MARVEL ONE SHOTS 1

Necesito tu ayuda...

Personaje: Peter Parker/Hombre Araña
Advertencia: esta algo sad,no que va, muy sad!
Dedicado a: Sarah8456

***

Día con día le recordaban que ella era culpable.
Día tras día vivía atormentada.
Día tras día la recordaba y se lastimaba ella sola.

Sarah había perdido el amor de sus padres hacia ella.
Ellos ya no sentían nada por la única hija que les sobrevivía, se habían olvidado de ella como si nunca existió.
Ellos la culpaban por lo ocurrido.

Unos meses atrás, ocho para ser exactos, Kenygen, hermana menor de Sarah había muerto.

Keny era una niña de tan sólo 8 años, una niña alegre, risueña, con una gran sonrisa en su rostro, una sonrisa que contagiaba a cualquiera, además de ser hermanas eran mejores amigas y confidentes.

Keny amaba el ballet pues admiraba a su hermana mayor y le encantaba verla bailar en las presentaciones que Sarah daba.

Un día después de una presentación (o recital, como quieran decirle) que a Sarah le había salido perfecto, sus padres las llevaron a comer lo que ellas quisieron y luego, a petición de la pequeña, fueron a la playa.

Los padres de ambas habían ido a caminar por la orilla del mar mientras las niñas se quedaban esperando a que la comida les hiciera digestión y pudieran nadar.

-¿Sarah? ¿Puedo nadar?
-No Keny, debes esperar unas horas.
-Pero quiero nadar... ¿Puedo ir a la orilla?
-Anda. Pero sólo en la orilla.

Sarah no se esperaba que Keny, conforme avanzaba, fuera entrando al mar poco a poco, hasta que el agua llegó a la mitad de su cuerpo.

Sarah sólo tomaba un poco de sol para broncearse pensando que su hermana estaría en la orilla jugando a chapotear. Cuando no fue así. Los salvavidas corrieron a toda prisa ante los gritos de algunos turistas y entraron al agua enseguida.

La mayor buscaba a su hermana con la mirada para ver si podía ver a Keny pero al no verla comenzó a aterrarse. Sus padres no tardaron en llegar pues estaban preocupados por sus dos hijas.

Sarah jamás olvidará la mirada de sus padres ese día y como los salvavidas trataban de reanimar a su hermana. Pero ya era muy tarde. Kenygen había muerto.

-No le importó a nadie. ¿Por que tendría que importarme a mi misma? Yo no soy nadie, nadie llorara mi muerte. No tiene sentido vivir si nadie me ama.

Respiro profundo por la altura donde se encontraba y miro hacia abajo. Las luces de los carros de aquella noche iluminaban la calle, aquella avenida donde Sarah caería y se quitaría la vida.

-Nadie llorara mi muerte como la de Keny. Oh Keny, nos veremos pronto hermana -esta vez miro al cielo como si su hermana la pudiera ver- y prometo cuidarte esta vez.

Soltó el aire acumulado en sus pulmones y despegó el primer pie del piso dejándolo flotar sobre el vacío. Sarah cerro los ojos y se dejó caer.

Conforme caía sentía como el viento la abrazaba, como si la acunara en una manta. Se sentía tan bien estar cayendo. Sus cabellos volaban con libertad, nadie la extrañaría después de su partida. Nadie.