Lali: ¿Lo decís solo para tener la seguridad de que no perderás tu trabajo, no? - Preguntó seriamente, cruzada de brazos. - A mí no me tenes que pedir perdón...
Maxi: - Bajo la mirada, apenado. - No es como piensas, tu madre está bien. - Lali lo miro confusa, pero aun a la defensiva. Maxi levantó la mirada a ella, nuevamente. - Perdón por... Por lo del piso... Que tu novio nos haya visto... - Suspiro.
Lali: Y, la verdad, te salvaste del golpe que te iba a dar. - Maxi sonrió, pero intento ocultar la gracia que le causaba. - Por eso, no te preocupes, está bien. - Seria. - ¡A mi madre no la jodas más!
Maxi: - Se encogió de hombros, alejándose. - No puedo decirte nada, pregúntaselo a tu madre...Lali se quedó pensativa ante sus palabras. ¿A qué se refería con que le preguntase a su mamá? ¿Cómo no iba a ser así? Maxi seguía su camino sin mirar atrás, mientras Lali lo observaba apartarse.
Sus pensamientos fueron interrumpidos ante el abrazo inesperado de Gime.Gime: Hola, hija.
Lali: - Sonrió, abrazándola fuertemente. - Hola, mami.
Gime: - La miro, sonriendo. - Entonces, ¡estás aquí!
Lali: - Volvió a su seriedad, soltándola. - Y vos estás aquí, también... - Cruzo sus brazos, levantando una ceja.
Gime: Íbamos a hablar, ¿no...?
Lali: Vamos a comer... - Dijo tomándola del brazo, guiándola hacia afuera; algo sonriente.Nico: Entonces... No me darás mucho trabajo por hacer feliz a tu hermana, ¿no? - Sonrió, guiñándole el ojo.
Gas: - Lo miro, apunto de morderse las uñas. - Vos estuviste más tiempo junto a Pablo, debes saber más que yo... Te voy a pedir más.
Nico: - Confundido. - Yo solo me encargo de mi amor, che. - Gas lo miro seriamente, haciendo puños con sus manos. - La moto, Gas.La conversación de los cuñados fue interrumpida por el teléfono celular de Nico. Escuchaba el sonido, pero no sabía de donde provenía exactamente. Empezó a palpar sus bolsillos y no lo encontraba; hasta que Gas le mostro el celular en la cara, estaba en la mesa donde estaban sentados. Nico sonrió apenado y tomo el aparato para contestar.
Nico: - Aparto el celular de su oreja, al escuchar el grito desesperado. - Eushi, ¡cálmate! ¿Qué pasa? - Preguntó preocupado.
Euge: Estaba durmiendo... Desperté... Busque en todas partes... Y no está... - Dijo llorando.
Nico: Oh... - Dijo, sin la desesperación que tenía la madre de su hijo. - Juan...
Euge: - confundida, ante su descontrol, grito. - ¿Qué no te importa? ¡No sé dónde está!
Nico: Yo sí... - Dijo, presionando sus ojos y volviendo a alejar el teléfono de él.
Euge: ¿Cómo? - Grito exasperada.Gas rio suavemente viendo a Nico dejar el celular sobre la mesa donde ambos estaban charlando. Nico miraba el celular, mientras que el aparato parecía que en cualquiera iba a reventar por todos los gritos desesperados de Euge. Nico sabía que debió haberle dejado alguna nota antes de salir con Juan e ir al encuentro con su cuñado, en el parque donde lo había dejado; pero pensó que volverían antes de que la madre de su hijo despertará.
Gas: - Tapo el celular, para que Euge no escuchara nada de lo que dijese. – No sé cómo soportas vivir con mi hermana.
Nico: - Sonrió mirando el celular y aun escuchando las miles de palabras rápidas que Euge decía por segundo. – Con el tiempo me acostumbre... - Dijo en modo de burla, Gas negó con la cabeza aun pareciéndole aterrador tener a su hermana cerca. – La amo, Gas.
Gas: Y sí, realmente debe ser eso... - Sonrió apartando su mano del celular.Nico: - Tomo una respiración antes de agarrar el aparato nuevamente, cuando parecía que Euge ya se detenía. – Mi amor, perdón...
Euge: ¡Tráeme a mi hijo, ahora! ¿Sabes las miles de cosas que se me paso por la cabeza cuando no lo vi en su cuarto? – Dio un pequeño salto de tanta desesperación. - ¡Vos salís como dentro de una hora de tu trabajo! ¿Cómo iba a pensar que lo tenías vos?
Nico: - Sonrió, apenado. – Estoy en el parque atrás de la casa, si queres podes venir. Estoy con tu hermano y con los chiquitos. – Dijo mirando hacía el césped, cerca de ellos. – Ellos están jugando y cuidando a Juan. – Dijo, viendo a Ramiro y Vale jugando alrededor de Juan; quien se reía como siempre, cada vez que los tenía cerca.
Euge: Dios, ¡Nico! ¡Te voy a matar! – Dijo más tranquila. Nico solo sonrió. - ¡No vuelvas a hacer eso! ¿Me escuchaste?
Nico: ¿Me perdonas? – Sonrió, mientras Gas lo veía con la risa casi a punto de estallar de su boca.
Euge: No me voy a olvidar de esto muy rápido, Riera. – Respiro con normalidad, sacando sus llaves. – Ahora voy para allá. ¡No te muevas!
Nico: - Sonrió, riéndose un poco. – No me voy a mover, mi amor. Veni de una buena vez. – Euge colgó estando aun, un poco molesta con Nico.