CAPÍTULO 71

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Faltan 10 para final de temporada !!!

Rochi: -se sentó junto a Cande- ¿De qué me queres hablar, Can?
Cande: -sonriendo, se sentó en el sillón, después de varios meses de no haberla visitado a su departamento- Es algo importante.
Rochi: -sonrió al ver la sonrisa de su amiga- ¿Me vas a intrigar? Contame.
Cande: -juntando sus piernas sobre el sillón- Creo que estoy embarazada. -Ambas gritaron de emoción-
Rochi: Ay, que lindo, amiga. -La abrazo fuertemente- ¿Ya te has hecho una prueba?
Cande: -negó con la cabeza- No, no quiero, no quiero que me pinchen con una aguja.
Rochi: -queriendo reírse- Pero, amiga, ¿como vas a estar segura?
Cande: -suspiro, sonriendo- No le he dicho nada a Gasti, pero hace dos meses que no me viene.
Rochi: ¡Voy a ser tía! -Cande asintió sonriendo- ¿Por qué no se lo decís?
Cande: -pensativa- Porque no quiero que me salga con... -cambiando de vos- No quiero hacerle daño al bebé. -La miro- Y me abandone en las noches.
Rochi: -rio mirándola- Sos muy golosa vos.
Cande: -la miro- Y sí, me esta dando más hambre. -Se toco el pecho- Mira, están creciendo. Me siento rara.
Rochi: -confundida- ¿Y Gas no se da cuenta?
Cande: -se encogió de hombros- Cuando empiece a crecer mi pancita, cuando se dé cuenta, recién voy a dejar que me pongan la cosa esa con la panza. Una ecografía creo que sí, aceptare.
Rochi: -la abrazo fuertemente- Me alegro por vos. -Ambas secaron las lágrimas que se habían caído-
Cande: -la miro, sonriendo- No sólo vine para hablarte de mí, también por vos.
Rochi: -confundida- ¿Por mí? -Cande asintió-

En una tienda de vestidos de novia...

Gime: -viendo varios modelos de vestidos- Vos no sos muy alta... -Lali la miro- ¿Qué te parece un vestido corto?
Lali: -sentada en los asientos de espera- No se mucho de estética, vos escoge.
Gime: -giro a mirarla- ¡Es tu boda, hija! -Lali sonrió forzadamente- Vos me tenes que ayudar con esto. -Volviendo a ver más vestidos-
Lali: -mirándola, ilusionada con el tema de que su hija se iba a casar- Vos sos mejor en estos temas, vos hacelo todo por mí.
Gime: -le dio una tarjeta de crédito- Esto me lo dio Pablo, me dijo que no importa el precio, que podíamos comprar cualquier vestido. El que más te gustará.
Lali: -mirándola- Confió en tu buen gusto, mamá.
Gime: -se detuvo un momento, para mirarla- ¿Qué pasa hija? Parece que fueras a un velorio no a tu matrimonio.
Lali: -suspiro- Nada, estas viendo mal. -Sonrió- Vos estás muy feliz, ¿no?
Gime: -alegre- Me alegra que no hayas cometido el mismo error que yo. Que vayas esperado hasta tu luna de miel para quitarte esa pulsera. -Lali vio su pulsera y sonrió pensativa- Y que te cases con alguien tan lindo y tierno como Pablo, él es perfecto para vos.
Lali: -volvió a mirarla- Es perfecto para cualquiera. -Sonrió, pero cuando su madre volvió la vista a los vestidos, esa sonrisa se esfumo-
Gime: Estoy feliz, por vos y por mí.
Lali: -viendo a su madre, suspiro- Me alegra mucho que estés feliz, que confíes en mí. -Suspiro, cerrando sus ojos, recordando las palabras que había usado su madre contra ella cuando se había escapado con Peter- Que ya no estés molesta conmigo. -Puchero- Que me quieras mucho y que te ponga feliz lo que estoy haciendo.
Gime: -sin voltear a ver a su hija- ¿Como me voy a enojar si sos casi perfecta? Una hija obediente. -Lali volvió a abrir sus ojos, sin decir nada; algo triste-

Pablo fue al hospital, para que le hicieran su checkeo semanal, para ver que su pierna esté del todo bien y no haya ninguna complicación. También iba a seguir con su tratamiento, para poder caminar como antes, para su boda.

Doctor: -viendo la caminata de Pablo- Estás bien, no se ve mucho que cojees.
Pablo: -mientras seguía caminando de un lado al otro del consultorio- Que bueno... -con desanimo-
Doctor: -viéndolo extraño- ¿Qué pasa, Pablo? –Pablo negó con la cabeza sin decir nada- Esa no debería ser la cara de un hombre que está a unas semanas de casarse.
Pablo: -sonrió ligeramente- Solo estoy un poco cansado, el tiempo que abandonamos la empresa ha hecho que el trabajo se acumule.
Doctor: Oh... yo pensé que era que te habías dado cuenta de que ya no estarás soltero. –Pablo dejo escapar una pequeña risa sincera- ¿Es sólo eso lo que te pasa, Pablo?
Pablo: -se detuvo y lo miro- Doc, ¿Qué haría usted si su madre no aceptará su boda?

CAMBIASTE MI MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora