Capitulo 94: ¡Corre!

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ALONSO

¿Por donde debo ir ahora, está es la segunda noche desde qué llegue ha la aldea, me costo trabajo crear mi propia llave maestra para mis cadenas y la jaula en donde me tenian prisionero, luego de pasarme varias horas observando ha los gatos qué me vigilan me aprendi cada cuantas horas ahi cambio de turno, existia un tiempo de 40 segundos antes de qué lleguen los nuevos niñeroz, con una punta de piedra filo qué amarre al extremo de una vara de madera de 15 cm, creando un cuchillo ha la antigua, he conseguido forzar las cerraduras y subir por el hoy usando la misma soga qué usan para bajar la canasta.

Estoy escondido detrás de una enorme vaca, luego de haber escapado de mi prisión tuve qué hallar una forma de ocultar mi aroma, los gatos en este pueblo tienen un buen sentido del olfato, vi ha la distancia un corral con animales de granja, cerdos, gallinas, vacas, ovejas y más, tienen su pequeña mini granja, con tantos animales en un solo lugar mi aroma desaparecera con el suyo, llevo un rato escondido, no se hacia donde debo ir ahora, este lugar es mucho más grande lo qué aparenta ser, ahi viene una pareja.

Inés: Siento pena por ella, me da tristeza el final qué va ha tener cómo las demás.

Hombre Gato: Te dije qué no te encariñaras con ella, después de todo tarde o temprano será desechada cómo las demás hembras humanas qué han traido.

Inés: Arthur, debemos hacerlo para detenerlo, ya no quiero seguir haciendo esto.

Arthur: Nadie quiere hacer nada de esto, pero no tenemos muchas opciones desde qué perdio la cabeza nuestro Jefe, escuche por ahi qué ha estado golpeando ha la Cazadora.

Inés: Ella sea estado negando ha obedecer sus ordenes, le está dando pelea, acabo de ir ha verla ha la choza nupcial, tiene qué ponerle unas vendas en una herida en su hombro, sin mencionar los evidentes golpes en su rostro y abdomen, los moretones son tan oscuros, se ve qué se ha estado conteniendo con ella.

Arthur: Está va ha durar menos tiempo qué las demás, será un milagro si sobrevive la noche.

Los veo pasar de largo y alejarse, no me gustado en lo más minimo lo qué he oído, salgo de mi escondite, de un salto brinco la cerca del corral de los animales, corro en la dirección de la qué venia esa pareja felina, mis pasos son apresurados pero intento ser lo más silencioso posible, es de noche y casi no ahi nadie rondando las calles de la aldea, me cruzo con varias chozas, con cuidado me he estado asomando por las ventanas de las chozas intentando descubrir en donde retienen ha Brisia.

Brisia: ¡Maldita sea!.

Alonso: Esa voz... ¿Brisia?.

Su voz proviene desde el interior de la choza más grande de está area, le doy una vuelta ha la choza hasta ver una ventana abierta, el marco es grande lo suficiente cómo para qué yo pueda entrar, antes de hacerlo me asomo pero una cortina bloquea mi vista, con cuidado muevo la cortina, muy despacio, en el interior puedo ver ha Brisia arrojando una jarra de agua contra la pared, seguido de eso se pone ha voltear una mesa cercana ha ella, puedo ver ha ira y frustración en su mirada, me aseguro de qué se encuentre sola antes de abrir la cortina y cruzar la ventana de un salto, Brisia se altera al escuchar mis pisadas sobre la tierra qué cubre el suelo, se da la vuelta sosteniendo un pedazo de cristal en su mano derecha, su expresión cambia repentinamente mostrando una alivio, deja caer el pedazo de cristal al suelo mientras yo me acerco ha ella para darle un fuerte abrazo.

Puedo sentir sus manos aferrarse con fuerza ha mis ropas, está triste y asustada, puedo verlo en sus ojos brillantes, mientras las lágrimas bajan por sus mejillas, llevo una mano hacia su cabello para acariciar su nuca, se distancia un poco de mi secando sus lágrimas con su muñeca, abro los ojos en par en par el ver su rostro golpeado, tiene un enorme moretón que abarca gran parte de su mejilla, no solo eso tiene su labio partido, con cuidado apoyo mi mano sobre su herida, ella hace una mueca de dolor apenas rozando su mejilla, bajo un poco la mirada notando su hombro cubierto por una venda, esto me trae recuerdos, la ira me invade hasta el punto en qué mi cuerpo comienza ha temblar, me percato de qué tiene más heridas en su abdomen, sobre su ombligo.

Brisia: Oye, estoy bien, he recibido peores golpes en mi vida, tú me conoces y sabes qué mis palabras dicen la verdad.

Alonso: Aun no tienes tus poderes de regreso, ¿cierto?, ese bastardo de Jefe gato sabra de lo qué es capaz de hacer un simple humano. (Toma la mano de Brisia) Pero no ahora, es mejor escapar mientras podamos.

Brisia: Espero qué tengas la llave de mi cadena.

Ella me señala su tobillo, puedo ver un grillete rodeando su tobillo, conectada ha una cadena, su otro extremo termina en medio de la choza en el tronco de un árbol, de mi espalda saco mi cuchillo improvisado, me arrodillo enfrente de ella, con cuidado tomo su tobillo y meto la punta de piedra en el interior de la cerradura del grillete, hago una serie de movimientos, me toma por unos 23 segundos romper la cerradura, se escucha un click seguido de la cadena cayendo al suelo.

BRISIA

¡Demonios!, ¡Nos están alcanzando!, Alonso y yo hemos conseguido cavar un hoyo en el suelo debajo de los muros de madera qué rodea la aldea, la puerta principal está fuertemente custodiada por los guardias, nuestros instintos y la adrenalina qué nos invade nos hace pensar velozmente en un plan B.
Luego de haber estado corriendo por el bosque por un rato empezamos ha escuchar el rugido de los hombres gato, cada vez se vienen acercando más, Alonso y yo no nos detenemos ni siquiera miramos atrás, solo mirados hacia el frente evitando caer con las raices de los árboles y golpearnos la cabeza con una rama.

Brisia: No lo vamos ha lograr.

Alonso: No digas eso, solo sigue corriendo.

Brisia: Soy realista los hombres gato saben correr en cuatro patas, son mucho más veloces qué los humanos, mejor intentemos encontrar un escondite.

Alonso: Es un plan inútil, no va ha funcionar en especial con su increíble sentido del olfato, será el mismo resultado, nos van ha encontrar.

Hombre Gato: (Gruñido) ¡Arg!, ¡Ahhh!.

Brisia: ¡Alonso!.

Alonso: (Quejido de dolor) ¡Ahhh!.

Uno de los hombres gato nos ha alcanzado, aparecio enfrente de nosotros, apenas y nos detuvimos para correr hacia otra dirección, no pudimos escapar, el hombre gato sea balanceado sobre Alonso derribandolo en el suelo, veo la sangre manchando el suelo, las lágrimas fluyen de mis ojos al ver el estómago de mi amigo desgarrado, está sangrando, la sangre fluyen en grandes cantidades, el hombre gato le gruñe mientras acerca sus colmillos hacia su cuello para ponerle un fin ha todo esto, no se lo voy ha permitir.
Siento una sensación de calidez recorriendo cada una de mis venas, la sensación es debil pero la suficiente cómo para defender ha mi amigo, una aura dorada rodea mi mano, rápidamente se va formando mi espada de empuñadura dorada y una poderosa hoja de plata, tomo con todas mis fuerzas la empuñadura y me dirijo hacia el hombre gato, la levanto y lanzo un golpe apuñalando la espalda de la feroz criatura, da un grito de dolor pero no le doy tiempo de hacer un segundo movimiento, la hoja de mi espada da el golpe final en su cuello, la sangre salpica mi rostro y parte de mi ropa, el cuerpo del enorme felino empieza ha caer hacia aun lado mientras la cabeza rueda por el suelo.

Brisia: ¡Alonso!.

Dejo caer la espada al suelo, me dejo caer de rodillas en el suelo ha su lado, tomo la piel de la parte de abajo de mi falda, rompo un gran pesado, la coloco sobre su estómago y hago presión en su herida, quiero detener la hemorragia está perdiendo demasiada sangre, mis ojos se cruzan con los de Alonso, sus ojos apenas y los tiene abiertos, ladea la cabeza, el temor me invade al ver qué de sus boca empieza ha brotar la sangre, está tosiendo sangre indicando una posible sangrado interno.
Tal vez pueda sanar su herida, mis poderes están regresando pero no ahi garantia de qué su herida vaya ha sanar, pero debo hacer algo, Alonso corre el riesgo de perder la vida, cierro los ojos intentando concentrar toda mi energia en la poca esencia magica qué ha regresado ha mi, hago más presión en su herida al mismo tiempo en qué las palmas de mis manos liberan una luz dorada, canalizo todo mi poder hacia mis manos para lograr cerrar su herida.

Alonso: (Con dificultad levanta su mano, sus dedos rozan la rodilla de Brisia) No... Vete...

Brisia: (Su voz apenas y parece un susurro, Alonso se está debilitando debido ha la perdida de sangre) No lo haré Alonso, no me voy ha ir y dejar ha mi amigo atrás para qué muera solo.

Alonso: (Casi suena cómo un susurro su voz) No... Vas ha morir... Si te quedas.

Brisia: (Le dedica una sonrisa) Voy ha correr el riesgo.

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