Lali bajó a la fábrica dónde estaba trabajando su madre, después de dejar de llorar por lo que se había enterado. Aún tenía ira en todo su cuerpo, pero quería hablar con su madre de que ya podía dejar ese trabajo y estar tranquila en su casa, con Mariano. Vio a Gimena a lo lejos, trabajando como siempre; no parecía padecer al estar ahí, es más parecía que le gustaba. A comparación de que en su casa casi siempre estaba sola, ahí tenía algunas amigas entre tantas envidiosas.
Gimena: Lalita, ¿qué haces aquí hija? – Lali se sentó al lado de ella con una ligera sonrisa. - ¿Estás bien?
Lali: - Respiro hondo. – Resulta que, tu hija si puede tener hijos.
Gimena: - Se sorprendió, sonriendo. - ¿Estás embarazada?
Lali: - La miro pensativa un momento. – Me enteré que lo que me dijeron, de que no podía tener hijos, era mentira. Y por culpa de Nicolás. – Hablando casi rabiosa. – Te juro que lo odio.
Gimena: Hija, tranquila. – Dijo abrazándola. – Te entiendo, es normal; pero no hagas que te afecte mucho, mira el lado bueno de todo esto.
Lali: - Suspiro en los brazos de su madre. – Vine para decirte otra cosa más... - Dijo, soltándose del abrazo. – Nicolás ya no es más el dueño de la empresa, Maxi está a cargo temporalmente y me dijo que si queres podemos cancelar tu contrato. – Con una leve sonrisa.
Gimena: ¿En serio? – Preguntó sorprendida.
Lali: Alejo tenía un as bajo la manga. – Sonrió un poco más. – Y bueno, ¿queres? ¿Sí, cierto?
Gimena: - Se quedó pensativa, para desagrado de Lali. – Hija, no me molesta estar aquí...
Lali: Yo no quiero que tengas que estar así... - Le dijo algo triste.
Gimena: Puedo cambiar algunas cosas en mi contrato si me dejan. – Lali se quedó mirándola, atenta para escucharla. – Tal vez pueda venir más tarde y salir más temprano, tener vacaciones, poder almorzar con Mariano. – Se encogió de hombros.
Lali: ¿No puedo hacer nada para que decidas salir de aquí definitivamente? – Preguntó.
Gimena: Vos no te preocupes por mí, hija. – Le sonrió. – Yo estoy bien, ya hablaré de esto con Maxi.Rochi salió con Vale y Ramiro del colegio y encontraron a Pablo afuera esperándolos. La psicóloga se quedó confundida al verlo, pero alegre al mismo tiempo.
Rochi: ¿Hola? – Preguntó.
Pablo: Hola mi amor. – La agarro de una mano y de un momento a otro, Rochi estaba mirando al cielo, sobre la rodilla de su esposo besándolo.
Rochi: Wow. – Dijo cuándo la volvió a tener parada.
Vale: Eso fue como un beso de película. – Dijo sonriendo juntando sus manitos por la emoción.
Pablo: ¿Y vos queres un abrazo tipo película? – Empezó a caminar lentamente hacia su hija con los brazos abiertos, la cargó y la empezó a dar vueltas, haciéndola reír.
Ramiro: - Lo miro confundido. - ¿Tenes algo que decir, no?
Pablo: No me cagues la sorpresa. – Dijo seriamente.
Rochi: ¿Qué sorpresa? – Preguntó inmediatamente.
Pablo: - Cargando a Vale. – Ya no tengo que seguir en la empresa de mi padre. –Sonrió.
Rochi: ¿En serio? ¿Te despidió? – Preguntó confundida, eso era casi imposible.
Pablo: Mejor les cuento mientras comemos. – Dijo.
Vale: - Le habló al oído a su padre. – Ramiro también.
Pablo: - Respiro hondo. – Vos también podes venir enano. – Le dijo a Ramiro sin mirarlo.Los cuatro fueron al Mc a comer algo, Ramiro se ponía a jugar con las cremas y con Vale, manchándole la cara. Vale era tierna, pero algo vengadora y le manchaba la cara con lo que tenía. Pablo los miraba querían separarlos, pero Rochi lo distraía con la conversación de lo que había pasado en la empresa.
Rochi: Wow, qué feo lo de tu padre. – Dijo, comiendo unas papas.
Pablo: Y sí, no sé si se lo tiene merecido. – Se encogió de hombros. – Es mi padre después de todo.
Rochi: Vos vas seguir siendo un lindo papá. – Le dio un beso en la nariz.
Pablo: ¿Cuándo podemos ir a ver a nuestro hijo? – Preguntó sonriendo.
Rochi: O hija. – Pablo asintió. – Y, no sé, me da cosita que me echen esa cosa en la panza. Euge me dijo que es frío y no sé. – Dijo nerviosa haciendo reír a su esposo. – Pero ahora que vos volves a ser tu jefe, decime vos cuando me podes llevar. – Vale se rio cuando se le cayó la comida de la boca a Ramiro, por reírse de la cara de Vale; distrayendo a los padres de la pequeña.
Pablo: Coman, no jueguen. – Los retó.Nicolás: ¿Qué haces? – Preguntó a Emilia, viéndola llenar una maleta con su ropa. – Vos no te vas.
Emilia: Sí, me voy. – Le dijo, haciendo sus maletas.
Nicolás: Me dijiste que no te ibas a ir. – Le decía enojado, mientras la veía moverse por el cuarto.
Emilia: Necesito tiempo para estar sola. – Fue su única explicación.
Nicolás: ¿Sola o con Alejo? – Preguntó.
Emilia: ¿Y si quiero estar con él, qué? – Lo enfrentó.
Nicolás: Vos no me podes dejar.
Emilia: - Se acercó a él, suspirando; sentía miedo. – Quiero no tenerte miedo. – Nicolás la miraba enojado y triste a la vez. – Quiero estar aquí porque quiero, no por obligación. Y vos lo único que haces es dar miedo a todo el que esté cerca de vos.
Nicolás: Puedo cambiar eso...
Emilia: Hacelo si queres, no te voy a obligar. – Hizo una pequeña pausa. – Pero yo me voy... - Nicolás se quedó en silencio, viéndola salir de su cuarto.Mery: Señora Emilia, ¿se va de viaje? – Preguntó viéndola bajar con su maleta.
Emilia: Hola Mery. – Saludó a su hijo también. – Y, es algo así...
Mery: Yo quería decirle que yo también me voy. – Mery la miró confundida. – Con mi madre y mi hijo.
Emilia: ¿Solos? – Preguntó levantando una ceja.
Mery: - Sonrió. – No, no solos...
Emilia: ¿Vas a estar bien? – Mery asintió. – Eso espero, sos una buena madre, ¿sabes? – Hizo sonrojar a Mery. – Me hubiera gustado ser como vos todo el tiempo.
Mery: Usted es una buena persona, señora. – Emi la abrazó, soltando sus maletas. – La voy a extrañar...
Emilia: Y yo a vos. – La soltó y se fue, despidiéndose con la mano.Y tal como lo dijo, Vico fue al día siguiente a la casa de lo Lanzani para recoger a Mery, su madre y a su hijo. Emilia le aviso a su hijo que no estaba en la casa, pero que estaba bien; y además que Mery se iba a ir. Mery quiso despedirse de Nico, al menos por mensaje de texto; y Vico, de Euge.
Pablo: ¿Te la vas a llevar? – Preguntó molesto.
Mery: Pablo, yo decidí irme con él. – Dijo poniéndose delante de Vico. Ella estaba cargando a Lucas y los cuatro estaban en el jardín, listos para salir.
Nico: - Llegó a la casa y entró porque la encontró abierta. - ¿Qué hace este estúpido aquí? ¿Qué hace vos con él, Mery?
Mery: ¿Se pueden calmar? – Les gritó.
Pablo. ¿Cómo queres que nos calmemos si te vas a ir con este?
Nico: ¿Qué? – Volvió su mirada a Mery. – Te vas a ir, ¿y con él? ¿Vos estás mal de la cabeza?
Mery: No, lo pensé muy bien y, aquí ya no me siento cómoda. – Respiro hondo. – Y quiero tener a mi familia unida. – Ambos quisieron contradecirla. - ¡Nada! Nada de lo que digan me va a hacer cambiar de opinión. – Los miro. – Gracia por venir a despedirse, pero seguirá siendo eso, una despedida.
Nico: - Miro mal a Vico, pero abrazó a Mery. - ¿Segura que vas a estar bien? – Mery asintió. – Me hubiera gustado que estés en mi boda...
Mery: Yo creo que a Euge, no.Euge: Y tenes razón. – Dijo, parada atrás de él.
Nico: - La miro, soltando a Mery. - ¿Y vos qué haces acá?
Euge: Vos viniste sin decirme nada, yo hice lo mismo. – Dijo, con una sonrisa irónica. – Y déjala tranquila, es su decisión y yo creo que está bien.
Mery: Gracias por el apoyo. – Dijo sonriendo, aunque sabía que era más el interés de Euge.
Euge: - Sonrió levemente. – De nada. Cuídense. – Dijo, y miro a Vico. – Cuídalos bien vos, aprovecha tu segunda oportunidad.
Vico: Gracias. – Sonrió suavemente.Los tres abrazaron a Mery y a Lucas, despidiéndose de ellos. Ese día tal vez sería la última vez que los verían.
Lali fue a visitar a su madre, aunque no había cortado el contrato que tenía con la empresa, pidió permiso a Maxi para faltar esa semana. Además, tenían que empezar a preparar todos los preparativos de la boda de Nico.
Espósito fue a recorrer esas calles que no pisaba hace más de 3 años, desde que se cambió de casa cuando era novia de Pablo. Siempre estaba bueno volver a ese lugar que la vio crecer, pelear para sobrevivir, jugar, hacer amigos, tener novios, ser ella misma.
También, hace tiempo no veía a Mariano, aquel que la ayudo siempre; siempre tenía lo que Lali necesitaba y si no, él encontraba la manera de ayudarla. Era lindo volver a ese lugar, aunque estaba más civilizado, ya no era tan peligroso como cuando era niña. Era un lugar que quería que su hijo o hija, conociera cuando naciera.
Lali no quería ponerse a pensar en las cosas malas que le habían pasado, en que Peter no estaba ahí con ella para protegerla, que sus llamadas eran cada vez más cortas y menos seguidas. Lali quería contarle todo lo que tenía para decirle cara a cara, no eran temas que debían hablarse por teléfono.
Cuando llegó a la casa de su madre, Gimena la recibió más que contenta.Un mes después...
Lali: - Despertó estirándose y vio su calendario. – Llegó el día. – Sonrió.