a la misma altura. Ya no recuerda cómo acabó la historia, si él empeoró o si ella huyó. En su memoria no termina. Siguen allí todavía, mirándose, toda la eternidad.
En el momento en que el chico que acaba de sufrir un ictus abre los ojos y se encuentra tan solo con su familia, tarda menos de un segundo en preguntar por ella. Sus padres se limitan a encogerse de hombros, dejándolo a él todavía más desubicado. Lo que el muchacho aún no sabe es que acaban de condenarlo a vivir con el recuerdo de un amor aparentemente imposible.
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Invencibles
Ficção AdolescenteHan pasado dos años desde que Manuel se proclamó ganador de Masterchef Junior 2. Los organizadores del programa y los padres de los concursantes acabaron decidiendo que no era muy viable seguir yendo a los colegios públicos de sus respectivas ciuda...