Capitulo 118: Siguiendo El Mapa

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Qué frustración, no me gustan los vestido, ni uno solo me gusta o me cautiva para usarlo en mi dia especial, creo qué van unos cinco vestidos qué me he probado y tengo otros ocho vestidos colgados esperando ha qué me los pruebe, siendo honesta no me gustan estos vestidos y lo peor es qué estoy en la mejor boutique en este mundo, no encontrare mejores vestidos qué estos, rendida me siento en el sillon dentro de la habitación privada mientras uso el vestido numero cinco, tengo la mirada agachada, la vuelvo ha levantar cuando doy un largo suspiro.

Ana: Ni uno.

Brisia: Ni uno.

Ana: Estamos enserios problemas, tendras una larga explicacion qué darle ha Tadeo sobre porque regresamos con las manos vacias.

Al volver al castillo lo primero qué hago es reunirme con Tadeo en el jardin, le pedi que dieramos un paseo por las rosas azules qué he cultivado y las rosas rojas carmesí, apreciamos su hermoso crecimiento, intente evitar el tema por un rato pero al final no pude esconder el tema bajo el tapete por mucho tiempo, nos detenemos en una banca de piedra ha lado del camino del jardin, nos sentamos y le explico la situación sobre los vestidos de novia.

Tadeo: Ninguno te gusto.

Brisia: No, no eran de mi agrado, no me vi en mi boda usando alguno de esos vestidos, no me gustaron ni un poco, asi qué me preguntaba qué si puedo comprar mi vestido en mi pueblo, deseo casarme usando un vestido de mi gente.

Tadeo: No tenias ni porque preguntarmelo, por supuesto qué si mi Amor, incluso puedes usar la joyeria de tú pueblo, cualquier cosa qué te haga sentir comoda, yo lo pagare...

Brisia: No es necesario, yo me encargo de los gastos de mi vestido y las demás cosas qué voy ha usar. (Si llego ha una de las boutiques de novias de mi mundo con monedas de oro puro será muy raro además de qué tan solo con una monera voy ha lograr comprar un vestido o dos de los más costosos y lujosos de la tienda) Tengo una amiga se llama Nawja en mi pueblo, le pide el favor de conseguirme una cita lo más pronto posible, se qué no me va ha fallar, y me encuentro segura qué de paso se va ha comprar su vestido para la boda.

Tadeo: No me siento comodo dejando qué tu pagues todo lo qué vas ha usar para la boda, dejame apoyarte aunque sea con la mitad de los gastos.

Brisia: No es necesaria Amor, además la moneda en mi pueblo es diferente ha la qué tú conoces, no podria pagar con tu dinero, aun asi aunque pudieras no te dejaria, no quiero qué los gastos los hagas todos tu, deja qué yo me encargue de mi propio vestido.

Tadeo: Está bien, se qué no voy ha ganarte con lo terca qué eres mi Amor, ahi otra cosa qué deseas discutir conmigo respeto ha la boda.

Brisia: Por ahora no, todo me parece bien y no logro contener la emocion de saber qué dentro de poco seremos esposo, y por fin podre compartir cama contigo, odio tener qué dormir en otra habitación lejos de ti.

Tadeo: Lo admito yo también sufro por las noches al no sentir el rose de tu piel y el aroma de tu cabello.

Brisia: Es cierto nos hemos enfocado tanto en la boda qué nos hemos olvidado de algo muy importante, de la luna de miel, ha donde y por cuanto nos iremos tú y yo después de la boda.

Tadeo: Es cierto, me olvide por completo, quieres qué yo me encargue del viaje, apenas hace un año y medio qué saliste de tu pueblo por primera vez en tú vida, ahi muchos lugares preciosos qué no haz visto.

Brisia: Lo dejo en tus manos, no me importa ha qué lugar vayamos, mientras este contigo ha solas es más qué suficiente, en especial. (Se acerca caminando sus dedos sobre su pecho, su aliento roza la oreja de Tadeo antes de darle un pequeño mordisto) Nos podemos volver locos sin el temor de ser vistos o escuchados por alguien.

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