CAPÍTULO 77

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Euge despertó más temprano de lo normal esa mañana. Echada al lado de Nico, se quedó un momento a observarlo dormido. Pasó su mano delicadamente por su rostro y volvió a respirar tranquilamente al sentir la respiración suave de su novio. Nico abrió sus ojos lentamente y al verla vio la misma expresión triste que tenía los últimos días. Ella se acercó más a él abrazándolo delicadamente, ocultando su rostro en el pecho de Nic; y él la abrazó atrayéndola más, suspirando con ella, sin decir nada por un largo momento.

Nico: -sobo la espalda de su novia, mirando la luz que entraba por la ventana- ¿Qué puedo hacer para que dejes la tristeza, mi amor? -Euge se separó de él, asombrado y plantó su mirada en sus ojos- ¿Qué pasa? -Confundido-
Euge: -pudo emitir una palabra- ¿Qué? -Preguntó-
Nico: -aun confundido- ¿Qué de qué? -Euge pestañeó un momento, dejando de mirarlo- ¿Qué pasa, amor?
Euge: -volvió a mirarlo y mostró una ligera muestra de alegría con una pequeña sonrisa- Me dijiste mi amor.
Nico: -sonrió al darse cuenta- Bueno sí... -Euge estiró sus labios, con sus ojos cerrados, hasta juntarlos con las de él-
Euge: -Nico volvió a rodear sus brazos en ella; mirándola a los ojos- ¿Por qué me dijiste 'mi amor'? -Sonriendo un poco más-
Nico: -suspiró, mirándose entre ellos- Con lo que paso, me di cuenta de qué, uno no sabe cuánto tiempo vamos a estar como para decir o hacer todo lo que sentimos o queremos...
Euge: -toco el rostro de Nic- ¿Que queres decir con eso?
Nico: -le dio un beso rápido- Que te amo... -Euge lo miro a los ojos, teniéndolo muy cerca- y quiero que lo sepas. -Euge suspiro- Vos sos muy dulce por dentro... -Ella sonrió- No entiendo por qué escondiste eso tanto tiempo. -La apretó un poco- Me perdí mucho tiempo de vos... No tendría que haberte dicho ni tratado como te trate...
Euge: Era lo que me merecía... -Nico negó, chocando su nariz con ella- Sí, amor, sí...
Nico: -sonriendo- Ahora vos me dijiste 'amor'.
Euge: -pico- Porque... -lo abrazó por el cuello- te amo.
Nico: -giró con ella, quedando sobre ella- Te amo, te amo... -pico- Te amo...
Euge: -cerró sus ojos, sonriendo- Te amo... -pico- Te... -abrió sus ojos- Gas...
Nico: -abrió un solo ojo- ¿Gas?
Euge: -ambos se miraron- Tengo que ir a su departamento, para que salga de ahí. Hoy tenemos...
Nico: -pico- Vas más tarde... -Euge lo abrazó, sonriendo- Primero mímame a mí...
Euge: -despegó sus labios de él- No, Nic. Gas tiene, todos, nosotros tenemos hoy...
Nico: Aun tenemos... -beso en el cuello- Tiempo...

Esa mañana nublada ambos se amaron como nunca lo habían hecho. Se entregaron más al otro, se olvidaron de todos, de todo, de las tristezas, de los problemas, de las pérdidas... solo se tenían el uno para el otro. Atrás quedaron esos tiempos en que Nico la castigaba con el sexo, en los que Euge solo deseaba llegar al orgasmo con él; ya no era lo que querían hacer. Querían sentirse amados, querían demostrar el amor que sentían por el otro; que si en algún momento se odiaron, que eso se olvide para siempre, se llegue a olvidar tanto que ni recordaran aquellos malos tiempos. Todo era suave, lento, tierno... sus ojos se encontraban entre ellos con el brillo especial que tienen esas personas enamoradas al ver a su ser amado; sus labios se unían de una forma extraña, queriendo decirse palabras lindas, pero a la vez sin querer abrirlos más de lo que necesitaban para besarse; sus cuerpos se reconocieron nuevamente, conociendo cada rincón, teniendo en sus memorias toda su anatomía... y más que eso, todo lo que necesitaban saber del otro, para reconocer su estado de excitación o su estado de amor. Fue una mañana larga, tan larga, que para ir por Gas tuvieron que dejar de lado el desayuno y arreglarse delicadamente, el tiempo se les pasó demasiado rápido, ya que no querían soltarse.

Gas despertó temprano esa mañana, sabía que ese día no podía abandonarse como lo anteriores días, ese día tenía que salir de las cuatro paredes que era su cuarto. Se quedo un momento echado en la cama, el cual compartía antes con Cande, esperando oler su olor en su almohada; pero conforme pasaban los días, su olor era cada vez más débil, casi imperceptible.
Salió del cuarto, con desanimo, con el cabello totalmente desordenado... casi todo el día lo pasaba durmiendo, no fue al trabajo, ya que Peter le permitió faltar esos dos días que faltaban para terminar la semana. Tan solo con un pantalón de buzo puesto, fue hasta el cuarto de a lado; ese cuarto era el que Cande había usado para imprimir las fotos que había tomado con la cámara, para guardar los vídeos que había grabado... con las fotos estaba empezando a hacer un collage que no pudo terminar. Gas, cruzado de brazos, con un rostro triste volvió a ver ese collage, recordando el momento que capturaba cada imagen, tocando con una mano las sonrisas que Cande siempre ponía ante la cámara; agarró otras fotos que habían en la mesa y, después de demorarse al escoger, puso una foto más, sin poderlo terminar todavía. No quería terminarlo, quería tener algo que hacer cada mañana.
Él estaba ocupando sus tardes y casi todo el tiempo, cuando no comía o dormía, en otra cosa. Para suerte suya, Cande no sólo se había dedicado a tomarle fotos a Gas, sino a ella misma. Tenía de todo, caras sonrientes, caras tristes, pucheros, caras locas... cada vez que veía cada foto sonreía con las locuras de su amor. Tenía varias fotos de ellas ordenadas según expresión, luego prendía el proyector para ver los vídeos que Cande había grabado, escuchando su voz otra vez, viéndola viva en la pantalla... sintiéndola un poco más cerca de él.

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