23. Tarta

114 17 6
                                    

Issac no se consideraba alguien posesivo o celoso. Principalmente porque no había nada que quisiera tener de verdad. Si aparecía algo que remotamente le interesaba entonces lo adquiría sin importar qué fuera. Tenía más dinero del que necesitaba y una cara muy atractiva, no tenía que esforzarse incluso si lo que quería era a una persona. Todo llegaba fácilmente a él y nadie se atrevía a siquiera pensar en mirar algo que era suyo. Generalmente no era materialista o sentimentalista y creía que cualquier cosa o persona se podía reemplazar. Sin embargo en ese momento mientras veía que le daban sus tartas a todos y Dylan no tenía una, descubrió que estaba equivocado. Jamás en todo el universo encontraría una persona que despertara en él tantos sentimientos como lo hacía Dylan. Y saber que él prefirió no comer su tarta sólo para dársela a Bryce le hizo sentir tanto enojo que no pudo contenerlo adentro.

— ¿No vas a comer tu postre?— le preguntó tratando de parecer tranquilo y de que no sabía qué había pasado.

Dylan lo observó sorprendido. Creyó que nadie se daría cuenta de eso porque durante la cena hablaron sobre la remodelación de la casa y todos estaban tan enfocados en eso que rara vez miraban a donde él se encontraba. Sin embargo Issac se había dado cuenta de que él no tenía tarta pero los demás sí. No supo en qué momento una de las tartas desapareció y como las hizo exactas para el número de comensales, no sabía cómo reemplazarla o siquiera explicar el porqué faltaba una.
Decidió entonces suplantar la tarta perdida por la suya y pensó que nadie lo notaría. Como fue descubierto y lo último que quería era causar problemas, decidió mentir un poco.

— No tenía antojo de tarta— dijo un poco nervioso.
— ¿Significa que puedo comerme tu postre?— le preguntó Matty emocionado.
— Eh... no hice postre para mí porque no...
— Claro que sí, yo conté las mini tartas— dijo Matty—. Había suficientes para todos.

Todos lo miraban. Dylan no supo qué hacer o qué decir. Esa cena ya de por sí le estaba pareciendo muy insoportable e incómoda como para que lo cuestionaran sobre el incidente de la tarta. No quería admitir que una desapareció porque parecería un incompetente ante su prometido y ese era su más grande temor. Deseaba que Issac pensara que quien se casaría con él era alguien útil.

Issac jamás fue alguien muy paciente y menos en casos así. No quería interferir por que pensó que Dylan admitiría tranquilamente que una tarta desapareció y tuvo que ceder la suya sin embargo no lo hizo. Como si estuviera evitando que lo supieran y no entendía por qué.

— Si hay más tartas entonces iré por ella— le dijo a Dylan—. No sería justo que no comieras tarta siendo que tú trabajaste muy duro en esta espléndida cena.

Dylan sólo lo miró preocupado sin saber qué decir. Pero no fue necesario por que Katrina habló primero.

— Matty irá por ella— dijo ella.
— De acuerdo— dijo Matty feliz.

Dylan no pudo decir o hacer nada porque Matty se levantó de su lugar de inmediato y fue a la cocina.

— Si crees que esto es bueno espera a que llegue la navidad— le dijo Katrina de buen humor a Issac—, Dylan el año pasado hizo muchas cosas deliciosas...

Ella siguió halagando a Dylan y sus habilidades culinarias pero éste no lo miraba, sólo veía la puerta principal del lugar esperando que Matty regresara. Después de unos segundos lo hizo. Se acercó a los demás y llevaba las manos vacías.

— No había una tarta extra— dijo Matty.
— Yo vi una sobre una bandeja cuando pasé por ahí y me asomé por la ventana— dijo Issac muy serio—, ¿Esa no está ahí?

Todos intercambiaron miradas. Matty no sabía qué hacer, sabía que esa comida estaba apartada para Bryce. Iba a decir que quizá se confundió y no vio nada ahí cuando Dylan se levantó de su lugar. Lo observaron. Internamente Dylan se estaba muriendo de miedo y nervios pero la única razón por la que hizo esas tartas era porque quería que una le tocara a Bryce.

El libro de los amores imposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora