Amor De Ficción

Capitulo 6: Escondite De La Cazadora

Llevo un rato caminando, en mi mano tengo una hoja qué tiene un mapa del bosque magico, estoy haciendo apuntes de el, aunque por si acaso no voy ha marcar mi escondite, después de todo yo ya se donde se encuentra sobre el mapa, me siento sobre una enorme roca ha lado del río, haciendo los últimos apuntes, la verdad me siento algo sola en este lugar, apesar de lo pacifico qué es, pero la compañia me tiene miedo.
Desde hace un largo rato me viene siguiendo un pequeño zorro de fuego, está cómo ha 10 metros de mi, sentado observando cada uno de mis movimientos, recuerdo haberlo visto en uno de los libros del escondite, es una criatura inofensiva mientras no la hagas enojar, porque sus flamas crecen creando un gran incendio ha todo por su paso, por eso no intento alejarlo de mi, puede ser un pequeño gran aliado para mi, creo qué le caí bien porque lo he alimentado.

Brisia: Sabes pequeño amigo, eres el primero qué intenta acercarse ha mi sin intentar hacerme daño, todos en este lugar han sido violentos conmigo, por algo la Cazadora De Monstruos se esconde de las personas ¿no?.

Es cierto no me había hecho esa pregunta, ¿qué le paso ha la Cazadora De Monstruos antes de qué yo llegara? ¿desaparecio? ¿se fue? ¿murio?... Tantas preguntas, tanto qué explorar en esté mundo, y la verdad es qué estoy emocionada, es la primera vez en mucho tiempo qué siento tal emoción de explorar un mundo de ficción de libro, me intriga y el entusiasmo es tan grande qué no me cabe en el pecho.

Voz Masculina: Por fin te veo.

Me sobre salto al escuchar una segunda voz, levanto la mirada para ver el otro lado del río, en la otra orilla está el... De nuevo... Tadeo, tiene su traje de caballero, esta vez es todo negro, está montando un caballo negro, muy precioso... 
Me pongo de pie con mucho cuidado, guardo el mapa en mi espalda lo atorro en mi cinturon, supongo qué ya no tiene caso qué tenga la capucha sobre mi cabeza, me la bajo dejando ver mi rostro, lo miro fijamente con una expresión seria.
Creo qué mis piernas se empezaron ha mover solas, porque me encontraba dandole la espalda y comence ha correr, intentando adentrarme en el bosque para perderlo.
Detrás de mi puedo escuchar el relincho de un caballo, seguido de sus cascos golpeando la corriente del río, quiero alejarme lo más rápido posible de el, pero es inútil... El caballo negro se encuentra delante de mi bloqueando mi paso, me detengo en seco antes de chocar contra el.

Brisia: Me dejas ir.

Tadeo: Necesito hablar contigo, por lo tanto no puedo dejarte escapar.

Lo dice enserio, lo puedo leer en sus ojos rojos, me va ha dejar ir... No tengo muchas opciones para poder escaparme, pero no me queda de otra, rendida en pasos lentos me acerco aun árbol y me apoyo en el usando mi espalda.
Tadeo me observa, luego de unos segundos notando qué no tengo intenciones de escapar, baja del caballo tomando su distancia conmigo, sabe qué yo no lo quiero cerca de mi, en especial luego de lo qué me hizo la última vez qué nos vimos, me dolio mucho el agarre de mi muñeca, incluso se me quedo por un rato las marcas rojas de sus dedos.

Brisia: No quiero qué te acerques mucho ha mi.

Tadeo: Respeto eso, no me acercaré ha ti, si tú no lo deseas, solo quiero hablar contigo sin hacerte daño.

Brisia: Me tienes enfrente, dime qué es lo qué quieres para poder irme ha descansar, estoy despierta desde muy temprano. 

Mientras digo esas palabras mis ojos están dando un vistazo ha nuestro entorno, buscando algún rastro de los caballeros, dudo mucho qué dejen salir ha su Rey solo, con esos monstruos atacando los alrededores, no veo nada qué se mueva o parezca sospechoso, ni tengo el presentimiento de estar siendo vigilada por alguien más aparte de Tadeo, supongo qué nos encontramos los dos solos con la naturaleza siendo testigos de nuestra conversación, el aire sopla con fuerza, sacudiendo las ramas de los árboles, unas hojas verdes caen cerca de mi, intento no distraerme para no bajar la guardia.