Adorablemente Estúpido [ Terminado]

El Novio

Hola gente!

Vengo a aclarar.... Cuando dije que los  del chat votaron por sad, me refiero a lo que ha ocurrido hasta ahora, que es todo drama. Ellos no votaron por si el final del fic será feliz o triste y tampoco lo harán.

Otro, hasta que no vean "FIN" al final de un cap, el fanfic no termina.

Espero haber evacuado las grandes dudas.

P.D: en este cap realizaremos un salto temporal Al FUTURO
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Tin POV

Hemos pasado por mucho y no puedo creer que ya todo vaya a concluir. Me miro en el espejo y creo que me veo bien.

No estoy en mi cuarto ni nada de eso, estoy en una habitación de hotel muy bonita. El espejo es grande y puedo observarme cuerpo entero. Escucho que golpean.

- ¡Pase!

La puerta se abrió. Era Can. Él también tenía un traje, negro y estaba muy, muy apuesto.

- ¡Bebé!
- Te ves hermoso, amor. -Me halagó.
- Tu también.

Se paró frente mío y me acomodó mejor el saco. Guardó mi anillo de nuestro pacto de amor, bajo mi ropa.

- Recuerda que es una ceremonia -asentí.

Él dio unos golpecitos en mi pecho y me observó antes de sonreír. Con esa sonrisa que tanto amo, que tanto necesito para respirar.

- No puedo creer que vaya a pasar. -Expresó a incrédulo.
- Ni yo.
- ¿Nervioso?
- Mucho. ¿Tú?
- ¡Ni que lo digas!

Aún me cuesta trabajo creer por todo lo que pasamos...

Cuando estaba en América, luego de hablar mucho con Tul, decidí que sería un hombre y hablaría con Can para contarle todo. Pero primero fui un imbécil y dejé mi chip en Tailandia... Y cuando al fin conseguí chip nuevo; Mi hermano dijo de almorzar juntos, porque se volvería en la noche...

Cuando estuve listo, miré a Can y nos acercamos para besarnos, pero alguien volvió a golpear.

- ¡Hay que ir al altar antes de que finalice el casamiento!

Pero no abrieron la puerta. Nos reímos y nos besamos. Estaba por retirarme cuando Can tomó mi mano y la presionó fuerte.

- Te estaré esperando.
- Sí, descuida, ahí estaré. -Le sonreí- Nunca te volveré a abandonar.

Sonreí, asentí y fui hacia el altar: él se quedó allí...

La fiesta sería en un hotel carísimo. Pero la parte ceremonial, al aire libre: con muchas flores, hojas verdes y el viento. No había muchos bancos. El suelo era verde por el césped, las sillas blancas, las flores también lo eran. Unas telas decoraban el altar y había flores en las sillas que daban al pasillo. Llegué y el altar estaba al otro lado. Vaya... ¿cómo se hace? ¿saludo a los invitados ahora? ¿o ya me paro al lado del altar? Es que ya estamos sobre la hora... ¡Ya quiero que comience!

Recuerdo que solo pensaba en hablar con Cantaloupe cuando Tul me llevó a almorzar en Estados Unidos.

Estábamos comiendo tranquilos.

- ¿Ya has hablado con Can?
- No. Aún no.
- ¿Lo harás?
- ¡Por supuesto que sí! Can jamás me tuvo miedo, yo creo que él me comprenderá y seguirá a mi lado a pesar de saber la verdad.
- Muy bien.

Continuamos comiendo.

- Deberás casarte con Nam. -Soltó de pronto.
- ¿Cómo? Pero tú dijiste... -no tenía fuerza.

Tul puso una mano en alto para que me tranquilizara.

- Se casan de mentira, largamos todo lo que tenía en contra de papá, Nam se enoja y anula el matrimonio.
- Suena tan sencillo...
- Y lo será.
- Si tú lo dices...

Parece mentira, pero estoy nervioso. En primera fila están los señores Lasang, mamá, papá (obvio que no dejaron venir a Tul ni a Rock). Cómo "mis amigos" estaban James y Ice. Mi chiquillo estúpido miraba a lo lejos, parado.

Era extraño saber que James estaba ahí y que me casaría con su novia.

De pronto sonó la marcha nupcial y Nam ingresó en un vestido blanco muy bonito. Ella es realmente hermosa.

Nam caminó lento, contenta y convincente. No fue difícil admirarlas pues brillaba más que una estrella. Llegó a mi lado y ambos sonreímos: era genuino.

- Hoy nos hemos reunido aquí, para juntar estas dos... -Era el sacerdote.

Unos días antes había conocido al sacerdote y Nam también. No he visto a Tul desde que lo vi en América y me dijo que debía casarme con ella...

Cuándo estábamos en Estados Unidos, no entendí nada.

- Casarse es lo que todos esperan y necesitan hacerlo para que Nam tenga buenas relaciones comerciales -me explicaba Tul- recuerda que para ella también es difícil esto y también busca sacarle provecho.

Me sentía horrible, yo sé que sería de mentira... Pero igual.

- ¡Basta de autocompasión, Tin! -Ya se empezaba a enojar- ¡Hazte hombre y llama a Can!

Se paró y se retiró y me dejó a mi, para que le diera la noticia de que el matrimonio sería real...

En mi boda, ya habíamos leído los votos y era el momento: le coloqué el anillo en su dedo anular.

- Yo, Tin, te tomo a ti, Nam, como esposa y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
- Entonces los declaró marido y mujer. Puede besar a la novia.

Me giré, le quité el velo y traté de no mirar a nadie. Ni a mis padres, ni a los suyos, mucho menos a James o a... Can. Lo bueno de haber fingido durante meses, es que no me parecía tan extraño besarla: ya nos habíamos acostumbrado.

La acerqué a mí y le di un beso como en las películas de princesas. Luego caminamos por el pasillo para dirigirnos hacia donde sería la fiesta... La fiesta de mi boda con Nam.