Capitulo 136: Plumas Blancas

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La sanadora hace qué mi esposo y mi hijo salgan de la habitación para poder revisarme, solo me ha revisado mi estómago al contarle qué he tenido problemas de mareo, vomito, falta de apetito y ahora fiebre, me hace una presiones intentando no lastimarme para saber si tengo inflamación o si siento dolor, por último me hace unas preguntas mientras me pone una toalla humeda en la frente para intentar bajar la fiebre, al terminar me entrega una taza de té y abre la puerta para qué Tadeo y Badulf puedan entrar, me siento en la cama con las piernas cruzadas, bebo con mucho cuidado el té porque está caliente, del otro lado de la cama se sienta mi hijo me dedica una sonrisa de preocupación, lo he asustado comprendo qué este preocupado, no solo el está preocupado también mi esposo Tadeo, me toma de la mano y la levanta hasta llevarla ha sus labios para darme un beso en el dorso.

Brisia: Oigan estoy bien, no se asusten tal vez solo se trate de una infección estomacal esa es la única explicación.

Sanadora: De hecho yo puedo darles otra explicación.

Tadeo: Puedes explicarse por favor Sanadora, quiero saber cómo se encuentra la salud de mi esposa.

Sanadora: Hice un revisión y gracias ha las preguntas me encuentro convencida de qué mi diagnostico está en lo correcto, la Reina Brisia no sufre de ninguna enfermadad, ella está embarazada.

Yo... Estoy... ¿Qué?... Yo no me la puedo creer, me he quedado en shock por completo, nunca me paso por la mente qué yo estuviera... Ahora qué lo pienso con claridad, todo coincide perfectamente era tan obvio desde el inicio, pero he tenido otras cosas en mente qué no le di importancia y lo deje de lado.
Yo apenas iba ha decir algo para romper la atmosfera silenciosa entre nosotros pero no llego ha decir nada porque Tadeo me atrae hacia el para darme un fuerte abrazo, también Badulf se suma uniendose al abrazo, están cariñoso y amoroso el abrazo, es muy calido, solo cierro los ojos correspondiendo al abrazo, cuando abrimos los ojos los tres nos reimos sin poder evitar derramar lágrimas de felicidad ante la noticia, cuando nos separamos nos secamos las lágrimas sin dejar de sonreir.

Sanadora: Felicidades Rey Tadeo, Reina Brisia por su futuro hijo, felicidades Principe Badulf por tú futuro hermano, me gustaria hablar sobre unas recomendaciones, ahora debe de tener más cuidado con su salud, el mareo y la fiebre se debio ha qué redujo su alimentación y en su condución debe de ser lo contrario debe de aumentar su alimentación pero debe de ser equilibrada...

La Sanadora me da algunas recomendaciones por mi estado, no se quien es el qué está poniendo mayor atención yo o los dos hombres importantes en mi vida, cuando la Sanadora se retira de inmediato Tadeo llama ha una sirvienta para qué me traiga algo de comer, está mañana solo comi la mitad del desayuno debido ha mi falta de apetito, cuando estaba entrando aparece mi amiga Ana por la puerta, me sorprende la confianza qué tiene con nosotros ni siquiera pide permiso para entrar solo pasa ha lado de Tadeo y se acerca ha mi en unos pasos acelerados, me hace varias preguntas yo intento contestarlas pero no me da tiempo de hablar, Beltrán acompañado de Alonso entran ha la habitación, cuando Tadeo los ve se limita ha reirse ha carcajadas y les da un fuerte abrazo ha sus amigos, yo hago lo mismo le doy un abrazo ha Ana, puedo ver la confusión en su expresión aun asi me corresponde el abrazo, antes de qué ella pudiera decirme algo yo le doy rápidamente la noticia.

En la noche todos estamos en una mesa en el jardín celebran, casi lloro al darme cuenta de qué no podre tomar vino o licor por un largo tiempo, asi qué ha mi me sirvieron una copa con té helado con un buen sabor, la noticia nos tomo por sorpresa ha todos, en especial para Tadeo y para mi, los dos siempre hemos sido sexualmente activos, ha los 2 años de casados nos preocupamos ya qué queriamos qué nuestra familia creciera, pero yo no... Pensamos qué quizás uno de nosotros era esteril, incluso llegamos al punto de renunciar ha nuestro sueño de una familia más grande, después de tanto tiempo por fin sea cumplido nuestro sueño.

En un punto de la celebración me percate de qué Badulf se habia alejado del grupo para dirigirse por uno de los caminos del jardín, lo sigo ha unos metros de distancia sin decir nada, pero el debe de saber qué lo estoy siguiendo, el se detiene en una banca de piedra un piso abajo de la celebración, aveces olvido qué el jadín es de dos pisos, sin decir nada me siento ha lado de la banca junto ha mi hijo, permanecemos en silencio por unos largos minutos mientras observamos el cielo nocturno, mis ojos están fijos en las estrellas nunca me cansare de admirarlas.

Brisia: Se lo qué piensas Badulf, es por eso qué quiero ser muy claro contigo, Tadeo y yo seguiremos siendo tus padres, seguiras siendo nuestro hijo, las cosas entre nosotros jamas cambiaran, te amamos hijo.

Badulf: (Agacha la mirada) Eso dices ahora, dentro de unos meses quien sabe.

Brisia: Claro qué lo se, Badulf puede qué yo no te haya dado ha luz pero todo el tiempo me siento cómo si lo hubiera hecho, no importa si tenemos la misma sangre o no, nuestro amor no crece por la sangre si no por lo qué siente nuestro corazón, mi corazón me dice qué eres mi hijo, tu padre y yo contamos contigo para qué seas un buen hermano mayor, el hermano qué necesita el nuevo integrante de nuestra familia.

Extiendo mi mano apoyandola sobre la suya, puedo ver una lágrimas bajar por su mejilla, no me dice nada solo está callado, lo único qué puedo escuchar es su llanto parece qué intenta contenerse, nuestros dedos se entrelazan y yo le correspondo con un fuerte apretón, yo me acerco y lo abrazo por la espalda, cuando levanto la mirada veo ha Tadeo sentarse del otro lado de la banca, toma la mano de nuestro hijo y lo abraza, nos quedamos unos minutos hasta qué Badulf se sintiera mejor.
Por primera vez en muchos años los tres compartimos una misma cama toda una noche, me trae recuerdos de cuando Badulf era un pequeño niño asustado por un monstruo debajo de la cama o por una pesadilla.

Ha la mañana siente despierto ha pocos centimetros para caer de la cama, en qué momento está cama se volvio tan pequeña para nosotros tres, aunque debo ser consciente de qué Badulf ya no es un niño de 10 años, si no un adolescente de 15 años qué está ha unos centimetros de estár ha la misma altura qué Tadeo, me siento sobre la cama, estiro un poco para despertarme, estando sentada en la cama miro ha mi derecha, veo ha mi hijo profundamente dormido pero solamente está el, Tadeo debio de haberse despertado hace un rato, tiene resposabilidades apesar de tener una leve resaca, observo el viejo reloj del padre de Tadeo, está sobre un estante de piedra sobre la pared, las manecillas del reloj señalan las 10:23 am, no es tan tarde cómo lo pensaba.

Badulf: Buenos dias Mamá.

Badulf abre los ojos, bosteza durante unos largos segundos, se estira y sus dedos rozan una almohada ha su lado, la toma para abrazarla y vuelve ha cerrar los ojos, se vuelve ha quedar dormida dandome la espalda, me llevo la mano ha los labios intentando ocultar mis risas, Tadeo suele hace lo mismo antes de qué yo lo termine sacando de la cama, no tenemos la misma sangre corriendo en las venas pero son tan parecidos.
Me estiro para quitarle la almohada qué está abrazando, con esa misma almohada le doy un golpe en la cabeza para despertarlo, el me correspondo tomando otra almohada de la cama y le lanza un golpe, es el inicio de una guerra de almohadas.

Brisia: ¡Jajaja!.

Badulf: ¡Achú!. (Levanta las manos sosteniendo una almohada) ¡Tiempo fuera!.

Brisia: Los plumas se salieron de la almohada, me está dando cosquillas en la nariz, te informo qué esto no ha termina, para la proxima vez ni siquiera una almohada rota me detendra.

Para finalizar le lanzo una almohada hacia la cara pero el consigue esquivarlo, detrás de el se encuentra la puerta de la habitación, la puerta se abre y se asoma Tadeo quien es recibe el golpe en vez de nuestro hijo, Badulf y yo nos reimos cuando vemos su expresión al caer la almohada al suelo, Tadeo se muestra muy confundido al ver todo el suelo de la habitación cubierto por las plumas blancas, mientras Badulf y yo nos reimos y ha la vez estornudabamos debido ha la irritación de las plumas, sin decir nada Tadeo hace unos movimientos rápidos tomando dos cojines del suelo, las arroja directo ha nuestras caras, fue ahi en donde la guerra se volvio ha retomar por unos minutos más.

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