CAP 1

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Zz: Señor Nicolás, los intereses siguen aumentando.
Nicolás: Lo sé, lo sé... - Suspiro escondiendo su rostro en sus manos. - ¿Ha podido tener una cita con ellos?
Zz: Señor, creo que la única que puede, sería su esposa... - Nicolás lo miro seriamente y él desvió su mirada inmediatamente. - Ya que ella fue quién los contacto...
Nicolás: ¿Y la empresa? ¿Aún puede sobrevivir? - Preguntó alterado.
Zz: Necesitamos terminar con ese negocio, señor. No veo otra salida. - Casi no respiraba ante la presencia de su jefe. -
Nicolás: - Respiro fuertemente, molesto. - ¿Has podido contactarte con mis hijos?
Zz: No, señor.
Nicolás: - Paso su mano por la cara, en su intento de calmarse. - Llama a Emilia. Decile que venga. - Se miraron. - Urgente.

Lo que hace casi tres años, lo que Emilia había usado como trampa para que despidieran a Lali, y así ella se alejara de sus hijos por completo; resulto ser un verdadero y total problema para Nicolás. El pago a largo plazo, los intereses, todo, no terminaba; y eso estaba afectando totalmente su empresa. Así como su asistente lo dijo, solo Emi seria quién podría contactarse con ellos para encontrar la manera de terminar con eso por completo. Y, ni Peter ni Pablo, habían podido ir a la ayuda de su padre; ya que cada uno estaba en sus propios asuntos, problemas y, sobretodo, perdidos en su mundo de amor.

Pablo: Bueno, bueno... - Dijo analizando detalle a detalle cada parte del cuadro. - ¿Vos qué decís?
Rochi: - Ladeo su cabeza hacía la izquierda, respiro hondo enderezándola; lo ladeo hacía el otro lado y volvió a mirar la fotografía apoyando su codo derecho en su mano izquierda; pensativa. - ¿A vos te gusta? - Preguntó bajando su mirada en su lado derecho.
Vale: - Suspiro; dando tan solo una mirada al cuadro. - ¡Amo a los Beatles!
Rochi: Ok, sí le gusta. - Sonrió.
Pablo: - Miro a su esposa. - ¿Por qué somos tan complicados en escoger algo? - Ambos se rieron.
Rochi: Bueno, Vale. - Vale estiro sus brazos hacía arriba; queriendo ser cargada. Pablo agarro sus manos, sin cargarla; ya estaba algo grande. - Ya tenes algo más de ellos para tu cuarto.
Pablo: - Vale quería que la carguen; pero su padre solo estaba jugando con sus manos. - ¿Queres ver más cosas para tu cuarto? - Le preguntó a su casi recién hija.
Vale: - Asintió, tirando su cabeza para atrás. - Quiero Beatles...
Rochi: Yo voy comprando esto, para que nadie te lo quite. - Dijo sonriendo; alejándose de ellos.
Vale: - Soltó sus manos de Pablo y volvió a extender sus brazos. - Cárgame papi, estoy cansadita. - Miro hacia la tienda de música donde estaban, bajando sus brazos y con un ligero puchero.
Pablo: - Sonrió y se inclinó hacia abajo, ofreciéndole su espalda. - Dale subí. - Vale sonrió y se echó sobre su espalda, abrazándolo por el cuello. - ¿Qué más queres? - Preguntó empezando nuevamente a recorrer el local.
Vale: Más Beatles; John, Ringo, Paul, George... - Dijo mirando atenta hacia donde iban, apoyando su cachete en la espalda de su padre.
Pablo: ¿Por qué habré dejado que tu madre escuche música con vos? - Sonrió ligeramente.

Después del improvisado casamiento entre Rochi y Pablo; tuvieron, también, una improvisada luna de miel. Un mes sin trabajo era algo que todos estaban muy contentos de tener. Es así que, la empresa de Pablo cerró por un mes, durante su luna de miel con Rochi; todos los trabajadores descansaron sin quejarse.
Los dos recién casados viajaron por todos los lugares turísticos y hermosos del país, Rochi no había conocido todo del territorio argentino; quería conocer bien su país primero, antes de recorrer el mundo. Las cataratas fue lo que más le encantó y el mejor lugar en el que ambos estuvieron; de eso, ninguno de los dos tiene la menor duda.
Dado a ese mes de viajes, Rochi tuvo que abandonar su trabajo en la empresa del padre de su, ahora, esposo. Nicolás no se opuso, ya que su hijo se había casado; en algún momento, pensó que Pablo era gay, ya que muchas novias no había tenido. Peo bueno... Después de ese viaje, cada uno tuvo que volver a su trabajo; y sí, eran competencia pero eso lo hacía algo divertido.
Antes de poder adoptar a Vale, la nena que los enamoró; tuvieron que instalarse en un hogar donde su hija podría vivir. Así que Pablo compró una casa, la más linda que encontró; pero no podía gastar tanto ya que la empresa aun no era muy conocida y tenía que tener reservas por las dudas. Rochi no se quejó de nada, le encantaba su casita nueva, no tenía nada que ver con la gran mansión, pero estaba muy lejos de parecerse al departamento donde antes vivía. Ambos se instalaron, ordenaron todo y empezaron a arreglar su nuevo hogar. También atraso el hecho de los trámites de adopción.
Cada noche ambos iban al albergue por su nena, Rochi seguía haciendo caridad con ese albergue ahora con el apoyo adicional de Pablo; pero ella quería hacer algo más con ese lugar, algo más. Es así que, casi un año después de casados; pudieron integrar a Vale a la nueva familia. Valeria Lanzani Igarzabal.

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