Capitulo 92: Encadenados

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ALONSO

Malditos gatos, les cortare la cabeza cuando obtenga mi espada de nuevo, me tienen cómo aun animal encerrado, me tienen encadenado de ambas muñecas en el interior de una pequeña jaula hecha de metal, sin mencionar qué es pequeña porque soy forzado ha permanecer sentado para no golpear los barrotes de arriba con mi cabeza, además me encuentro ha 7 metros bajo el suelo en el interior de un hoyo, no se en qué parte de la aldea me encuentro, lo único qué se es qué se llevaron ha Brisia al lado opuesto de la aldea.

Por medio de una canasta con una soga me han estado dando comida y agua, me he estado negando ha comer, sin embargo no he dejado de preguntar por mi amiga, esos malditos gatos no me han dicho nada, aunque ya estoy empezando ha cansarlos con mis gritos, en especial ha los guardias qué me han estado vigilando, si tan solo... La suerte se encuentra de mi lado, Dios sin duda me está sonriendo, se me acaba de ocurrir una idea para forzar la cerradura de la celda, en el suelo veo una roca del tamaño de la palma de mi mano, tiene un poco de filo quizás sea capaz de volver su punta aun más filosa, encuentro otra piedra parecida pero más pequeña, no pierdo más tiempo y comienzo ha golpear la punta para convertirla en lo más parecido aun cuchillo.

Hombre Gato: (Empieza ha bajar la canasta por el hoyo usando una soga) La comida de hoy, no la desperdicies de lo contrario hoy será tú última comida.

La canasta aterriza enfrente de la celda en un pequeño espacio qué aho entre los barrotes y el muro de tierra del hoyo, en el interior de la canasta ahi un bote de calabaza seca, supongo qué se debe de tratar de agua fresca, ha su lado ahi un pedazo de carne asada sin nada qué le acompañe, una comida muy simple, mi estómago libera un pequeño gruñido al oler el aroma de la carne, tiene un apetitoso aroma, llego casi un dia entero aqui abajo, y anoche me concentre en beber y no en comer durante la fogata del pueblo.

Hombre Gato: ¿Vas ha comer si o no?.

Alonso: Si, yo lo comere.

BRISIA

Esto ya no me está gustando para nada, mi cuerpo está comienzando ha temblar ante las ideas qué se van formando en mi cabeza, ya qué no son ideas buenas son aterradoras, luego del baño Inés me entrego unas nuevas prendas de ropa, no me ha dejado conservar mi ropa ya qué se encuentra completamente sucia llena de tierra y lodo seco, la nueva ropa qué me ha pedido ponerme está hecha de piel, parece ser de piel de animal, no quiero mal pensarlo pero parece ser piel de tigre, es de pelaje naranja y rayas negras, es de dos piezas, es una falda larga hasta mi tobillo pero tiene una gran abertura dejando ver mi pierna derecha desde unos centimetros arriba de mi rodilla, la segunda pieza es un sosten qué cubre mis pechos, tiene dos tirantes hechas de la misma piel, me las arreglo para atar los dos extremos detrás de mi cuello, ahi en más no tengo nada más puesto, ni siquiera me ha dejado conservar mis botas, las plantas de mis pies están en contacto con la tierra del suelo y las pequeñas piedras qué me están molestando provocandome una pequeña sensacion de dolor, me pedio qué dejara mi cabello suelto qué no debia de intentar agarrarme el cabello, qué ha el no les gustaria.

Brisia: ¡Hey!, ¡No me dejes aquí!.

Inés: Lo lamento, ya solo me encuentro siguiendo ordenes de mi Jefe.

Brisia: Hablas del Jefe del Clan De Los Hombres Gato.

Inés: Debo irme, no debe tardar en llegar.

Brisia: ¡Espera!.

Esto no puede ser verdad, debe ser una mentira, me ha traido ha una enorme choza, parece una casa, ahi una enorme cama con pieles de diferentes animales, por el tamaño y el color debe ser de vaca, ahi una mesa con una jarra de agua y dos enorme tarros, veo una ventana con un marco grande cubierta por una tela verde es una especie de cortina, sin pensarlo doy unos pasos acelerados para intentar huir pero... Soy detenida en seco, al sentir un fuerte tiron en mi tobillo qué me impide seguir avanzando, demonios... En el centro de la choza ahi un enorme y grueso tronco de árbol, por la estructura del techo diria qué es lo qué sostiene el techo de paja, en el tronco se encontraba una cadena con un grillete, me lo ha puesto ha la fuerza en mi tobillo izquierdo, no cuenta con muchos metros de largo, no me leja llegar ha la ventana ni tampoco ha la puerta, estoy atrapada.

La situación seria distinta si tan solo tuviera mis poderes de nuevo, si pudiera sentir mi fuerza magica recorriendo cada una de las venas de mi cuerpo, me dieron ha beber una gran cantidad de cuarzo bloqueador liquido, si mis calculos no me fallan el efecto tardara en desaparecer por completo de mi sistema de tres ha cinco días, apenas llevo la primera noche y está por acabar el primer día, es muy riesgoso para mi esperar ha qué mis poderes magicos regresen, debo empezar ha planear mi plan B, si es qué quiero salir con vida de está situación, en especial si deseo encontrar ha Alonso.
Ahora qué lo pienso... El cuarzo bloqueador es originario del Reino Cuarzo, estamos ha cientos de kilometros del Reino, ¿cómo ha conseguido el cuarzo bloqueador?, en estos últimas semanas me he estado ofreciendo ha ayudar ha Arturo con su trabajo de escritoria, ya qué he notado qué últimamente ha estado cansando, se le ve en la mirada, cabecea durante las reuniones pero se esfuerza en mantener los ojos abiertos, cómo sea... He leido sobre algunos reportes de sucesos dentro y fuera de los muros del Reino Cuarzo, hace unas dos semana hubo un roba, se robaron un cargamento de cuarzos de una bodega, propiedad de Tadeo, usan esos cuarzos para fundirlos y crear un solo cuarzo gigante para los cuarzos qué elevan la barrera sobre el reino, evitando la infiltración de los monstruos, pero el cargamento qué se roban eran cuarzos defectuosos, quizás ese robo esté relacionado con los hombres gato, debo dejar eso de lado estoy metida en aprietos cómo para pensar en un robo.

Voz Masculina: Hueles tan bien, cómo ha rosas salvajes de un campo de flores, qué usan sus espinas para protegerse.

Brisia: ¡Ahhh!.

No lo escuche acercarse ni siquiera entrar ha menos de qué... El haya estado aquí desde el momento en qué entre ha la choza... Una figura oscura salida de un rincón oscuro se mueve ha gran velocidad hacia mi, tomo el jarron con agua cómo unica posible arma al alcance de la mano, lo tomo de la agarradera y lanzon un golpe hacia atrás con todas mis fuerzas, escucho el crital de la jarra romperse en cientos de pequeños pedacitos, caen al suelo no se contra qué sea impactado pero no lo ha dañado en lo más minimo, doy un grito de sorpresa al sentir un cuerpo pesado empujandome hacia atrás, mi espalda golpea las pieles sobre la cama, intento defenderme pero es inutil alguien o algo me está sosteniendo de mis ambas muñecas sobre mi cabeza, doy unos gritos mientras uso todas mis fuerzas para liberarme.

Voz Masculina: Es todo lo qué eres capaz de hacer sin tus poderes (Voz burlona) Cazadora De Monstruos.

Brisia: Supongo qué eres tú el Jefe Gato.

Jefe Gato: Me llamo Maurin. 

Es identico al gato de la leyenda, es un enorme hombre gato de pelaje azul oscuro, sus ojos son de un color naranja, tan brillantes cómo el color de la llama de una fogata, está lleno de vida pero ha la vez, tan lleno de destrucción, tiene una sola de sus patas sosteniendo mis dos muñecas sobre mi cabeza, es muy fuerte cómo para poder retenerme con una sola pata, tiene su otra pata apoyada sobre la cama ha lado de mi cuello, mi cuerpo se encuentra en medio de sus piernas, me tiene completamente atrapada, está usando su propio cuerpo cómo mi prisión.

Maurin inclina su cabeza hacia mi cuello, se me eriza la piel y se me acelera la respiración, al sentir su respiración rozando la piel desnuda de mi cuello, una sensación de asco y desagrado me invade al sentir su lengua lamiendo mi cuello, unos quejidos de rabia dejan mis labios al instante, luego de eso vea ante mis ojos cómo mueve su pata libre, sus garras crecen ligeramente, son gruesas al principio pero al terminar es delgada y con mucho filo, acerca sus garras hacia mi hombro, el filo de sus garras acarician mi piel sobre mis antiguas cicatriz con formas de garras, un recuerdo de mi primer enfrentamiento con un hombre lobo, con algunas hiervas he conseguido hacer más pequeñas las marcas, solo falta poco para qué desaparezcan por completo.
Sin dejar de lamer la piel de mi cuello siento sus garras rozar sobre los tirantes qué sostienen, de inmediato interpreto sus intenciones, busco una alternativa para hacer qué se detenga, ya qué mi voz no va ha servir de nada, hizo lo primero qué se me viene ha la mente, su oreja se encuentra cerca de mis labios, muevo mi cuello consiguiendo tomarla entre mis dientes.

Maurin: (Gruñe de dolor) ¡Maldita humana!

Brisia: ¡Ahhh!.

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