Adorablemente Estúpido [ Terminado]

Te amaré hasta el final de mis días

Can POV

Desperté. Tin estaba en el suelo, sentado incómodo, durmiendo. Pero nuestras manos se habían separado. No sé cuánto tiempo pasó, pero me siento mejor. Fui al minibar y me alimenté, ahora tenía hambre.

Regresé al lado de Tin, Saqué una de las cobijas y lo cubrí. No me siento mal, ni nervioso ni nada cuando lo toco. Corrí su cabello para admirar mejor su rostro: mierda, es completamente hermoso. Acaricié su mejilla y él se removió un poco. Ahí sí sentí algo parecido al miedo y lo dejé quieto.

Hoy tenía mi pasaje de vuelta. Tomé mi celular. Tenía varios mensajes del entrenador... Comencé a temblar y otra vez volví a sentir las manos invisibles por mi cuerpo... Los abrí y cerré para que no me aparecieran más. Me tiré en la cama y me hice bolita. Es estúpido, lo sé, no está ahí, esas manos no existen... Pero no puedo evitar el querer que se detengan. Me lo imaginaba ahí, conmigo "déjame ayudarte"... ¡Detente! No quiero tu ayuda. De pronto sentí unos dedos entrelazados a los míos y me fuí deteniendo. Estaba acurrucado en la cama, mis manos estaban en mi abdomen y la mano de Tin entrelazada a la mía. Él estaba de pie, a mi lado con cara de preocupación.

- Ya pasó, bebé. -Me dijo con dolor y sin dejar de sujetar mi mano. Por el contrario, la apretó.

No lo pensé demasiado, tan solo me paré de un salto y lo abracé muy fuerte. Él se sorprendió, por supuesto, pero colocó su brazo al rededor de mis hombros.

- Can...
- Quiero cambiar de cuarto. -Le pedí-No quiero ver mas esa cama.
- De acuerdo. Lo que tú quieras, bebé.

Puso su otra mano a mitad de mi espalda y me separé. Es como si me recorriera una corriente eléctrica cuando toca algo que no sea mi mano.

- Lo siento, lo siento. -se disculpó de inmediato.
- Yo... no sé qué me pasa -traté de explicarle- no sé cómo arreglarme.

Tin tomó mis manos entre las suyas y me hizo mirarlo.

- Tu no estás mal ¿Me entiendes? No hiciste nada malo. Vamos a superar todo esto entre los dos -me apretó las manos- Cuando estés listo, nos debemos un par de charlas.

Solo asentí.

- Bien. Iré a cambiar la habitación ¿Quieres quedarte aquí o vamos a otro hotel?
- Quiero una habitación con balcón.
- ¿Qué más?
- Quiero que podamos cocinar ahí.
- De acuerdo. Balcón, cocina, dos camas...-
- ¡No! -definitivamente eso lo sorprendió- Una cama muy grande, quiero que estés cerca mío y no quiero que estés incómodo.
- ¿Seguro?
- Sí.
- ¿Algo más?
- Sí ¿Cuándo volvemos?
- Cuando te sientas listo.

Tin POV

Luego de buscar mis cosas e ir a la comisaría, regresé al hotel de Can, pagué por una noche más y fui al cuarto. Mi chiquillo seguía dormido, quería que me viera, así que me acosté a su lado. Tenía mucho sueño y a pesar de la incomodidad y el frío, me dormí. Todo marchó bien hasta que me despertaron unos gritos...

- ¡Detente! ¡Detente!

Me desperté sobresaltado. Can estaba en la cama acurrucado, sus ojos estaban cerrados con fuerza y sus manos recorrían su cuerpo como si se quisiera sacar algo... Alguien, de encima.

- Por favor... Detente -rogó.

No lo soporté más, fue espantoso verlo así. Quería abrazarlo; como cuando le dijo a Ley que era mi novio y comenzó a temblar y se detuvo cuando lo abracé... Pero sabía que eso no funcionaría. Así que traté de tomar una de sus manos. Hoy me tomó de la mano y se sintió bien, entrelacé nuestros dedos y lo apreté, para que sepa que estoy aquí. Sea lo que sea que esté viendo o imaginando, no es real yo sí lo soy y él está conmigo.

De a poco se calmó, hasta que abrió sus ojos y me miró.

-Ya pasó, bebé. -Dije, tratando de que se calmara.

Cuando se levantó y me aferró con fuerza, casi caigo, pero me sostuve a tiempo. No sabía qué hacer, no sé qué le ocurre, pero me sentí feliz de que me abrazara.

- Can...
- Quiero cambiar de cuarto. -Pidió- No quiero ver mas esa cama.
- De acuerdo. Lo que tú quieras, bebé.

Yo pasé mi brazo por la extensión de sus hombros y se dejó, cuando fuí a pasar mi otro brazo por mitad de su espalda para poder apegarlo, él se sobresaltó y se separó.

- Lo siento, lo siento. -me disculpé de inmediato.
- Yo... no sé qué me pasa -trató de explicar- no sé cómo arreglarme.

Me partió el alma escucharlo decir eso. Can... Mi chiquillo estúpido, que siempre estuvo lleno de energía, alegría, positividad y ahora... Él se considera roto. No puedo decir que esté bien, porque sé que no lo está pero quiero recuperar a esa personita que iluminaba mi vida y la de todos.

Él se había vuelto a sentar en la cama y yo estaba de pie. Me hinqué en el suelo y tomé sus manos entre las mías.

- Tu no estás mal ¿Me entiendes? No hiciste nada malo. Vamos a superar todo esto entre los dos -presioné sus manos- Cuando estés listo, nos debemos un par de charlas. -Can asintió.

Luego de escuchar la explicación de qué tipo de cuarto quería, pensé que lo mejor sería alquilar un apartamento. Antes de comenzar mi búsqueda, entré a portales tailandeses... nada, mi viaje a Japón no aparecía en ningún sitio.

Comencé a mandar mensajes y hacer llamadas. Luego de unos cuantos minutos y bastante dinero, había conseguído un buen apartamento en Shibuya.

- Ya conseguí algo, vamos.

Me daba pena verlo tan desganado y ¿Temeroso?

- Bebé ¿hablaste en casa? ¿les dijiste que hoy no volverás?

Sus ojos se abrieron como platos y se quedó inmóvil en su lugar.

- Descuida, tranquilo. -Le aseguré en seguida- Tu hermana sabe que estás aquí conmigo, le invento que es mi regalo por tu cumpleaños o algo de eso.

No dijo nada, pero tampoco se negó ante esa idea.

- En el nuevo cuarto, leo los mensajes y le envío algo.
- Bien. -respondí.

Can POV

Tin dijo que debería tomar aire. Me explicó que no alquiló ningún auto en Japón porque quería pasar desapercibido, menos cajeros, menos tarjetas... Tin me convenció que el camino del hotel al apartamento no estaría mal. Fue espantoso estar en la calle. Yo me mantenía cerca de él pero no le daba la mano. Miraba a los hombres de vez en cuando y muchos de ellos me miraban de forma que ahora me da asco. Me apegué más a mi imbécil y lo agarré de la manga de la camisa. Él me observó y se sorprendió, unió nuestros meñiques como si fuera una pinky promise. Y continuamos caminando de esa manera. Es increíble lo bien y seguro que me siento, aunque solo estemos conectados por nuestros meñiques. De ahí en adelante, no me preocupé por nadie y traté de disfrutar del viaje.

- Mira bebé, este es el famoso cruce de Shibuya. -para mi total asombro, entrelazó nuestras manos por completo y cruzamos la calle de esa manera.

Al llegar al otro lado, volvimos a la Pinky promise. Pero se detuvo de pronto.

- Esta es la estatua de Hachiko ¿conoces su historia?
- Conozco el nombre.
- Hachiko fue un perro que esperó a su dueño durante 9 años -me explicó- su amo murió, pero él siguió viniendo aquí, a la estación de trenes, todos los días a la misma hora... Hasta que Hachiko también murió y se reunió con su dueño.

Lo observé extrañado. Sí sabía que era un perro conocido y algo de esperar a su amo pero había algo más.

- Así como Hachiko fue fiel y esperó a su dueño hasta el final -se giró para quedar frente a mi- yo te seré fiel hasta el final y esperaré por tí el tiempo que sea necesario.

Realmente tenía muchas ganas de abrazarlo, pero era un lugar extremadamente concurrido.

- ¿Me sigues amando a pesar de todo? -le pregunté con esperanza.

Es Japón y nosotros hablamos tailandés, no había problema y si lo hubiera ya no me importaba.

- Te amaré hasta el final de mis días.