Vete [M]

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Can POV

- Lo siento bebé, debí haber llegado antes. -Tin se sentía mal.

Yo sé que él quiere llorar y no lo hace por mí.

- Descuida bebé, ya estoy aquí.

No me dice más nada pero me miraba y notaba la amargura en su rostro y luego... La repulsión y la ira: Tin estaba asqueado de mi.

-Bebé, si no te descargas un par de veces va a ser peor. -Me aconsejó con cautela- Déjame ayudarte.

No podía, no podía dejar que me tocara así, no después de lo que me había hecho P'Chao... Me sentía horrible. Físicamente me dolía la cabeza, tenía muchísimo calor, estaba muy excitado: no podía dejar de jadear, mi cuerpo hervía, estaba muy necesitado y campeón dolía muchísimo... Pero no quería que Tin pasara por esto y me sentía muy sucio.

- E-estoy... Sucio. -No podía dejar de jadear, aún me siento muy caliente- No te... Merezco.
- ¡Cállate! No quiero escucharte decir esas cosas. -Estaba enfadado.

Me corrió un poco y descubrió mi rostro.

-Déjame ayudarte y mañana hablamos pero hoy... Déjame cuidarte. -Otra vez, estaba al borde de las lágrimas- Por favor. -Me suplicó.

Me dió un beso en la frente. Sigo sin sentirme digno de él, pero aún así Tin quiere que yo me sienta bien. Moví mi cabeza para hacerle saber que estaba bien que me ayudara.

Fue a la puerta y la cerró, luego se recostó a mi lado. Con calma y cuidado fue bajando su mano hasta campeón.

- Está todo bien Cantaloupe, no debes sentirte mal. No es tu culpa.

¿Por qué no lo siento así? ¿Cómo pude ser tan estúpido de confiar en Chao? No quiero que me veas Tin... Te he traicionado y estoy manchado. Trataba de ocultar mi rostro, porque verlo me quemaba por dentro. Tin estaba conmigo, a mi lado... Pero estaba destrozado y era por mi culpa.

- ¿Quieres... -sus ojos transmitían dolor- Quieres estar boca abajo así no me ves?
- S-si.

Me dió mucha vergüenza admitir eso. Pero se me hace peor verlo, siento más vergüenza y culpa sí lo miro... Él apoyó su cuerpo contra el mio: estaba frío y se sentía bien. Volvió a poner su mano en campeón hasta que llegué a mi clímax.

- ¿Te sientes mejor, bebé?
- Necesito... Más.

Comenzó a desvestirse. Yo sé que estoy hirviendo ¿le estaré transmitiendo ese calor?

- ¿Quieres que haga algo más además de tocarte aquí? -presionó a campeón con su mano.

Me hace sentir mejor que me pregunte cada paso que piensa dar, me siento menos... Raro. Yo lo miro a él y veo que sufre por mí culpa y solo quiero enterrarme en un pozo y desaparecer. Pero a la vez, una pequeña parte de mi, se muere de amor al saber que Tin realmente me respeta... Pero ahora ya lo perdí todo, con lo que ocurrió, no puedo estar con él: tarde o temprano, se sentirá asqueado de mi.

Volvió a acariciar a campeón y la otra mano la bajó con delicadeza por mí espalda hasta mi cuevita.

- Can... -Expresó con pena. Ya no era una cueva, era un estanque...

Hundió sus dedos en mi crisantemo y siguió acariciando a campeón; luego de unos minutos me vine. Estaba mejor, me sentía menos acalorado, pero mi cuerpo seguía como entumecido.

- ¿Te sientes mejor?
- Sí.
- ¿Ya está o quieres que siga?
- Sigue... por favor.

Me sentía mejor, pero aún seguía demasiado excitado y lleno de deseo. Tin se tomó su tiempo, volvió a colocar sus dedos de a poco hasta que tuvo cuatro adentro.

- ¿Bebé, estás seguro?

Si no lo necesitara tanto, no lo haría pasar por esto, pero mi cuerpo realmente lo pide a gritos, así que asentí.

Comenzó a adentrarse en mi, pero algo andaba mal... Y empezó a salir.

- Lo siento, Can, no... No puedo hacerlo. -su voz sonaba quebrada.

Me sentía como la mierda, obligando a mi novio a mantener relaciones conmigo. Novio... Ya mañana de mañana podría dejar de serlo... Solo soy un maldito dolor de cabeza.

- Por favor... -le supliqué.

Realmente lo necesito, sino jamás lo haría pasar por esto. Él cerró los ojos como con asco y comenzó a hacer lo que le pedí. Estuvimos un rato hasta que él también llegó y lo observé: estaba llorando. Habíamos llegado a ese punto donde se asqueó de mi. Eso me partió el alma y yo también comencé a llorar.

Le diría que se fuera, pero la realidad es que muero de miedo y de vergüenza y tristeza.

- Te voy a preparar un baño.

Él es tan bueno conmigo... Me cargó a la bañera, me bañó y me depositó en la cama.

- Descansa bebé, yo me quedaré aquí.

Se quedó unos segundos observándome, de seguro analizaba si irse o no, pero por suerte decidió quedarse. Aunque por supuesto, no a mi lado, se debe sentir demasiado asqueado y traicionado como para estar a mi lado.

Tin POV

Casi ni dormí; entre el miedo de que le pasara algo a Can, que el idiota de Chao quisiera regresar y que estar sentado en el suelo no es cómodo.

Can seguía durmiendo, estaría muy cansado. Pensé en ir a la comisaría porque obvio que hay que denunciar esto... Pero si se despierta y no estoy, me odiará aún más. Así que decidí tomar un baño.

Definitivamente traje la mitad de la ropa que debería haberme puesto. Golpearon a la puerta. Abrí y era Chao. No daba crédito, no entendía... Solo sé que mis manos se fueron hacia su cuello con tanta fuerza que salí al pasillo y lo empujé contra la pared. A él lo tomó por sorpresa, hubo una milésima de segundo donde solo nos miramos y él no hizo nada.

- ¡Qué ni se te ocurra entrar a ese cuarto! -bramé.
- ¡Mi pasaporte! ¡Necesito mi pasaporte y me iré!

Maldición... Entré con él como su sombra y es verdad. Tomó una valija con lo que estaba adentro y en la mesita de luz... Al lado de mi todo, tenía el pasaporte.

- Duerme como un angelito. -Expresó aliviado en voz baja.
- No gracias a ti. Ve-te. -Escupí con odio en voz baja.

Comenzamos a alejarnos de Can. Obvio que después de todo lo que sucedió, no quería despertarlo y menos por culpa de esta escoria.

- Te juro que no fui yo, ya hice la denuncia.

Era un tipo extraño. Obvio que con ese físico no es que yo lo intimide, pero por lo visto ni mi apellido o el poder de mi familia lo hace.

-Yo... No era mi intensión... pero tú lo viste cómo estaba así, tan... -¿estaba tratando de excusarse por haber abusado de mi novio? -me miró a los ojos- Me tenté... lo siento. -Lo golpeé.

Esa era la confirmación de que efectivamente había ultrajado a mi bebé. Me temblaban las manos. Si seguía golpeándolo aquí y ahora no sabía si podría detenerme. Pero lo tomé de la remera y lo acerqué para verlo a los ojos: yo no le tengo miedo.

- Vete y no quiero que nunca más lo veas ¿me has entendido? -lo amenacé- Regresa a Inglaterra o dónde sea que vivas. -Nos sostuvimos la mirada- Te veo de nuevo y eres hombre muerto.

Lo solté. No estaba muy contento pero se marchó, se alejó con un ojo que obtendrá un bonito tono morado en unas horas.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora