Manjar [M]

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Can POV

Fui a buscar la bolsa que le dio Pete con el baño de burbujas.

Al regresar al baño, Tin ya estaba preparando la tina. En cuanto terminó, le dije que se metiera y lo hizo. Él me observó y me hizo un gesto para que lo acompañara, pero yo negué.

- No, amor. Hoy es tu día para disfrutar. -Me hinqué detrás suyo- Relájate.

Mi imbécil se extrañó pero comenzó a hacerme caso. Masajeé sus hombros y su cuello.

- ¿Te gusta? -pregunté luego de unos minutos.

Él solo respiró hondo y asintió. Cuando se me comenzaron a acalambrar las manos lo abracé por el cuello, apoyé mi rostro en su hombro y lo miré:

- ¿Quieres que te lave el cabello? -él sonrió como un niño pequeño; amo esa sonrisa.

Me moví hacia el frente, me agaché y lo salpiqué.

- ¡Hey! -Se quejó- estaba en momento relax.
- Lo siento. -Me disculpé sincero.

Él tomó uno de mis brazos y comenzó a jalarme hacia la bañera. Me metí, me apoyé en su torso y él me abrazó.

- Es mi noche y quiero sentirte bien cerca de mí. -me susurró.

A continuación entrelazó nuestras manos y me abrazó.

- ¿Sabes que eres el mejor novio del mundo, no?
- ¿Lo soy? -pregunté.
- Sí.

Comenzó a besar mi cuello. Inconscientemente fui moviéndome para darle más acceso y la temperatura comenzaba a subir. Me mordió el lóbulo de mi oreja... Esto no podía terminar bien, debía detenerlo.

- ¿Soy el mejor novio aunque te haya pedido cambiar los roles?

Dejó de besarme, volvimos a nuestras posiciones originales.

- Lo eres, si no lo fueras, no estaría dispuesto a cambiar de roles.

No podía creer que volviera a repetir eso. No sé qué pasó, no sé si yo hice algo pero él apretó mi mano.

- Te amo Cantaloupe.
- Y yo a tí, Tin.

Nos besamos. Nuestras manos se soltaron para acompañar el beso con tiernas caricias. Luego él apoyó su rostro en mi hombro y volvió a abrazarme.

- Has hecho mucho por mí hoy, déjame hacer algo por tí.

Tin POV

Preparé la bañera, Can venía con el baño de burbujas que estaba dentro de la bolsa que me había dado Pete. Lo puse, entré y cuando miré a mi chiquillo estúpido para que se metiera, él negó.

- No, amor. Hoy es tu día para disfrutar. -Se hincó detrás mio- Relájate.

Comenzó a masajear mis hombros; me relajé y me hundí más en la tina. Se sentía muy bien, Can tiene mano para esto. Luego subió por mi cuello y noté que estaba contracturado, pero él sabía exactamente qué movimientos hacer.

- ¿Te gusta? -preguntó. Yo asentí.

Luego de los masajes, ya quería tenerlo cerca, así que ni bien tuve la oportunidad: lo metí en la bañera y lo abracé.

- Es mi noche y quiero sentirte bien cerca de mí.

Entrelacé nuestras manos y volví a abrazarlo. Tengo tanta suerte de tenerlo conmigo; podría estar con cualquiera de sus P, con alguien que siempre lo quiso y lo respetó... Pero está conmigo, que comencé de abajo, hasta comportarme y aprender a amarlo.

- ¿Sabes que eres el mejor novio del mundo, no?
- ¿Lo soy?
- Sí.

Comencé a besar su hombro y fui subiendo lentamente a su cuello; él me daba acceso. Terminé mordiendo su oreja. Notaba que le gustaba.

- ¿Soy el mejor novio aunque te haya pedido cambiar los roles?

Me tomó por sorpresa esa pregunta; dejé de besarlo.

- Lo eres, si no lo fueras, no estaría dispuesto a cambiar de roles.

Ya se lo había dicho. Y no es algo que haga por alguien más; lo haría solo por él, solo con él.

- Te amo Cantaloupe.
- Y yo a tí, Tin.

Nos besamos. Fue un beso largo pero tierno. Al finalizar, apoyé mi cabeza en su hombro.

- Has hecho mucho por mí hoy, déjame hacer algo por tí.

Pasé una de mis mano por debajo de su brazo y empecé a jugar con su pecho, mientras mi otra mano bajó a su entrepierna. Can se sostenía de la bañera, lo que me daba mejor acceso. Pronto lo tenía con sus ojos cerrados y se mordía el labio.

- Eres hermoso, bebé. -Le susurré.

Abrió sus ojos para mirarme y nos besamos, pero el beso se vio interrumpido por sus gemidos.

- ¡Mierda Tin! -volví a besarlo- ¿Te divierte... dejarme en este... Estado?
- Muchísimo. -Mi voz sonó más grave y áspera de lo normal.

Volví a devorarlo con hambre, mientras mis manos no dejaban de moverse. Dejé de besarlo solo para atacar si cuello, Can me dejaba completo acceso, está vez, era el otro lado del cuello. Todo venía bien hasta que...

- Espera. -Dijo él.

Dejé de hacer todo lo que estaba haciendo. Mi chiquillo estúpido se levantó, mojó todo... Fue a sacar el peluche del aparador y lo dejó en el piso, al lado de la puerta (ahí no podría verlo).

- Me siento incómodo con Chimuelo mirándome. -Expresó.
- Ese no sé, pero créeme que el mío te estaba mirando- hice énfasis en el si. Lo miré de arriba a abajo y me mordí el labio inferior.
- ¡No me mires así!
- ¿Así cómo?
- ¡Cómo si fuera carne deliciosa!

Me levanté, fue mi turno de mojar todo. Can se sobresaltó un poco. Lo empujé contra la pared y apoyé sus brazos por encima de su cabeza; él me miraba con intensidad.

- Eres un manjar de dioses, bebé -Le susurré- No puedes esperar que me contenga.
- Tin...

Can POV

Tin pasó su mano izquierda por debajo de mi brazo y me apretaba mi botoncito. Si mano derecha d
Fue directo a campeón. Creí que no me afectaría tanto por el agua... Pero sus manos en mi dragoncito siempre hacen magia. Me dejé llevar por el placer.

- Eres hermoso, bebé. - Me susurró.

Ahí me di cuenta que en algún momento había cerrado los ojos, porque los abrí luego de que dijera eso. Me besó, sin dejar de manosearme y hacerme gozar. Tuve que parar el beso porque se me escapó un gemido cuando hizo un movimiento en campeón.

- ¡Mierda Tin! -me besó para callarme- ¿Te divierte... dejarme en este... Estado? -trataba de recuperar mi aliento.
- Muchísimo. -su voz sonó más grave y áspera de lo normal. Muy sexy.

Volvió a besarme. Sus manos parecían pegadas a mi cuerpo. Pero luego cambió y atacó mi cuello, me giré para darle más acceso y lo vi: el maldito peluche. No podía, no me funcionaba el cuerpo mirando a ese peluche.

-Espera. -Dije.

Me paré, lo quité del aparador y lo dejé en el suelo, fuera de mí visual.

- Me siento incómodo con Chimuelo mirándome. -Expliqué.
- Ese no sé, pero créeme que el mío te estaba mirando- hizo énfasis en el si. Me miró de arriba a abajo como para comerme.
- ¡No me mires así!
- ¿Así cómo?
- ¡Cómo si fuera carne deliciosa!

Se levantó y salió de la ducha. Su cara era de cazador a punto de atacar a su presa. A su vez, es tan jodidamente sexy ver cómo cae el agua en su cuerpazo de dios griego... Cuando quise acordar, ya me tenía contra la pared y puso mis manos sobre mi cabeza.

- Eres un manjar de dioses, bebé -Me susurró- No puedes esperar que me contenga.
- Tin...

Claramente, se nos fue todo al carajo.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora