146. Puerta

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Litzy subió los escalones que daban al segundo piso. Se sentía de buen humor porque le entusiasmaba poder despertar personalmente a Matty. Sin embargo, no lo encontró en su habitación. Le pareció raro y decidió mejor ir a despertar a Bryce. Fue y golpeó la puerta pero no escuchó ningún ruido. En otro momento, simplemente se habría ido, pero en ese instante se llenó de curiosidad al pensar que tal vez podría estar ahí con alguna mujer. Tenía que investigar.

Sospechaba de Marie y recordaba que había desaparecido sospechosamente justo en la hora del almuerzo, por eso la habían puesto a ella en su lugar en el salón por si los Cassell necesitaban de algo. Pensó que quizá Bryce le pidió a ella que fuera con él. Tentada por esa idea, pensó que no pasaba nada si abría un poco y daba un vistazo.
Abrió la puerta levemente y se asomó. Pero todo ahí estaba muy oscuro, tanto que no se veía nada. Eso la frustró pero no quiso quedarse así. Abrió más y se metió. Sus ojos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad. No entendía por qué ese lugar estaba así, generalmente se encontraba bien iluminado porque Bryce solía pintar ahí.
Dio unos pasos lentamente, tratando de no hacer ruido. Como no veía nada, buscó su teléfono en su bolsillo. Iluminó alrededor con él, tratando de ver cosas en el suelo con las que pudiera tropezar. Notó que había algo de ropa espacida en el suelo, pero en general, se veía limpio. No le sorprendió porque sabía que Bryce no solía ser muy cuidadoso con su entorno. Como estaba enfocada en el suelo, no se le ocurrió mirar al frente. Lo hizo cuando llegó a la cama. Esperaba poder ver a Bryce durmiendo con alguien más y fue así, exactamente así. Pero la persona a su lado no era Marie. Se trataba de Matty.

Por un momento, Litzy no supo qué pensar. Procesar esa escena y entenderla le fue imposible. Ella tenía entendido que la relación entre ambos hermanos ya no era tan mala como antes (habían rumores sobre eso entre los empleados), pero no sabía que incluso se quedaban a dormir juntos. Se encontraba mirándolos cuando Matty se movió un poco y ella pudo notar perfectamente que su torso estaba desnudo. Ambos se encontraban así, ella pudo comprobarlo porque Bryce acomodó su brazo para abrazar mejor a Matty. Para Lizty, no tenía sentido. Hacía demasiado frío como para ambos durmieran de ese modo. Retrocedió un poco mientras trataba fuertemente de comprender qué pasaba, entonces vio que cerca de la cama, había algo más. Se inclinó para iluminarlo con su teléfono. Era un papel brillante. Cuando leyó que se trataba del empaque de un condón, casi se cae de espaldas. Fue todo lo que necesitaba. La última pieza del rompecabezas.

Salió rápidamente mientras su corazón latía con fuerza. Aún así, no hizo ruido. Corrió por el pasillo. Se detuvo en las escaleras. Se sentó. Trató de recuperar el aliento y pensó en todo lo que vio. No había duda. El condón era de ellos. Lo habían usado. Y aunque trató de pensar que quizá Bryce lo usó con otra persona y Matty simplemente se fue a dormir con él como un buen hermano, sonaba tonto. Como si ella quisiera buscarle una explicación a lo que no era.
Ellos tenían ese tipo de relación. Litzy aún recordaba la forma en la que Bryce abrazó a Matty. También recordó la conversación que tuvieron. Entendió por qué Bryce pareció tan molesto con ella.

Por un momento, ella sintió mucha tristeza y decepción. Pero rápidamente esos sentimientos se volvieron furia y mucho enojo. No entendía cómo fue que ambos terminaron juntos pero sí sabía que ya no tenía ninguna oportunidad de ser la pareja de Matty. Incluso se sintió usada. No sabía si Matty ya hacía eso con Bryce incluso cuando la invitó a salir. Probablemente así era. Quizá él la buscó sólo para disimular y que nadie sospechara de su relación con su hermano.
La ira, como si fuera un terrible veneno, se esparció por su cuerpo. Le dolía. Toda esa situación apretaba su pecho con fuerza. No lloró. No quería tener que hacerlo. El enojo le ganaba a cualquier otro sentimiento. Deseaba poder vengarse. En ese instante más que en otro, deseaba la venganza. Ya no quería el amor de Matty. Quería que sufriera, tanto como ella sufría en ese instante...

El libro de los amores imposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora