CAP 66

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Belu abrió sus ojos totalmente mirando a Maxi, se había quedado helada con lo que le había dicho. Mientras él la miraba, cruzado de brazos, esperando que dijera algo.

Belu: - Simuló indignación, tocándose el pecho con una mano. - ¿Qué decís? - Maxi dio una vuelta entera, por el enojo que le daba que siga mintiendo. - No sé quién te dijo eso, pero es mentira...
Maxi: ¡Mentira es lo que decís vos! - Le gritó.
Belu: Te pido que tengas cuidado de como tratas a una mujer embarazada. - Dijo tranquilamente.
Maxi: Deberías cambiar de profesión y ser actriz. - Belu respiro hondo, haciéndose la rendida. - Porque te sale muy bien el personaje de que estas embarazada y vas a ser mamá...
Belu: Vos estás muy cambiadito. - Dijo cambiando la atención a él. - ¿Qué te pasa? ¿Te dieron pastillas de descontrol?
Maxi: - Se acercó a ella, mirándola fijamente; teniendo un paso de separación entre ellos. - Vos no sos la única que sabe actuar bien. - Cambió su rostro a temeroso. - ¿Cómo podría yo causar sospecha de algo? ¿Quién tendría miedo de mí? - Belu lo observaba creyéndolo inofensivo. - Si todos me mandan de todo... - Maxi volvió a su rostro fuerte, enojado; como realmente se sentía. - ¿Difícil de creer que yo me sé todo de aquí y podría hundirlos, no?
Belu: Me estás asustando... - Dijo dando un paso atrás.
Maxi: Vos deja de hacer sufrir a Lali.

Pablo llegó a la oficina y encontró a Lali echada en el sofá, mirando al techo; él sonrió levemente entrando silenciosamente. Y se detuvo al lado del sofá, interviniendo en la mirada de Lali al techo.

Pablo: Hola. - Saludó sonriente.
Lali: Hola... - Sonrió suavemente.
Pablo: ¿Estás bien? - Ella asintió. - ¿Empezamos con el trabajo?
Lali: Dale. - Se levantó rápidamente del sofá y, al volver a abrir los ojos, todo empezó a darle vuelta. Se tocó la cabeza, quedándose quieta un momento.
Pablo: ¿Estás segura que estás bien? - Preguntó mirándola.
Lali: Sí, sí... - Dijo levantándose lentamente. - Fue solo un mareo...

Nicolás: - Entró enojado a la oficina. - ¿Me van a decir dónde está Peter? - Pablo lo miró confundido, al igual que Lali. - No me miren como si no supieran de que hablo...
Pablo: - Lo miro fijamente. - No tengo por qué mentirte, no sé de qué hablas. Se supone que vive en tu casa.
Nicolás: No vino ayer, ahora no vino al trabajo y si lo llamó dice que su número no existe. - Lali lo miro sorprendida. - Mariana, ¿dónde está?
Lali: Él y yo no nos hablamos... - Mintió.
Nicolás: No me mientas. - La miro amenazante.
Lali: - Se levantó del sillón, dejando su miedo a su suegra. - ¿Y qué pasa si se quiere ir? ¿No está bastante grande para cuidarse solo? ¿Qué pasa señor Lanzani? ¿Tiene miedo de que el único recurso que tiene para que su esposa lo deje se vaya y ya no tenga como retenerla? - Explotó enojada. Pablo miro a ambos, sorprendido por las cosas que decía. - Y empiece a tener miedo de que se va a que solo por como es, ¡solo!
Nicolás: Una enana como vos no va a poder lograr romper todo lo que he conseguido. - Le advirtió.
Lali: - Sin apartar la mirada de él. - Créame que yo no quiero separar nada, usted solo está haciendo que su familia lo deje. - Nicolás seguía mirándola enojada por el atrevimiento de hablarle así.
Nicolás: Más les vale que vuelva. - Amenazó a ambos, dejando confundido a Pablo.

Nicolás salió casi tirando la puerta abajo, haciendo temblar todo dentro de la oficina. Incluso a los que estaban dentro de la habitación.

Pablo: ¿Qué carajo fue todo eso? - Preguntó.
Lali: - Lo miró. - Me preocupa saber dónde está Pitt...
Pablo: ¿Vos no sabes? - Lali negó con la cabeza. - ¿Dónde se metió ahora? - La petiza se encogió de hombros, preocupada.

Los dos se distrajeron ante el sonido del teléfono de la oficina, Lali fue quién atendió rápidamente y, tras escuchar lo que Xime le informaba, terminó diciendo "Hace que suba." dejando intrigado a Pablo.

Gastón llevó a Ramiro a un parque de diversiones, al pequeño rubio le encantaba la adrenalina. Era algo característico de los Suarez, a Eugenia también le fascinaba. Aunque era muy temprano para que este abierto cualquiera, así que simplemente fueron a unos juegos clásicos y muy seguros para niños, mientras comían dulces.
Entonces subieron a un juego giratorio, ambos sentados, mientras levemente el juego giraba por el viento.

CAMBIASTE MI MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora