Lockers

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Tin POV

Ayer fue un gran día. Pero hoy... Estoy sentado en mi sillón y solo pienso que hace unas horas tuve a Cantaloupe aquí, conmigo, tan cerca... Por ahora me conformo... Tocaron la puerta.

— ¡Tin, ábreme!

Era Tul y no sonaba contento. Acaba de llegar de ver a su amante o lo que sea, ¡¿que pude haberle hecho para molestarlo?! Abrí la puerta de mala gana.

— ¿Qué clase de amigo trajiste ayer? —No gritó pero ¿se veía preocupado?
— ¿Eh? ¿De qué estás hablando?

No puede enterarse de Can... No-puede.

— Nong Phu me dijo que ayer estuvo con una de las empleadas y luego "vimos una película con el tío Tin y su amigo —hizo un silencio. Yo no hablé— hasta ahí todo bien. Le pregunté por qué estuvo con una empleada cuando había más gente en la casa.
Me miró de forma penetrante, algo está tramando—. Nong Phu dijo que estabas jugando una guerra de almohadas con tu amigo y por eso no estuviste con él. —Tul sabía que pasó algo—. ¿No crees que lo mejor es que te vayas de esta casa?

Quedé estupefacto ¿cómo? Trato de que no me afecte nada de lo que él me dice pero esto... No tiene sentido.

— Si quieres ser feliz, múdate.
Y se fue, así sin más. Dejándome con diez mil interrogantes y sin entender absolutamente nada.

No le encontré sentido a su comportamiento, pero sus palabras... Es verdad: si me mudara, podría hacer lo que quisiera con Can. Quizás sea una buena idea.

Can POV

Ayer me costó mucho dormirme, solo repetía mis besos con Tin una y otra vez. Recordé las imágenes que tenía Ley en su computadora y mi cerebro mezclaba esas imágenes pero le cambiaba los rostros por el mío y el de Tin. Especialmente aquella imagen de dos chicos sin remera, besándose apasionadamente, uno encima del otro y con sus manos conectadas. Mi cuerpo sentía toda clase de cosas... Tanto así que hasta campeón se despertó.

Tin POV

Pasaron unos días desde que vi a Can. Realmente practica mucho con el equipo. Así que hice un camino más largo hacia mi auto y pasé por la cancha. Era de noche ya, no tenía esperanzas de verlo; pero tuve suerte. Estaba saliendo.

— ¡Can! —lo llamé.
— Tin —él se sorprendió.

Al acercarme lo besé en la mejilla. Él quedó sorprendido pero no me dijo nada.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa?
Lo meditó.
— De acuerdo.

Yo comencé a caminar, pero él seguía estático en su sitio. Me detuve y lo miré. Comenzó a dar vueltas en círculo.

— ¿Can?
— ¡Mis cosas! Las dejé en el locker. —suspiré.
— Bien, vamos a buscarlas.
— Yo igual sé llegar solo. —se defendió como un niño chico.
— ¿En serio? —bromeé.
— ¡Ai Tin! —reí.

Al ingresar vi que había luces prendidas, obviamente, pero no vi a nadie.

— ¿Dónde están los otros?
Can se encogió un poco.
— Yo... —Se detuvo. No me miraba— debo entrenar más si quiero seguir ocupando un puesto en el equipo titular.

Pero qué adorable. Tomé su barbilla para que me mirara.

— Eres increíble, Cantaloupe. —Sonreí.

No lo procesé ni nada, tan solo me acerqué y lo besé.
Soy adicto a Can estremeciéndose ante mi tacto. Era un beso delicado, no tenía ninguna segunda intención... Pero Cantaloupe me tomó de mis hombros y me di cuenta que quería algo más que un tierno beso. Él estuvo dispuesto abrir su boca sin tener que obligarlo. Recorrí toda su cavidad bucal; sabe tan bien. Pero cuando él me sujetó del cabello, perdí el control...
Lo empujé contra un locker, hizo mucho ruido, pero no había nadie y si hubiera tampoco me importaba en ese momento. Comencé a mover mis manos por su cuerpo, las pasé por su cuello, hombro, abdomen... Hasta que me saqué las ganas y pellizque su trasero. Amé la sensación de su cuerpo estremeciéndose y temblando bajo mis manos. Luego pasé a besarlo en el cuello... Los sonidos que salían de la boca de Can deberían de estar penalizados... Eso sí que me hace mal.
Definitivamente su cuello es su zona sensible.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora