Capitulo 134: Lago Congelado

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Esto si es vida, no puedo creer qué ya haya pasado medio mes, he estado disfrutando tanto de mis vacaciones junto ha Tadeo qué el tiempo ha pasado tan rápido en esta cabaña, la isla en donde estamos está cubierta de nieve con un gran pueblo con personas muy amables, aun asi Tadeo y yo deseabamos tener privacidad, desde hace unos meses compro una cabaña alejada del pueblo y la fue arreglando ha su agradado, también lleno el armario con ropa adecuada para este clima.

Estoy sentada en un sofa de madera llena de pieles muy comodas qué le quitan la dureza al sofa, además mi cuerpo está cubierto por una cobija muy calientita, me acuesto con la espalda apoyada en un cojín, en mis manos tengo una taza de chocolate caliente, sabe tan bien es delicioso, mis ojos están puestos en la ventaja con las cortinas abiertas, disfruto de ver la nieve blanca caer del cielo nublado.
Tadeo se sacude un poco la ropa, acaba de encender la fogata en la chimenea, es muy acogedor el calor de la fogata, me quito la cobija de encima y coloco la taza sobre una mesa ha lado del sofa, le hago señas ha Tadeo para qué se siente conmigo, cuando lo hace no pierdo tiempo en abrazarlo apoyando mi cabeza sobre su pecho, me sorprende un poco cuando mi esposo se deja caer hacia atrás acostandose conmigo acostada sobre su pecho.

Brisia: ¿No podemos alargar las vacaciones?.

Tadeo: Lamentablemente no, tenemos qué volver ha casa en dos semanas más, pero puedes estar tranquila compre está cabaña podemos volver cuando queramos, está será una de nuestras casas vacacionales.

Brisia: ¿Una de nuestras casas vacacionales?, ¿cuantas casas tienes?.

Tadeo: Unas cinco contando está, te llevare ha cada una de ellas cuando vea la oportunidad, podemos llevarnos también ha Badulf, ahora es nuestro hijo.

Brisia: Lo se, me siento mal al no haberlo traido con nosotros, pero es nuestra luna de miel unas vacaciones para qué los novios pasen tiempo ha solas, para consumir el matrimonio.

Tadeo: Ya lo hicimos incluso antes de la boda, si quieres podemos hacerlo de nuevo.

Brisia: Dame un respiro, ya perdi la cuenta de cuantas veces lo hemos hecho en tan solo este mes, mi espalda me duele necesito descansar, ¿acaso tú no?.

Tadeo: Tengo la fuerza y la resistencia de un lobo, no me duele el cuerpo ni tampoco me canso con gran facilidad, la única vez qué me dolio el cuerpo fue la primera vez qué lo hicmos.

Brisia: Quizás se deba ha qué lo hicimos sobre un suelo rocoso, recuerdo bien haber tenido unos pequeños cortes hechos por las piedritas, agradezco qué ese dia tuvimos una misión fue más fácil disimular esas heridas y los moretones en mi cuello por los chupetes.

Tadeo: No te hagas la victima, mi espalda tiene las marcas de tus uñas, en mi cuello y hombros están las marcas de tus dientes, son marcas muy profundas nada superficial.

Brisia: Pues no te estabas quejando cuando te mordia, en cambio te ruborizabas más y gemias con placer, puede qué nos hagamos unas heridas durante el acto pero no tenemos arrepentimiento porque nos gusta.

Tadeo: Lo unico qué logras con tus palabras es provocarme.

Brisia: Ni se te ocurra, por ahora no solo unos dias más hasta qué recupere el aliento.

Tadeo: ¿Qué tienes en mente para el resto del día?.

Brisia: ¿Ahi un lago o un rio cerca?.

Tadeo: Ahi un lago aun kilometro y medio, está completamente congelado, ¿quieres patinar en hielo?.

Brisia: Me haz leido la mente, ¿tenemos botas con hojas para patinar?.

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