Abrázame hasta que me duerma

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Tin POV

El partido fue un desastre. Se notaba que al finalizarlo, Can se sentía mal. Sabía que no debía pero moría por dentro al verlo sufrir.

Salí del campo de fútbol y me quedé observando la salida de los jugadores. Quería saber si los chicos del equipo habían logrado subirle el ánimo a Can. Demonios... No debería estar haciendo esto, lo sé... Es solo que él me hace perder los estribos. Y hablando de Cantaloupe, lo vi salir.
Estaba cabizbajo, caminando sin un rumbo aparente, me dolía verlo así. Fue más fuerte que yo; lo seguí con sigilo.

Finalmente, el se sentó en un sitio que no era concurrido. Me acerqué:

— ¿Cantaloupe?
Él se giró, yo sonreí con culpabilidad.
— Tin... —Sus lágrimas comenzaron a caer.

Actúe por inercia. Me acerqué y lo abracé. En ese momento su llanto se volvió incontrolable. Me dio miedo ser el culpable de dicho sufrimiento.

— Lo siento... —dijo mientras hipaba y trataba de recobrar el aire— lo siento tanto.
— Shhh... shhh. —Traté de calmarlo y lo abracé más fuerte.

Comencé a recorrer su rostro con mi mano. Me daba tanta pena. No quiera verlo llorar, me partía el corazón verlo sufrir así, en ese estado.

— Siempre lo arruino todo —expresó cuando estuvo más tranquilo.
— No digas eso, Can.

No dejé de abrazarlo, me daba miedo que saliera de mis brazos y lo volviera a perder. Así que lo mantuve a mi lado con un brazo y con mi mano libre trataba de secar sus lágrimas.

— Puede que el partido esté perdido... pero a mí, nunca me perderás. — Le dije.

Lo miré a los ojos y él me devolvió la mirada. Can volvió a llorar luego de unos segundos me abrazó y me pegó más a su cuerpo.

— Por favor no me dejes... —pidió Cantaloupe— Fui un estúpido, pero no me dejes.

Sonreí. En este momento me embriaga la felicidad. Pensar que Can me abrace, no quiera separarse de mí y no quiera perderme... Es un sueño. Lo tomé de la barbilla para que me mirara.

— Estoy perdidamente enamorado de ti, chiquillo tonto... ya te dije que te necesito para respirar.

— Déjame ser tu oxígeno, Tin.

Comencé a mirar sus labios y perderme en ellos...

Ambos nos acercamos y nos besamos. No sé cómo describir el momento. Los otros besos con Can eran ricos pero este... Es etéreo. Siento que hay una mayor conexión. No es algo meramente hormonal, Cantaloupe y yo nos hemos conectado a otro nivel... Creo que son nuestras almas conectándose. Nos separamos relativamente rápido.

—Sabes salado. —Dije y sonreí.

Él se puso tímido y escondió su rostro en mi pecho. Reí. Era feliz, estaba siendo realmente feliz por primera vez en quien sabe cuánto. Sentía cómo Can se secaba todo residuo de sus lágrimas. Volví a abrazarlo por completo. Me acerqué a su oído y le susurré:

— Tú siempre sabes bien.

Cantaloupe se inmovilizó. Creo me excedí con mis palabras. Me recorría un nerviosismo incómodo. Pero Can comenzó a moverse.

— Quiero que duermas conmigo.
— Por supuesto, Can. No te dejaré solo.
— No, Tin... hazme tuyo.

Abrí y cerré mis ojos con incredulidad. Repetí los sonidos en mi cabeza, pero sí, me estaba diciendo eso. Lo tomé de su rostro para que me mirara; a pesar de que estaba oscuro, sus mejillas eran rojas y tenía mirada de perrito comprador.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora