CAP 54

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Lali: - Sonrió levemente, acariciándolo. – Yo también te amo...
Peter: - La abrazó por la cintura, apretándola a él; besándola dulcemente. – Perdón...
Lali: - Alejó su rostro de él, lo suficientemente para verlo fijamente, levantando su ceja confundida. - ¿Eh? ¿Vos me estás pidiendo perdón a mí?
Peter: Sí, yo te estoy pidiendo perdón. – Dijo, acurrucándola y acurrucándose en ella. – Porque soy un... - No encontraba un calificativo para decirse a sí mismo.
Lali: Tarado. – Peter la miro, levantando la ceja. – Así te dice Daky...
Peter: Bueno, eso. Un tarado. – Suspiró, abrazándola fuerte.
Lali: No sos así. – Lo contradijo. – Vos sos bueno...
Peter: Bueno para arruinar las cosas. – Termino la oración de Lali con otra idea.
Lali: Cállate. – Lo retó.
Peter: Yo sé que vos no me hiciste eso, o si pasó no quisiste... - Dijo, sin mirarla directamente; mientras ella lo observaba atentamente. – Vos no sos de las personas que engañaría a alguien, que tendría secretos, que desconfía... - Lali suspiró, mirándolo. – Vos no necesitas cambiar, Lali. – Levantó su mirada a ella. – Vos sos perfecta.
Lali: No existe la perfección... - Peter quiso contradecirla, poniéndola a ella como ejemplo; pero ella no se lo permitió, acariciando la mejilla de Pitt. – Excepto esa perfecta simetría que hay entre tus lunares... - Peter sonrió de lado, negándolo. – Sos re lindo.
Peter: Vos sos linda, hermosa... y sexy. – Dijo esa última palabra con una mirada pervertida en su rostro; Lali escondió su rostro en el pecho de su novio, un poco nerviosa. – Perdón... - Repitió.
Lali: Ya está, no me tenes que pedir perdón. – Le dijo, mirándolo nuevamente.
Peter: No por lo de ahora, por desconfiar y ser un nuevo nivel de estúpido. – Lali lo miró entrecerrando sus ojos, para que deje de insultarse. – Ahora sé lo que vos sentiste, cuando te hice lo mismo con Euge...
Lali: Eso es pasado, ya pasó, ya arreglamos esa situación. – Respiro hondo. – No tiene sentido pensar en eso, no deberías pensar en eso; yo te perdoné eso. Y además, las cosas no fueron tan así, olvídate de eso. – Dijo mirándolo fijamente, abrazándolo por el cuello. – Y yo espero que me perdones lo que te hice...
Peter: - Señaló hacía un lado de la habitación, sin dejar de mirar a los ojos de Lali. – Sí haces eso, te perdono por completo. – Lali giró a ver lo que él señalaba y volvió su mirada a él, con sus ojos entrecerrados nuevamente. - ¿Esa no era una sorpresa que me ibas a dar?
Lali: - Levantó el torso de su cuerpo, mirándolo. - ¿En serio queres que lo haga?
Peter: Oh sí, toda mi vida espere que lo dijeras. – Con rostro perverso.
Lali: Sos exagerado, Pitt. – Le dijo en modo de burla.
Peter: - La tiró del brazo, haciendo que se eche junto a él nuevamente. – Yo no exagero si digo que te amo y te amaré para siempre. – Lali sonrió en sus labios, volviéndolo a besar.

Peter luego de haber llevado a Ramiro hasta su padre, fue al veterinario donde estaba Simón; pero al no saber más noticias de él y hacerse tarde, dejó a su hermano con Rochi solos.
Pablo pasó a la habitación dónde estaba Simón, en una camilla, con la piel recién limpiada y una mascarilla de oxígeno en el hocico. El veterinario le informó que iba a ser doloroso para su perro seguir, ya que estaba anestesiado para no sentir dolor.

Pablo: ¿Qué me quiere decir? – Le preguntó, suspirando.
Vet.: Vos sabes, Pablo. – Dijo tristemente.
Pablo: No... - Negó, dándole la espalda y tocándose la mejilla por preocupación.
Vet.: Es lo mejor para él... - Le recomendó, tocando su hombro.
Pablo: - Giró su cuerpo hacia el veterinario. - ¿No hay otra opción?
Vet.: La edad de Simón no ayuda, él ya es viejo y su cuerpo no resiste igual que antes... - Le recordó.
Pablo: No es muy viejo... - Quiso convencerse.
Vet.: Va a sufrir... - Le repitió. – Es lo mejor que te puedo recomendar. – Pablo se mordió el labio, mirando a Simón en la camilla y asintió. – Podes quedarte con él...
Pablo: Sí, me quedó. – Asintió nuevamente.

El veterinario que cuidó a Simón desde ser un cachorro, salió de la habitación para encargar todo lo que necesitaba, mientras Pablo se sentaba al lado de su perro de casi toda la vida, viéndolo a penas pestañear por momentos. Rochi entró a la habitación y vio a Pablo con los ojos lagrimosos, jugando con las patitas de su perro.

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