Capitulo 91: El Hogar De Los Gatos

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Brisia: ¡Hey dejenme salir de aquí!, ¡Alonso!, ¡Alonso!, ¡Ahhh!.

Me han dejado dentro de una choza hecha de piedras con techo de paja, no ahi nadie en el interior solo un enorme tronco de madera en el centro, me han amarrado ha el, colocando mis brazos rodeando el tronco y ataron mis muñecas, he estado tirando de las cuerdas con fuerza intentando romper las ataduras, lo único qué obtengo es herir mis muñecas.
Los hombres gato nos secuestraron ha ambos luego de hacerme beber esa pocisión, ahora qué no cuento con mis poderes magicos me encuentro más vulnerable, lo cual está funcionando, antes del amanecer llegamos ha nuestro destino la aldea del Clan De Los Hombres Gatos, es una pequeña aldea llenas de chozas de piedra y madera, tienen muros de madera rodeando todo la aldea, cuando las puertas se abrieron para dejarnos entrar vi aun grupo de machos custodiando la entrada, caminamos por el pueblo, vi unos pequeños cachorros corriendo por los alrededores pero sus madres los detuvieron al vernos, todas las miradas del clan se fijaron en nosotros.

Se llevaron ha Alonso, ha otra parte, al lado opuesto de la aldea, me asusta estar sola en el interior de está prisión si asi se le puede llamar, aunque lo qué más me altera es el no saber donde está Alonso, estoy muy preocupada por el, pero debo confiar en qué todo va ha salir bien, dentro de poco tiempo estaremos ha salvo, Tadeo ya debio de iniciar una busqueda, Alonso y yo desaparecimos durante toda la noche, eso debio de haber encendido las alertas en el, además no le costara mucho trabajo llegar, después de todo teniamos planeado atacar la aldea de los hombres gato dentro de tres noches, supongo qué los planes tendrán qué cambiar, aunque tristemente quedamos en no cambiar los planes apesar de los futuros cambios, es muy posible qué no venga por nosotros hasta dentro de tres días, no se con precisión.

Voz Femenina: (Susurro) El Jefe me ha enviado por ella, quiere qué la vaya preparando.

Voz Masculina: (Susurro) Te la llevare en unos minutos, no puedo dejar qué tu sola la lleves, está mujer sigue siendo aun peligrosa aun sin sus poderes.

¿Qué están diciendo?, puedo escuchar voz entre susurros, parece qué dos felinos están teniendo una conversación afuera de mi prisión, guardo completo silencio y dejo de moverme para no hacer ruido y poder concentrarme en la conversación, desafortunadamente no dura mucho tiempo, escucho unos pasos alejarse, de repente las cortinas de tela se abren dejando entran aun felino macho de dos metros, pelaje blanco, sus ojos son dorados, me gruñe al verme supongo qué intenta asustarme, no le muestro ninguna reacción me mantengo neutral, no muestro temor ni miedo, permanezco seria, veo cómo flexiona sus nudillos dejando ver sus enormes garras, me corta el aliento al verlas crecer, da unos pasos hasta terminar de pie detrás de mi, de mis labios sale un pequeño grito de sorpresa al sentir las garras rozando mi piel al momento de cortar la cuerda qué me mantenia prisionera.
Llevo mis manos hacia adelante sobre mi regazo para ver mis muñecas heridas, las tengo de un color rosado mezclado con el morado, parece cómo un moreton, mis muchas me duelen mucho, me acaricio la muñeca para sobarme pero apenas toco mi piel con un dedo cuando una punzada de ardor y dolor me hace retirar mi idea.

Hombre Gato: Ponte de pie y camina, alguien muere por conocerte.

No tuve tiempo de hacer preguntas, me toma del cuello de mi ropa para hacer qué me ponga de pie, me empuja hacia adelante con fuerza, por poco termina cayendo al suelo pero consigo mantener el equilibrio, no me queda de otra más qué seguir sus ordenes sin saber donde está Alonso no me puedo arriegar hacer qué lo lastimen, camino aun paso seguro y constante, mantengo mis manos ha los costados porque no quiero qué piensen qué planeo algo, es mejor mantenerme al margen y no parecer una amenaza.

Me lleva directo ha una pequeña choza de paredes de madera, me asusto un poco al ver el vapor salir por una pequeña ventana, giro la cabeza para ver al gato de pelaje blanco qué viene detrás de mi, me vuelve ha empujar con fuerza para acelerar mis pasos, cuando quedo de pie enfrente de la puerta de madera la veo abrirse de agolpe dejando ver ha una felina de casi dos metros es un poco más pequeña qué mi vigilante, ella tiene pelaje gris, su compresión es más delgada, tiene curvas, también dos bultos debajo de su pelaje, deben ser sus pechos, me siento incomoda saber qué andan al desnudo pero con un grueso pelaje.

Mujer Gato: Entra.

Brisia: No sin saber lo qué me van hacer.

Mujer Gato: (Se hace aun lado de la puerta) Necesitas darte un baño.

Atraves del marco de la puerta de madera alcanzo ha ver con claridad una tina redonda de madera, llena de agua caliente, eso explica el vapor saliendo de la ventana al costado de la choza, ha lado de tina se ve una mesita de madera con tres frascos de vidrio con un contenido liquido muy sospechoso para mi, de repente soy sacada de mis pensamientos al sentir una fuerte presión sobre mi brazo, antes de darme cuenta me arrojan al interior de la choza, impacto contra el suelo de tierra ensuciando aun más mi ropa y mi rostro, me siento en la tierra con las piernas dobladas, dejando salir unos quejidos de dolor, sin duda me van ha quedar moretones de este dia tan agitado.

Mujer Gato: (Le gruñe dejando ver sus colmillos) ¡¿Qué haces imbecil?!.

Hombre Gato: No se estaba moviendo y la quiere lista en unos minutos.

Mujer Gato: Pero usa la cabeza, me voy ha tardar más ahora en limpiarla ahora qué la haz ensuciado más de lo qué ya estaba, ¡Sal de aquí, yo me haré cargo del resto!, ¡Nos meteras en problemas si la sigues maltratando!.

¿De qué están hablando?, ¿prepararme?, ¿darme un baño?, acaso quieren tenerme limpia, y bien cuidada, cómo si fuera una mascota, se han invertido los papeles de gato y amo, tal vez no se trate de eso, de seguro está sobrepensando la situación, aunque bajo estás circunstancias mi adrenalina y mis nervios están disparadas en el aire, los dos felinos se gruñen antes de qué la chica le cierre la puerta en la cara del macho, me ponde de pie con movientos lentos luego de verla girarse sobre sus talones para verme, da unos pasos hacia mi por reflejo doy unos pasos hacia atrás, ella se detiene ha un metro y medio de distancia de mi, me sorprende y mucho verla dedicarme una sonrisa, levanta sus manos hacia los lados enseñando sus dedos sin garras.

Mujer Gato: Me llamo Inés, no voy hacerte daño, solo queria ayudarte ha quitarte la ropa para qué puedas entrar ha la tina.

Brisia: ¿Porque quieren bañarme?.

Inés: Solo sigo ordenes, es mejor qué obedezcas si no quieres ser castigada, creeme cuando te digo qué deseas conocer la cueva del castigo.

La chica pasa su pata sobre el pelaje en su vientre dejando ver unas cicatrices en la piel debajo de todo ese pelaje, la cicatrices son profundas y grandes, parece marcas de ¿latigo?, me aterra pensar en el gato quien le hizo esas marcas, asi qué solamente le pido qué cierre la ventana abierta mientras me desvisto voluntariamente.
Me adentro sobre la tina, puedo sentir el agua caliente golpeando la piel de mis piernas, lentamente me voy adentrando en el agua hasta sentarme en el interior de la tina, el agua me llega hasta los hombros, Inés me tira más agua tibia sobre mi cabeza mojando mi cabello, destapa una de las botellas de vidrio en la mesita vertiendo su contenido en el agua de la tina, la segunda la derrama sobre mi cabello, tiene un aroma agradable huele ha flores con una mezcla de frutas, también ahi un especie de aroma dulce qué desconozco.

Inés: Puedes bañarte por tú cuenta si eso prefieres, tengo ordenes de no dejarte sin vigilancia, no puedes pedirme qué me retire porque no lo hare.

Brisia: Comprendo, ¿puedo hacerte una pregunta?.

Inés: Si puedes hacerla, pero no te garantizo ser capaz de responderla, me han prohibido ciertas cosas ante tú presencia.

Brisia: Solo dime, ¿donde está mi amigo?, y si ¿se encuentra bien?.

Inés: No puedo decirte donde está, pero si puedo decirte sobre su estado, está encadenado y no deja de preguntar por ti, lo están tratando bien, tiene comida y agua, se está negando ha todo lo qué le ofrecemos.

Brisia: (Suspiro largo) Ya somos dos, quiero verlo, ¿me podrian dejar verlo?, me conformo con unos pocos minutos.

Inés: Por ahora no, tengo indicaciones de bañarte y llevarte ha la casa nupcial.

Brisia: (Sin palabras) Nup... Nupcial... Casa... Nupcial... 

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