CAP 64

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Peter: ¿Qué? - Preguntó enojado, presionando fuerte la cintura de Lali sin querer.
Lali: - Sintió la presión y se sintió algo adolorida. - Cálmate Peter...
Peter: ¿Cómo me vas a pedir que me calme? - Preguntó alterado. - Salí de mí encima que no te quiero lastimar.
Lali: No. - Dijo mirándolo fijamente. - Cálmate, ¡no podes explotar así con todo!
Peter: ¿Y cómo queres que reaccioné con eso? - Soltándola. - Salí, por favor. Quiero golpear algo
Lali: ¿Cuándo tu hijo te haga enojar vas a golpear todo? - Peter la miro mal, enojado. - Aprende a controlar tus emociones, no podes ser tan impulsivo.
Peter: - Sin querer, tuvo que aceptar que tenía que tranquilizarse. - ¿Cómo es que lo sabes? ¿Qué? ¿Cómo? - Aun tenía bastante ira en sus palabras. - En serio, necesito... - Dijo queriendo sacarla de encima.
Lali: - Se sentó más fuerte sobre él, mirándolo. Creando una corriente eléctrica en él, haciéndolo jadear. - Escúchame.
Peter: Si que sabes controlarme, eh.
Lali: - Lo miro, queriendo sonreír por su logro. - Te conozco bastante bien.
Peter: - Se rindió ante las armas de Lali para controlarlo y tenerlo ahí hasta que la escuchara, relajó su cuerpo y se recostó nuevamente en el árbol. - ¿Soy adoptado? - Preguntó mirándolo confundido.
Lali: - Le dio un beso corto al verlo tan indefenso. - No, tu mamá es Emilia; pero Nicolás no es tu padre.
Peter: - Mirándola. - ¿Sabes que no sé si es buena o mala noticia? - Lali entendió, encogiéndose de hombros. - ¿Quién es mi padre? - Se atrevió a preguntar.
Lali: ¿Recordas a Matt, no? - Preguntó incómoda.
Peter: - La miro entrecerrando sus ojos. - ¿Crees que me voy a olvidar del idiota ese?
Lali: Su padre. - Pitt seguía observándolo. - ¿Recordas el día que tuve un accidente y un señor me atendió? - Pitt asintió. - Él es el señor Alejo García, con quién la empresa tiene la deuda...
Peter: Y él es mi padre... - Lali asintió lentamente. - ¿Pero quién carajo es? ¿Mi mamá lo conoce? - Pensativo. - Bueno, imagino que muy bien.
Lali: ¿Me ibas a escuchar, no? - Pitt suspiró asintiendo. - Es una historia larga, graciosa... - Peter la miro levantando una ceja. - Algo...
Peter: ¿Por qué lo sabes vos y no yo? ¿Por qué? ¿Desde cuándo lo sabes? - Empezó a invadirla de preguntas.
Lali: Hey, me enteré hace poco. - Respiró hondo. - Pasa que mi mamá también tiene algo que ver... - Peter la miraba más confundido. - A ver, si me dejas hablar vas a entender, te callas y escuchas ¿ok? Ok.
Peter: Ok... - Fue lo único que dije.

Entonces Lali empezó a cantarle la historia... Esta historia se dividía en dos partes, la de Alejo con Gimena y la de Alejo con Emilia.
Como Gimena tenía más que ver con Lali que con él, Pitt prefirió escuchar primero esa parte de la historia.
Lo que había pasado, hace casi 30 años atrás, fue que Gimena y Alejo eran novios. Alejo fue toda su vida cheto, de esos que no le importaba la idea de los demás, que solo quería divertirse. Era una versión de Peter antigua, y como en su época las damitas eran más recatada no podía ir encamándose a todas, pero la pasaba bien enamorando a todas. Excepto a alguien, una muchachita de barrio, Gimena. Ella siempre fue luchadora, con deseos de superarse; esos mismos dones que Lali heredó genéticamente. Ambos, al conocerse, se llevaban como perros y gatos, no se soportaban.
En esta parte de la historia, había un tercer personaje, Espósito. Él era el mejor amigo de Alejo, pero no era de sus amigos que salía a buscar chicas de noche en noche, era el que iba todas las mañanas a sacarlo del hueco donde se había metido. Así que Gimena conoció a Espósito junto con Alejo, en un casi accidente fatal; ya que Alejo García estaba conduciendo totalmente borracho y, su amigo, logró esquivarla. Desde ese momento, Alejo trataba de encontrarla todos los días, aunque acusaba a Gimena de que ella hacía de todo por encontrarlo a él.
Mientras ellos estaban entre peleas y coqueteos, Gimena encontró en Espósito un buen amigo y, este amigo, estaba enamorándose secretamente de ella.
Un día, Alejo no pudo más con la fuerte atracción que tenía hacia Gimena, lo estaba volviendo loco, no podía estar con nadie más pensando en ella; y Gimena, aunque no lo quería admitir al principio, siempre vio en él un príncipe azul. Rendidos ante el amor que fue inevitable en ellos, empezaron su relación de novios; felizmente, la relación amistosa que tenían con Espósito no se perdió porque estuviera enamorado de Gimena.

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