CAP 77

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Lali.-

¿Por qué me hacía Pitt esto? Sabía perfectamente que no me gustaba gritarles a mis hijos. Siempre los veía como esos chiquitos que vinieron al mundo.
Subí al segundo piso de nuestra casa, subiendo poco a poco. Estaba bueno hacer ejercicio, que se yo; lo menos que quería hacer últimamente era moverme. Y entonces me detuve en la puerta del cuarto de uno de mis hijos, donde estaban los dos. Me quede parada afuera, tratando de escuchar lo que pasaba. Eran terribles los dos juntos. Así como eran terribles peleándose entre los dos, eran terribles cuando se unían. Me recordaban mucho a la historia que Pitt me contó de su infancia, de cómo lo pasaba con Pablo y destrozaban casas del árbol.
La diferencia entre sus hijos era que eran un niño y una niña. Recordó la vez que se enteró y lo feliz que le había hecho a Peter saber que eran dos.

"Doctora: ¿Pueden ver? – Preguntó, mientras giraba el aparato por encima del vientre de Lali.
Lali: Es re chiquito, no veo casi nada. – Respondió, achinando sus ojos para tratar de ver algo.
Peter: - Ladeando su cabeza un poco, mirando la pantalla. - ¿Está bien? Lo veo algo raro.
Lali: ¿Cómo raro? – Preguntó asustada. - ¿Podes ver?
Doctora: Peter tiene razón Lali... - Dijo asintiendo.
Lali: ¿Qué pasa? – Miró a ambos.
Doctora: No tenes que asustarme Lali... - Hizo una pequeña pausa. – O tal vez sí.
Lali: ¿Qué le pasa?
Doctora: No le pasa, les pasa. – Aclaró.
Peter: ¿Les? – Levantó una ceja. Lali se quedó sorprendida y con la boca abierta.
Doctora: Por lo que veo, son gemelos o mellizos. – Dijo, moviendo el aparato. – Son mellizos. – Confirmo.
Lali: ¿Dos? – Preguntó sonriendo, Peter sonrió al mismo tiempo que ella.
Doctora: Y están bien, pero tenemos que cuidar de que crezcan los dos bien durante toda la gestación. – Sonrió tranquilizadora.
Lali: Dos. – Dijo sonriendo a Peter, él la abrazó mientras ambos veían esos dos pequeños seres por la pantalla."

Lali: - Abrió la puerta del cuarto de su hijo. - ¿Qué haces aquí, Mora?
Mora: Mamá, le pedí que me preste un momento sus audífonos, porque los míos se rompieron y no me quiere prestar. – Agarrándola de la mano. – Dale, mamá, decile que me los preste.
Lali: Santino... - Llamó su atención.
Santino: Le dije que se lo presto después, ahora estoy escuchando algo en la radio importante. – Hizo silencio poniendo su dedo sobre sus labios.
Mora: - Miro a su madre. – Mamá, lo mío también es importante. Tengo que escuchar a mi ídolo en una entrevista y no funciona sin audífonos, por favor. – Le rogó.
Santino: - Se quitó un auricular. – Eso lo graban otras fans, luego lo podes escuchar, lo mío no.
Mora: Pero lo quiero escuchar ahora. – Dijo, mirando su reloj. – Faltan 3 minutos, ya va a empezar.
Santino: Ay, ¡sos pesada! – Dijo, quitándose los audífonos. – Toma y no jodas.
Lali: Con amor, Santino. – Lo miro fuerte.
Santino: Siempre con amor, siempre. – Dijo un poco irónico.
Mora: - Le dio un beso en la mejilla a su hermano. – Vos sabes que siempre consigo lo que quiero. – Santino sonrió falsamente, mientras Mora salía de su cuarto.

Santino: ¿Por qué no soy hijo único? – Le preguntó a su madre.
Lali: - Se encogió de hombros, arreglando un poco el cabello de su hijo. – Si le vas a echar la culpa a alguien, que sea a tu padre...
Santino: - Sonrió levemente. - ¿Por qué?
Lali: - Se quedó callada un momento. – Porque sí... - Santino la miro levantado una ceja. – Vos, ¿por qué necesitabas, qué estabas escuchando?
Santino: Porque hay una partido que están narrando, no tenemos el canal y no lo puedo ver.
Lali: ¿Eso no ves en la compu también? – Santino sonrió mostrando sus dientes. – Santi...
Santino: Se lo iba a dar, pero me gusta joderla. – Se encogió de hombros. – Es mi hermana, para eso está, para que la joda.
Lali: Sos un... - Se quedó callada, presionándole la nariz.
Santino: Soy fachero y encantador como mi padre. – Se encogió de hombros.
Lali: Vos sos chiquito, nada de encantador con nadie.
Santino: - La miro, levantando ambas cejas, con una sonrisa igual que su padre. – Ahora nacemos de novios, mamá, acostúmbrate. Ya tuve novias yo... - Lali salió del cuarto de su hijo, sin querer escuchar más, mientras Santino se reía y bajaba a tomar desayuno.

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