CAP 28

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Gas dudaba en entrar o no entra al ascensor y subir hasta el piso donde estaba todo el problema. Ximena, la recepcionista, lo reconoció; y le insistió que subiera antes de que todo se ponga peor. Gas estaba tan nervioso y avergonzado de lo que se había atrevido a hacer que abrazo fuertemente a Xime, como tomando energía de ella, para atreverse a cruzar esas dos puertas y dejarse guiar hacia arriba.
Cuando llego al piso, empezó ver todo alborotado, pero estaba todo tranquilo como si no hubiera pasado nada. Se acercó a la puerta de la oficina de Pablo esperando escuchar gritos, pero era todo silencio.
Extraño. ¿Acaso su cuñado le había mentido?
Y de la nada, se paró una seductora mujer frente a él.

Belu: ¿Por qué no me contestaste cuando te llame, piratita? - Le susurró al oído.
Gas: ¿Viste algo extraño aquí? - Pregunto señalando hacia la oficina de su amigo.
Belu: ¿Las dos descerebradas que me dieron dolor de cabeza por sus gritos? -Pregunto, jugando con la ansiedad del rubio. - No fue la pelea de gatas que esperaba, pero bueno. - Le dio un fugaz beso. - ¿Te veo luego, no? - Dijo alejándose de él.
Gas: Sí... - Respondió sin siquiera haber entendido la pregunta.

Gas abrió la puerta y vio a todos dentro de la oficina de Pablo. Su cuñado estaba parado, apoyado en el escritorio; su amigo, sentado en su silla giratoria tras su escritorio; y ambas mujeres, sentadas en el sofá observándolo. Los cuatro tenían la mirada en la puerta hacia él, Gas se paralizo y no hizo nada más que pasar saliva.

Rochi: Chicos, vamos a casa, ¿sí? - Dijo, con una sonrisa nerviosa, sacando su cartera con ella.
Emi: - Salió al patio, confundida. - ¡Hey! ¿Por qué tanto apuro? ¿Se van si despedirse? - Rochi miro a su suegra y ella le devolvió la mirada. - ¿Qué pasa Ro?
Rochi: Pasa que entran asesinos a tu casa... - Dijo un poco molesta. Vale escucho y dio un respiro fuerte, algo asustada; y Ramiro la abrazo, sintiéndose asustado también.
Emi: ¿Qué? - Vio a su alrededor. - ¿Dónde está Simón?
Vale: Se fue corriendo, pero no sabemos a dónde.
Emi: Simón detecta malas energías, Rocío. Estaría ladrando. - Le dijo, en un tono tranquilizador.
Rochi: Yo no creo que ese asesino haya cambiado. - Dijo, en dirección a la cocina.
Emi: Cálmate. ¿Por qué no? Las personas a veces cambian para bien. - Dijo, señalándose ella misma.
Rochi: No sé, no se va, mejor me voy yo. - Sentencio, tomando a Vale de una mano.
Vale: - Se resistía a salir. - Quiero jugar con Simón... - Puchero.-
Ramiro: Mi papá no sabe que me voy a ir. - Dijo siguiéndolas.
Rochi: Yo le aviso, ¡Vale! ¡Vamos! - Dijo levantando la voz.

Rochi cargo a Vale sacándola de la casa de la familia de su esposo, siendo seguidas por Ramiro. Vale miraba hacia la casa grande, desde donde su abuela se despedía con una mano. Antes de subir al auto escucho los ladridos de Simón, quién estaba en la puerta de la casa; ladrando tristemente, como si no quisiera que la niña se vaya. Vale también se despidió de Simón con la mano, desde la ventana del auto; antes que el vehículo se aparatara con los tres dentro.

Emi: - Se sentó al lado de Simón, acariciando su pelaje. - ¿No sentís nada malo? - Simón seguía mirando al auto, aullando; y luego se echó, recostando la cabeza sobre sus patas. - ¿De quién estará hablando Rochi?

Emilia se levantó del suelo, levantando a Simón para poder cerrar la puerta y se dirigió a su cocina. En la habitación encontró a un fuerte hombre cargando a Lucas, observándolo con una gran sonrisa en el rostro y, al lado de ellos, estaba Mery. La dueña de casa no les dijo nada y los dejo a solas en ese momento familiar. Simón en cambio, se quedó en la cocina, sentado junto a la puerta, observándolos de lejos.

Gas: Yo... - Cande se levantó del sofá con una notable sonrisa falsa, acercándose a su jefe. - Cande... - Cande le tiro la corbata que llevaba en el pecho con desprecio, Gas apenas pudo agarrarlo antes de que caiga, al mismo tiempo que Cande le dio una cachetada en la mejilla izquierda; ya que era zurda.
Pablo y Nico: Uuhh... - Ambos sintieron dolor que Gastón sentía, ya que su mejilla quedo rojísima después del golpe.

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