CAP 45

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Peter se quedó estático ante el beso de "su novia", ella se pegó a él abrazándolo por el cuello; mientras se miraban.

Belu: Podes mostrar un poco más de amor... - Dijo sarcástica.
Peter: ¿Queres que te invite a salir? ¿Cine? ¿Cena? ¿Cita? - Belu iba a responder sonriente, pero él hablo rápidamente antes de que lo hiciera. - No.
Belu: ¿Eh? - Preguntó confundida.
Peter: No. - Repitió. - No es una relación romántica, no. No estás enamorada de mí, no lo estoy yo, no lo estaremos. - Le aclaró.
Belu: ¡O sea que solo me usas para tus noches solas! - Dijo en voz algo alta.
Peter: Baja la voz. - Casi silabeo cada palabra.
Belu: Tenes suerte de besar bien. - Peter sonrió de lado sin ganas. - Y de que a mí me esté yendo mal...
Peter: No me involucres en tus temas personales, no quiero saber. - Dijo, sujetándola de la cintura, acercándola nuevamente.
Belu: ¿Por qué haces esto? - Preguntó realmente intrigada.
Peter: Porque me divierte. - Mintió.

Peter la sujeto de la nuca y volvió a besarla, en el preciso momento en que el ascensor se abrió. Él se separó lentamente del beso, girando su mirada al ascensor. Una morocha con las puntas pintadas y el cabello lisamente planchado salía de ahí, levantó una ceja mirándola. Si el día anterior la había sorprendida, esta vez estaba consiguiendo alborotar sus hormonas.
Lali había llegado al piso y, aunque Pitt se separó de Belu rápidamente, ella vio el beso; recorriéndole un escalofrío extraño en el cuerpo, una mezcla de indignación y enojo, algo que pocas veces había sentido y no sabía a quién mirar a ella o a él. No sabía a quién matar con la mirada, a ella o a él, solo sentía que podía lanzar rayos laser por sus ojos.
Peter no quería seguir viéndola. Lali estaba vestida con un vestido corto pegado al cuerpo, con un escote que no dejaba nada a la imaginación, con blondas al final del vestido, lo que daba la impresión a que tenía una mini. Sus piernas se veían casi en su totalidad, porque tenía puesto unos tacos que le estilaban la figura. Pitt podría jurar que iba a empezar a babear si no se iba, y así lo hizo, sin decir nada se metió a su oficina, solo.

Maxi: ¿Lali? – Preguntó, quedando con la boca abierta.
Lali: - Lo miro, algo irritada por lo que había visto. – No estoy tan distinta, Maxi. – Le dijo, secamente.
Belu: Pero parece que el humor si se te cambio... - Dijo, secándose intencionalmente los labios. Lali la miró mal.
Maxi: Chicas, estamos en horario de trabajo y no creo que sea conveniente... - Empezó a decir suavemente.
Belu: Cállate, Maxi. – Intervino despectivamente. – No vengas con discursos patéticos de amor y paz.
Maxi: Bueno... - Casi susurró.
Lali: No tenes que dejar que te calle está, ¡eh! – Le dijo seriamente, mirando a Maxi.
Maxi: - Levantó la mirada lentamente. – Pero...
Belu: ¿A quién le decís esta? – Preguntó enojada, con las manos en la cintura. Lali la miro, como señalándola con el mentón sin decir nada.
Maxi: Chicas... - Intervino.
Belu: Ándate. – Le grito enojada.

A Lali le sorprendió que Maxi se fuera, ¿Maxi le tenía miedo a Belu? No es que se hubiera puesto a ver detalladamente a Maxi, pero era alguien fornido y algo alto, ¿por qué se dejaba controlar por la arpía de Chavanne? El punto fue que, ambas se quedaron a solas fuera del ascensor.
Lali la miro despectivamente, sin tener que barrerla con la mirada, simplemente la miro a los ojos un momento y luego se dispuso a irse. Pero Belén la tomo del brazo deteniéndola.

Lali: Soltame. – Le dijo seriamente, Belu libero su brazo y Mariana lo sobo un momento.
Belu: ¿Así que queres provocar a mi novio? – Preguntó, resaltando esas dos últimas palabras. Lali pasó saliva, con la mirada penetrante; no iba a pelear con nadie, así que dio un paso al costado. – Ser sexy, atrevida; no es solo vestirte como putita, ¿sabes?
Lali: No te pedí tu opinión, ¿sabes? – Le respondió de mala gana, aunque realmente había despertado su interés.
Belu: Debo reconocer que tu forma de vestir es bastante interesante. – Empezó a hablar, rodeándola, con los brazos cruzados. – Muchos deben querer cogerte, pero...
Lali: Basta, Belén. – Le dijo sintiéndose incomoda.
Belu: Exactamente, eso. – La miro directamente. - ¡Te falta actitud! – Lali la miro levantando una ceja. - ¿Vos crees que sos sexy, te ves sexy? – La miro interrogante.
Lali: ¿Qué te importa? – Se hartó de su presencia y se metió rápidamente a la oficina. Belu respiró hondo, acomodándose el cabello. – Esta inocente no durará ni una semana así...

Pablo abrió sus ojos totalmente viendo a su asistente pegada a la puerta, como si estuviera asustada. Cuando el hermano Lanzani reaccionó, subió la mirada al rostro de Lali; haciendo que las mejillas de la morocha se enrojecieran.

Pablo: Perdón... - Dijo, bajando la mirada, volviendo a sus papeles. Escucho que Lali avanzó hasta la silla que estaba frente a él, pero Pablo seguía sin levantar la cabeza. - ¿Estás bien?
Lali: Ya podes mirarme... - Le respondió, él levantó su cabeza dudando; y cuando lo hizo vio a la petiza con un almohadón en su pecho, lo cual apretaba a ella. – Creo que estoy bien.
Pablo: - Respiro hondo, acomodándose el saco nuevamente y recostándose en su asiento. - ¿Hace calor, no? – Lali lo miro seria y él se rio. - ¿Qué haces Mariana?
Lali: - Se mordió el labio, dubitativa. – No sé... no sé si vale la pena lo que estoy haciendo... - Suspiró.
Pablo: Te pareces a las chicas que antes le gustaban a mi hermano... - Lali ladeo su cabeza a un lado, matándolo con la mirada. – Te apuesto que Peter amaría verte celosa.
Lali: No estoy celosa. – Dijo, estabilizando su cabeza.
Pablo: Ajam... - Volvió a acomodarse en su asiento, sin creerle.

Lali suspiró, quedándose con el almohadón que cubría su pecho, empezando con todo el trabajo que tenía, que había estado acumulando durante todo ese tiempo de tristezas, accidentes, problemas; en fin, tenía suficiente trabajo para dejar de pensar en tantas cosas.
De igual manera, Peter se concentró en todo el trabajo que había acumulado. Él no era de tener trabajo porque, aunque no pareciera, él nunca lo dejó para el final; lo tenía todo terminado mucho antes de tiempo y su tiempo libre era tanta que parecía que no hacía nada. Ahora tenía muchas cosas en que ocupar su tiempo.

Nico llegó a la empresa y fue directamente a donde su jefe, y ver qué tenía para él ese día. Encontró a Gas con la mirada pérdida, con su rostro recostado en su mano, y con el codo apoyado en la mesa. El pelado entró a la oficina y se echó en el sillón.

Nico: Buen día. - Dijo suavemente.
Gas: Hola... - Dijo suavemente.
Nico: ¡Qué mal que estamos, eh! - Suspiró.
Gas: Sí... - Apenas respondió.
Nico: Te juro que ya no sé qué hacer con Belén, ¿te busca a vos también? - Le preguntó.
Gas: ¿Belu? - Preguntó distraído. - No, ya no... Tal vez, luego.
Nico: A mí está que me rompe... La paciencia. - Concluyó.
Gas: Aunque, ahora está de novia con Peter, ¿no? – Pensó en voz alta.
Nico: A mí me jode igual. – Respondió.
Gas: Oh. – Fue lo único que dijo.
Nico: ¿Estás bien cuñado? - Preguntó dirigiendo su mirada a él.
Gas: ¿Volviste con Euge? - Respondió a su pregunta con otra pregunta.
Nico: Sí, por eso no quiero ver más a Belu. - Repitió.
Gas: Es muy mala, mala en verdad. - Dijo para sí mismo.
Nico: ¿Qué te pasa? - Preguntó sentándose. - ¿Tuviste problemas con Cande o Dani?
Gas: - Suspiró. - No, no es eso, con ninguna...
Nico: ¿Entonces?
Gas: Me siento mal. - Reveló.
Nico: Si salís con la gemela y la nueva modelito, sentite muy mal. - Confesó.
Gas: Es por mi Cupidito... - Nico entendió, quedándose callado. - No la siento...
Nico: - Levantó una ceja. - ¿Esas señales que decías tener?
Gas: - Lo miró, confundido y triste. - ¿Estará molesta? - Nico se encogió de hombros, miro al techo, volvió a mirar a su amigo y se volvió a encoger. - Debería ir a verla... - Se levantó de su asiento.
Nico: Decime qué tengo que hacer. - Le dijo, antes de que saliera.
Gas: Está todo en el escritorio. – Dijo saliendo de su oficina.

En el pasillo chocó con la otra Cande, pero no le dio importancia y siguió caminando, hasta salir y subir a su coche. Manejó rápidamente, hasta detenerse fuera del cementerio. Estacionó, bajó y caminó lentamente, con una mano en el bolsillo, hacia la lápida del amor de su vida. Sonrió un momento mientras pensaba eso, muchos van a buscar a sus novias a sus casas, trabajos, etc., y él iba al cementerio a buscarla.
Se detuvo frente a la foto que diferenciaba a ella entre las demás tumbas a su alrededor, la imagen que veía era la de Cande sonriendo, una foto tomada eventualmente sin que ella se diera cuenta; era lo primero que veía y lo primero que lo hacía sonreír. Pero algo era diferente, el aire, el viento, el clima; no era el mismo, ahora se sentía solo.
Gastón se echó al lado de ella como siempre solía hacerlo, no tenía que preocuparse porque alguien lo viera porque casi nadie iba a visitar a sus difuntos parientes, solo en sus cumpleaños. No había hablado desde que había llegado, vio hacia el cielo, las nubes y no veía nada especial, más que lo común.

Gas: ¿Estás enojada? – El silencio se interrumpió con el sonido de las aves retirándose, bruscamente; y él simplemente sonrió. - ¿No te gustaría que rehiciera mi vida? – Preguntó pensativo, mirando el cielo. – No es que lo esté buscando, pero puede pasar... - El silencio volvió a ser interrumpido, pero está ve por alguien tosiendo intencionalmente.

CAMBIASTE MI MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora