El Mejor

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Can POV

Estaba con el entrenador y mientras se fue a comprar los helados, me puse a revisar mi celular. Ver en qué andaba internet, no solo mis chats.

"El Casamiento del año: Medthanan y Lasang"

"La unión del país: Nam Lasang y Tin Medthanan"

Habían más títulos de esos... Pero opté por el que menos me dolería:

"Nam Lasang y Tin Medthanan en un evento benéfico

El amor de pareja es hermoso ¿pero saben qué es más hermoso? Qué su amor sea tan grande que hasta se lo den a los más necesitados

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El amor de pareja es hermoso ¿pero saben qué es más hermoso? Qué su amor sea tan grande que hasta se lo den a los más necesitados.

Esta tarde, compartieron con huérfanos en el Parque Lumpini. Tuvimos la posibilidad de ver su magnífico trato con los niños... ¡Y no podemos esperar a que se vuelvan padres! Harán un increíble trabajo. Nada de esto parece descabellado ya que les preguntamos y ¡nos confirmaron su compromiso!

ES OFICIAL: Nam Lasang y Tin Medthanan están próximos a casarse."

No sabía qué hacer. Me quería alejar de todo esto, no quería ver ni escuchar estas noticias... Menos hablar con los chicos sobre esto. Yo sé que es mentira, pero no puedo evitar que me afecte. ¡Quiero que todo desaparezca! Mamá lo entenderá: creo que me vendría bien irme el fin de semana con el entrenador, además es una gran experiencia. Y hablando de Chao, ahí se acercaba.

- Can, no me dijiste de que sabor... -se detuvo-. Can ¿qué ocurre?
- Sí. Voy.
- ¿Perdón?
- Voy, el fin de semana vamos a Japón.

Terminamos en una plaza, sentados en bancos opuestos pero cercanos.

- ¿Cómo puede ser que tu novio se case con alguien más? ¿Quién haría eso?

Chao se sentó en mi banco. Yo miré al suelo y negué, no era tan fácil como él pensaba; Tin tiene sus motivos.

- ¿En serio lo crees, P?
- Claro. -Sonrió-. Si yo tuviera un novio, tú o quien sea, nunca lo haría llorar. -Me tomó del hombro y me hizo mirarlo.
- No es tan fácil, P.

El entrenador iba a decir algo, pero se quedó callado cuando unos gritos y golpes se hicieron presentes. Ambos nos preocupamos y fuimos a ver qué ocurría... Era Tin. Definitivamente estaba ebrio, hablaba sin sentido y le pegaba enfadado a un árbol.

- ¿Tin? -Yo... Jamás lo vi así.
- Ni me toques. -Me ladró- Vete con... Chao ¿una semana y... ? -no se le entendía lo que decía
- Tin...

¿Qué ocurre? ¿Por qué dice eso?  Intenté acercarme pero se alejó; me dolió mucho. También me daba miedo lo que podría hacer en ese estado, no estaba muy estable en ningún sentido.

Chao se le acercó, pero Tin lo golpeó, fue más por inercia que otra cosa, pero el entrenador le pegó. Aunque me dolió mucho. No quería ver qué ellos pelearán ¡y muchos menos que se hicieran daño!

- ¡Debemos detenerlo! -Dijo P.

Él sujetó a Tin con fuerza: lo tomó por la espalda y puso sus brazos al rededor de los de mi novio. Pero mi imbécil estaba fuera de sí... Yo me acerqué a ver si al hablarle "volvía en sí" pero justo se zafó del agarre y me dió un fuerte golpe en el ojo. Me salió sangre y se fomaría un feo moretón. Pero sé que no es él; mi Tin, jamás me dañaría: es que el alcohol está sacando lo peor de él. Por eso cuando vi al entrenador tirarlo al piso y con la intención de pegarle... Me asusté.

- ¡NOOOOO! -giré desesperado y corrí a su lado.

Chao le había dado un solo golpe a la altura de la nuca y Tin se había noqueado.

- ¿Can, cómo te encuentras? ¿Te hizo...-? ¿Te golpeó? -Esa última pregunta fue en otro tono.
- Por favor P, no podemos dejarlo aquí, no puede manejar -le suplicaba- por favor, ayúdame.
- ¿Después de todo el daño que te hizo, aún quieres ayudarlo?
- Te explicaré todo, por favor ¡ayúdalo!
- Ok, pero lo hago por tí, no por él.
- ¡Estoy en deuda, P!

Fuimos al apartamento de Chao. Él cargó a Tin hasta su auto y luego hasta su hogar. Lo dejó en el sofá.

- Quédate ahí, ya te curo esa herida.

El entrenador fue al baño y vino con un botiquín. Me había salido un poquito de sangre; me limpió la herida, me dió un analgésico y me puso una bandita. También me dio una compresa fría porque eso se hincharía. Yo tomé una toalla y limpié el rostro de Tin. Chao respiró antes de hablar:

- Veo que realmente lo amas.
- Sí.
- Jamás imaginé que Tin Medthanan sería tu novio... -se quedó pensando- aunque ahora, muchas cosas tienen sentido.

Le expliqué toda la situación con Nam.

- Wow... ¡Ha de ser muy difícil para tí, Can! -Asentí con timidez- Lo envidio. -Dijo de pronto y yo me extrañé-. Eres un chico increíble, único, dulce, comprensivo y muy leal... Él tiene demasiada suerte.
- Ya me han dicho que "no me merece"
- Te golpeó.
- ¡Pero porque estaba ebrio y pensó que yo era tú!

Pero solo resopló. Definitivamente es otro de los que odia a Tin. Yo sé que es un chico genial, pero admito que se esfuerza por ser un completo imbécil... Y le sale bien.

- ¿Podemos dormir aquí?
- ¿QUÉ?
- Si no dormimos aquí, tengo que llevarlo a su apartamento y cargarlo yo solito hasta su cama -hice pucherito.
- Está bien ¡Está bien! -dijo rendido- él dormirá en el sofá ¿Y tú?
- En el piso.
- ¡No vas a dormir en el piso! Duerme en la cama. -Me ofreció y me señaló su cuarto.
- No. -Respondí firme- Quiero dormir al lado de Tin porque cuando despierte, estará desorientado.

El entrenador respiró hondo y sonrió.

- En su vida pasada salvó a niños del hambre o a judíos de los nazis... Porque no entiendo cómo puede tener tanta suerte en esta vida. -Yo solo sonreí.
- Lo siento P, lo amo y he visto lo mejor de él.

Comenzó a irse a su cuarto, ya estaba casi en la puerta, cuando volteó.

- Por cierto... ¿Qué harás el fin de semana?
- Vamos a Japón.
- ¿Seguro? -él entrenador no estaba para nada seguro- Es decir... hace un rato, tu novio quería matarme, con tanto odio que se cegó y te golpeó a ti -me miró serio- No quiero morir aún y no creo que sus celos toleren el viaje.
- El viaje lo hago por mí, no por él.
- Como tú digas. Buenas noches, Can.
- Buenas noches P'Chao -lo miré y sonreí- ¡Eres el mejor!
- Si fuera el mejor, estaría tirado en el sofá.
- ¿Qué? -pregunté sin comprender.
- Nada. Solo descansa. -Y así hice.

Al día siguiente, me desperté porque sentí movimiento. Abrí mis ojos y vi al entrenador deambulando por el living: estaba sin camiseta y en pantalones deportivos.

- ¿Despertaste?
- Más o menos -él sonrió.
- Es hora de ir a clase, pero asumo que te quedarás hasta que él despierte -lo señaló con la cabeza y yo asentí.
- Gracias de nuevo, P.
- Dejaré las llaves en la mesa antes de irme. -seguió preparando su desayuno- Vuelve a dormir.

Volví a despertarme... Pero por su voz.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora